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Factores externos afectan la salud mental

  Por Claudia Olinda Morán

Publicado el domingo, 19 de septiembre del 2010 a las 14:00


Tener trabajo o no tenerlo, o trabajar de más, la violencia, la inseguridad, las adicciones, las relaciones familiares...

Saltillo, Coah.- Tener trabajo o no tenerlo, o trabajar de más, la violencia, la inseguridad, las adicciones, las relaciones familiares son factores estresantes que pueden detonar una enfermedad mental; sin embargo, afirman quienes han pasado por ello, es la forma de enfrentar esas presiones lo que hace la diferencia.

VER VIDEO: Factores externos afectan la salud mental (II/III)

Tener las herramientas internas, la educación, la química cerebral idónea o el soporte religioso necesario frenan el problema. Pero, coinciden los panelistas en esta segunda entrega del Foro de Enfermedades Mentales, sólo un especialista en la materia puede orientar al paciente para detectar la mejor manera de enfrentar una enfermedad de la mente.

Para la Organización Mundial de la Salud, la pobreza es un factor detonante en un círculo vicioso sin fin entre el subdesarrollo, la enfermedad mental y la violencia.

‘La solución no es encerrarlos en un siquiátrico’
Padre Juan Carlos Delgado Arreola
Vicario de Catedral, sicólogo y terapeuta familiar

“Lo que llamamos los factores estresantes que, afirman los especialistas, provocan esos desajustes en torno a sus ambientes, cuando hay una crisis piden asistencia para reinsertarse de nuevo en su vida ordinaria con todos los elementos que le sean necesarios para salir adelante.

“Un factor estresante es no tener trabajo, tener cinco hijos, no haber tenido una educación que le merezca mayores ingresos, no conseguir un buen empleo, las presiones. Todos esos aspectos van en detrimento de la salud mental de los individuos”.

Sin embargo, opina, “la solución fundamental no es que todos vayan al siquiatra. Los especialistas saben que es complementario el trabajo interdisciplinario, que si son factores genéticos hay que ver los casos particulares y ver hasta qué punto lo son, como la bipolaridad, esquizofrenias, estados depresivos, trastornos, tienen otros factores contextuales, sistémicos y en ellos intervienen todos.

“La mayoría de las enfermedades no se resuelven con un médico y medicinas, o encerrándolos en un siquiátrico, sino buscar que su medio, ahí donde se desenvuelve, y ha llegado a casos en donde se pide que no haya centros siquiátricos porque hay que llegar a un equilibrio con el medio ambiente. El asunto es contextual y médico.

“Sacar adelante a la persona para que pueda manejarse de manera más normal en donde se desenvuelva diariamente, que es donde ha tenido los trastornos y donde llegó a un centro siquiátrico, a consulta con un sacerdote o busca tratar de resolver los problemas con su familia o tomó un medicamento, porque quiere recuperar la vida que ve que ha perdido y todos a su alrededor, genéticamente, contextualmente, sistémicamente tenemos que interactuar para tratar de buscar que se reintegre a sus trabajos.

Como terapeuta, afirma el sacerdote, los horarios laborales han incrementado la ansiedad y estrés en los trabajadores.

“Los problemas que surgen en las familias que tienen que ver con que sus horarios son movibles, no sólo es en turnos, que es trabajo de 12 horas y en días irregulares de la semana, sin distinción de día o noche. Es un problema que se está dando y que agudiza el problema desde el aspecto de las condiciones laborales que cada vez más están teniendo nuestros trabajadores y que esas condiciones son cada vez mas estresantes.

“Hay pocas personas que trabajan en lo que les gusta y les pagan, la mayoría lo hace porque tiene que hacerlo y además de esa predisposición hay condiciones de trabajo dañinas para la salud, incluso las relacionadas con los ciclos del sueño.

“El producir ya no nos hace más humanos, sino que nos deshumaniza porque hacerlo va en contra no sólo de la dignidad humana sino de la propia salud.

“Tener un trabajo de 12 horas y llegar a atender problemas familiares donde el papá no está o la mamá, en el mejor de los casos a los niños los cuida la abuela, todo ello desencadena en estrés. Las condiciones de trabajo en algunos aspectos se manifiestan como contrarias al cuidado de la salud física y emocional”.

Descuidamos la salud mental
Elizabeth Galán, vocera de Familia a Familia
Grupo de Apoyo a Familias con enfermos mentales

Para Elizabeth Galán, el entorno no es determinante, dentro de la persona, el delicado funcionamiento neurológico puede estar interrumpido por el ir y venir de las sustancias que lo componen, por lo que insiste en que no solamente los factores externos pueden detonar la enfermedad mental.

