Espectáculos
Publicado el jueves, 4 de diciembre del 2025 a las 13:42
Ciudad de México.— En el episodio más reciente de Las Kardashian, estrenado el jueves 4 de diciembre, Kim Kardashian abrió una de las heridas más profundas de su vida: el violento robo que sufrió en París en 2016. A casi una década del ataque, la empresaria volvió a narrar, con crudeza y vulnerabilidad, cómo delincuentes armados la ataron, la amenazaron y le robaron joyas valuadas en más de seis millones de dólares, además de dos teléfonos personales.
Este año, Kim viajó nuevamente a Francia para testificar ante el tribunal y enfrentarse por primera vez a los responsables. El encuentro, casi nueve años después del crimen, marcó un momento catártico para ella. “Recé para volver a ver a mis hijos”, recordó, al describir cómo temió ser violada o asesinada durante el asalto.
El proceso judicial se prolongó por múltiples factores: la larga recopilación de pruebas, la pandemia y la preparación de París para los Juegos Olímpicos de 2024. Sin embargo, finalmente el caso avanzó y pudo escucharse el testimonio de testigos, policías y hasta de los propios criminales. Para Kim, el juicio no solo representó justicia, sino también una forma de reivindicación.
“ Fue como un cuchillo en el corazón”: la traición de Kanye West
Entre lágrimas, Kim también reveló un episodio doloroso que vivió con su exesposo, Kanye West. Sin mencionarlo directamente, aseguró que él llegó a sugerir públicamente que el robo había sido fingido para un programa de televisión.
“ Mi exmarido me dijo: ‘Tú fingiste tu vuelo para un show’. Que alguien tan cercano dudara de mí… fue como un cuchillo en el corazón», confesó.
La incredulidad de West no provenía de un desconocido, sino del hombre con el que compartía su vida, lo que lo hizo más devastador. “Solo pensar que alguien no te creería, alguien que debería conocerte mejor que nadie, me destruyó”, añadió.
Kim recordó que no solo Kanye difundió dudas: figuras de los medios y usuarios en redes sociales también insinuaron que el robo era un montaje.
“ ¿Ven? Fue real”, dijo durante el episodio, subrayando que el propio tribunal, junto con los ladrones, confirmaron la veracidad de los hechos. Aun así, lamentó que algunas personas prefieran creer en teorías de conspiración antes que en la realidad documentada.
Un capítulo oscuro, pero necesario
La empresaria explicó que revivir el trauma frente a cámaras no fue sencillo, pero sí importante. Su familia y amigos la acompañaron en el episodio, escuchando con respeto y cariño un momento que alteró para siempre su vida personal y emocional.
Respecto a las declaraciones de West, Kim fue cuidadosa, pero clara: entiende que él atraviesa problemas de salud mental, sin justificar el daño que sus palabras causaron. “Que alguien tan cercano dude de ti… te hace sentir que no te conocen en absoluto”, expresó entre sollozos.
A casi diez años del robo que cambió el rumbo de su vida, Kim Kardashian sigue buscando cerrar ese capítulo. El juicio le dio una parte de esa paz; compartir su historia, otra. Pero el episodio deja claro que las cicatrices emocionales —las dejadas por los criminales y las dejadas por quienes debieron apoyarla— son mucho más profundas que cualquier herida física.
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