“Todo hombre paga su grandeza con muchas pequeñeces, su victoria con muchas derrotas, su riqueza con múltiples quiebras.”G. Papini.
El ex jugador mexicano Javier “Chicharito” Hernández, recibió una multa y el apercibimiento por parte de la Comisión de Género y Diversidad de la Federación Mexicana de Fútbol por emitir comentarios que promueven estereotipos sexistas.
Y es que, con la misma facilidad con la que cualquiera con un teléfono sube a las redes sociales, opiniones, el ex futbolista se permite dar consejos sobre el fútbol y sobre la vida, a un sinnúmero de seguidores que aún recuerdan su trayectoria deportiva.
En el video, por el cual fue sancionado, y de cuyo contenido se deslindó y ofreció disculpas el “Chicharito” acusaba a las mujeres de atacar la masculinidad, haciendo la sociedad hipersensible.
Federico Engels, en la familia, la propiedad privada y el Estado, luego de años de estudio de la sociedad demuestra que la masculinidad como modelo propuesto por el patriarcado es una construcción del sistema capitalista que presentó la opresión de la mujer, como algo que ha sido desde el comienzo de los tiempos en colaboración con las religiones monoteístas, particular en la católica romana.
La sensibilidad es una habilidad social para poder darnos cuenta de las señales de comunicación de manera sutil y darles una respuesta adecuada. Más allá de un modelo hegemónico que presenta una masculinidad debida existen miles de expresiones singulares.
Si alguna de ellas solicita como lo hace el ex futbolista, sumisión, nosotras le opondremos lucha, lo misma ante cualquier intento de continuar con la reproducción de las asimetrías que mantienen a los hombres en posesión de los medios de producción.
En la mañanera del Pueblo, nuestra Presidenta respondió por todas. “Podemos ser lo que queremos, yo por ejemplo soy madre, abuela, ama de casa, científica y comandanta suprema de las fuerzas armadas”.
Doy cuenta de las cosas con los nombres que el corazón me dicta. Leo la luz de las auroras sobre el silencio de la oscuridad, escucho a nuestras palabras aliviar los años mientras nos hacen saber a las mujeres que somos. Ahí donde desemboca el tiempo.
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