“No es eso nada más, el fondo es que nunca tuvimos la cultura de que tenemos mente y ésta también se enferma. Tan así de cierto es que el país de primer mundo, Estados Unidos, también tiene la mayor cantidad de gente enferma.

“Entendamos que cuando te duele la muela vas con el dentista, si te duele el corazón con el médico, pero al siquiatra no, es lo último. Si hablamos de niños, la salud mental es difícil de atender para una mamá, es un problema de fondo en el que no solamente afectan causas externas.

“El estrés puede ser detonante por un factor social externo pero también hay un factor genético; si se atiende con apego a la Medicina funciona a quienes no lo requieren, pero tenemos que ser muy concretos, tan es así que el Sector Salud ya maneja estos medicamentos.

“El estrés postraumático por causas externas es distinto a una depresión neurobiológica. La gente en ciudades como Monterrey y Torreón están muy estresadas por la situación, pero lo superan de diferente manera a los pacientes que requieren de apoyo médico porque sus factores son además neurobiológicos.

“La enfermedad mental se maneja multidisciplinariamente. En Saltillo se tiene un excelente centro de atención a la salud mental, hay sicólogos, siquiatras, terapeutas, casa de día, pero el problema es que la ciudad tiene un estigma.

“El problema es la información, la manera en que nosotros como familia recibimos la información intervienen muchos factores; podríamos hablar de problemas cardiacos y también hay factor social, estrés, etcétera.

“Aquí el problema es grave por la información que recibimos. A nivel escolar, por ejemplo, los papás no nos enteramos de que ya hay niños con TDAH, la SEP tiene un problema con ello. Pero si recibimos mas información como familiares y sociedad va a funcionar, pero ya la gente que tiene el diagnóstico hay que atenderla con grupos de apoyo y campañas.

“La Secretaría de Salud se está dando cuenta de que tiene que invertir en prevención e información. Hay clubes para diabéticos aunque es bien conocida y la gente se reúne a enterarse de lo que va a ser de su calidad de vida, pero las enfermedades mentales no están en ese punto, además de que el paciente siquiátrico puede ni siquiera percatarse de que necesita ayuda.

“Una persona con neurosis en la familia afecta desde al miembro más pequeño hasta al adulto mayor de la familia. Pareciera difícil, pero acudir a programas de ayuda funciona, es donde hay que entender que se trata de educación, información y apego familiar”.

Tiempos difíciles
Francisco Flores Pineda
Director del Centro Empresarial Coahuila Sureste

“Simplemente para que un trabajador llegue a sus labores le lleva 45 minutos, ya trae un estrés propio de la ciudad, trabaja ocho horas regresa y ya es otro tiempo más. De por sí eso es estresante, una ciudad como México se lleva una hora y media o dos horas, entonces hay menos tiempo para estar en familia.

“Agreguemos ahora los espacios de las casas, son pequeñas, no hay un espacio donde pueda vivir su intimidad, incluso ponerse a rezar y se escuchan gritos en la otra casa, ruido afuera, no hay concentración, yo creo que los tiempos que vivimos son muy difíciles.

“Salimos de una crisis y entramos a otra, la violencia de estos tiempos es estresante.

Como contraparte, el foro toca también el tema de la adicción al trabajo.

“Se le llama workaholic, en los operarios normalmente no lo podemos identificar porque están sujetos a un horario, normalmente esto ocurre en el nivel ejecutivo donde el horario no existe y tenemos personas que pueden estar trabajando 16 horas. Yo soy uno de ellos”, admite.

“Y uno dice: ‘Es que me gusta mucho mi chamba’ y hasta dónde puede ser un problema, no lo sé. Habemos quienes nos volcamos mucho en el trabajo y también eso tiene sus consecuencias en que a veces no atendemos mucho a la familia.

“Veo esta parte como uno de los signos de estos tiempos donde no alcanza el tiempo para nada, donde apenas se encuentra una solución y ya hay otro problema ahí, pero tampoco creo que haya muchos workaholic, cuando menos en México”.

Flores Pineda coincide también con el punto de la atención a la salud mental, de manera oportuna y sistemática, y sin sesgos de discriminación.

“Quien padece una situación de esquizofrenia o depresiones no lo vemos como un enfermo mental, no se ve como tal. Si me duele la muela voy con el dentista, pero si hoy ando triste, me afectan los días nublados y no tengo la costumbre, como en los Estados Unidos, donde la atención sicológica es parte del presupuesto de las personas en su gran clase media, no me atiendo.

“Cuando las personas por sistema van a ver al especialista, y les define lo que les ocurre, se puede poner nombre a la enfermedad. Acá en nuestra cultura, cuando ya alguien se trastornó entonces se cae en que estaba enfermo.

“Coincido en lo que dice el sacerdote: cada día el vínculo familiar está más destrozado. Vamos a pensar en una familia tradicional, trabajan los dos, ¿quién va a ver si el niño empieza a demostrar una conducta rara, si se enoja mucho, no duerme, etcétera?

“Los tiempos conducen a que quien tiene un problema mental tristemente se va a dar cuenta muy tarde, tanto él como su entorno. El alcohólico reconoce que lo es y ya la hizo, pero con una enfermedad mental ni uno mismo sabe si es una enfermedad y si no hay nadie a mi lado que lo diagnostique, pues va a pasar mucho tiempo antes de actuar.

“Así como ponemos los signos de la diabetes, hay que reconocer los de las enfermedades mentales”.

Economía e inseguridad, temas de salud
Guillermo Solís Perales
Siquiatra, director del Centro Estatal de Salud Mental

“Tanto los factores externos del medio ambiente como los internos están identificados, pero anteriormente en los congresos nacionales e internacionales no se tomaban como factores estresantes ni a la inseguridad ni al factor económico y ahorita los ponen en primer lugar como causas detonantes de la enfermedad mental.

“En el Cesame (Centro Estatal de Salud Mental) tenemos muchos pacientes que han sido víctimas desde cuestiones de amenazas telefónicas, de secuestro exprés y cosas más severas y los tienes que atender como tal, porque eso fue el detonante de problemas depresivos, traumáticos y de eventos sicóticos de desapego de la realidad.

“El otro punto es que la gente siente, hace alarde o piensa que estamos en una sicosis y no es maximizar o minimizar el punto, hay que apegarse a la realidad; muchas personas se han ido del país, a lugares que se perciben como más seguros precisamente porque el factor de inseguridad ha sido un factor detonante de problemas de salud mental y de tipo médico como la diabetes.

“El factor económico y de inseguridad tienen mucho peso”.

Sin embargo, el doctor Guillermo Solís Perales también toca el tema del estrés provocado por el trabajo.

“Las alteraciones del ciclo circadiano (ciclo del sueño), los famosos terceros turnos dan muchos pacientes. Tú les preguntas sobre antecedentes y en ocasiones no los encuentras, sobre consumo de sustancias y tampoco, pero ellos mismos refieren que no duermen bien, salen a las 6 de la mañana, se despiertan a las 12 del día por el ruido, entra el sol por la ventana, tocan a la puerta, etcétera, y se altera todo su ciclo, durmiendo en promedio entre cuatro y cinco horas.

“Hay sustancias neurotrasmisoras, neurohormonas, que se secretan única y exclusivamente durante la noche, tarde que temprano el individuo que se desvela o que tiene una sobrecarga laboral, que no está tan bien estructurado, desarrolla una sicopatología.

“Hay colegas que entran al consultorio y me piden algo para mantenerse despiertos y son las 10 de la mañana, ginecólogos que han atendido cuatro o cinco cesáreas y todavía van a atender algo delicado. Es una situación donde hay un alto riesgo y luego los ves deprimidos o con ansiedad”.

¿Es sano eso de me siento muy bien en el trabajo, hago lo que quiero y todavía me pagan?

“Tiene una limitante y una medida que todos debemos conocer; sin embargo, en el gremio, por ejemplo, no hay quien te diga que tiene días de descanso como se escucha en otras profesiones. Ante una emergencia no puedes decir estoy de descanso, subestimar el daño hacia una vida humana; aun así mucho de los colegas reconocen que aparte de lo desvelado, el deterioro, todavía nos gusta”.

‘La reacción propia’
Guillermo de la Fuente

Grupo Fe y Fortaleza de Neuróticos Anónimos

Para Guillermo de la Fuente, su propia experiencia es la prueba de que aunque los factores externos no cambien, la salud mental aún puede recuperarse y lograr la reinserción social.

“Quizás en el panel nos falta una persona sana, una que no haya tenido factores estresantes para ver la diferencia y llegar a comprender que no son los factores externos los que enferman: fue mi conducta, como yo reaccioné a los eventos externos.

“A mí me enseñaron que si quería sanar tenía que entender eso y no culpar a nadie porque siempre van a existir los factores externos, es mi reacción ante ellos lo que determina mi salud o mi enfermedad mental. Es lo más sencillo de comprender pero también lo más difícil, me salvé hasta que lo entendí.

“Relativamente hay muy poca gente sana, la mayor parte tiene disturbios mentales aunque necesariamente no están en el grado de pedir ayuda, si no estarían llenos todos los hospitales siquiátricos. Realmente los que tienen demasiados problemas buscamos ayuda, como fue mi caso.

“Yo salí adelante gracias a Dios que me salvó, los problemas van a seguir pero mi reacción ante el otro ya no será el problema”.

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