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Heridas de placer; el ‘cutting’ a la alza en Saltillo

  Por Yadira Leos

Publicado el miércoles, 5 de junio del 2013 a las 14:01


En las cortadas y las heridas los adictos al ‘cutting’ buscan la manera ideal de demostrar sus sentimientos y necesidades

Saltillo.- Tomó una navaja, la pasó por el fuego de un encendedor hasta que se puso al rojo vivo y comenzó a formar el nombre de su amada en la piel, esta fue la manera que Ramón encontró para demostrarle a su novia el cariño que sentía por ella, para él los detalles, las cartas y los besos ya no eran suficientes.

Sentir cómo la navaja cortaba las capas de la piel y ver cómo brotaba la sangre no le causaba dolor alguno, al contrario sentir la sangre aun caliente por sus brazos, le daba placer y alegría, pues con esto su novia entendería todo el amor que sentía por ella.

“Después de que me cortaba, me sentía mal, débil y sin ganas de nada”, comentó Ramón, quien en las cortadas buscó la manera ideal de demostrarle a su amada sus sentimientos y reprimir la necesidad de un padre, ya que unos años antes se fue de casa.

Su cuerpo vibraba ante la necesidad de una cortada y para ello se refugiaba en su cuarto, en la soledad –escuchando en ocasiones música– disponía de lo necesario para aquel momento en el cual sus más profundos sentimientos sería encontrados con una laceración.

En aquel cuarto meditaba la parte más indicada para ser lastimada, no lo tenía que ver nadie y mucho menos su madre, a quien no le podía dar más disgustos, pues cargaba la pena del abandono de su padre por otra mujer.

Los antebrazos fueron los calificados para este ritual, sólo sería necesario vestir camisa de manga larga para esconder las heridas, así lo hizo. No sintió dolor, ni placer sólo quería apaciguar los sentimientos que llevaba dentro de él.

“Escondía mis heridas, mi madre se dio cuenta de lo que yo hacía hasta un año después”, platica Ramón mientras vislumbra el horizonte, ese horizonte que hoy en día le ríe y le brinda una vida llena de actividades que han detenido que se siga cortando.

Mientras el reloj avanza, Ramón cuenta sus laceraciones, “son 16 letras, 4 palabras”, al recordarle la reportera que le faltaban unas cuantas realizadas en la muñeca respondió “esas no valen, sólo son cortaditas que no tienen mucho fondo, son como raspadas”.

Una dice “Jesica”, y la otra dice “eres mi todo”. En la escuela también tenía que esconder sus cortadas, a las que nunca les vio ningún tipo de riesgo, tampoco nunca imaginó que podría infectarse y causarse alguna enfermedad más grave.

Ramón platicó que la idea de cortarse comenzó cuanto tenía 14 años e inició una relación amorosa con una joven mayor que él, “era algo que no estaba bien, durante el convivir sentía que ella no se daba cuenta cuánto la amaba y así lo decidí”.

Aclaró que el practicar estas heridas fue iniciativa propia, jamás tuvo nadie que le aconsejara, ni positiva ni negativamente, nunca había visto algo parecido en la tele, así que, hoy después de siete años, sabe que fue su responsabilidad.

Indicó el joven que pasar situaciones difíciles en casa definitivamente influye de manera negativa en las decisiones que se pretendan llevar a cabo.

“Yo crecí en una familia donde no hubo figura paterna, esto también me orilló a tomar la decisión, cuando mamá se dio cuenta se preocupó, pero hasta la fecha no nos hemos sentado a platicar del tema”.

Recordó que para él era doloroso ver a sus amigos y compañeros de la escuela convivir con sus papás y se cuestionaba por qué él no podía tener una vida normal o una familia funcional.

“No contar con esa experiencia te hace sentir solitario, que no encajas, incluso llegas a pensar que tu vida no tiene ningún sentido, cuando tú ves a los compañeros, amigos, personas que están en tu entorno te das cuenta que eres un extraño, un raro, eso influye de manera negativa en las acciones y decisiones que vas a tomar”.

Ramón se considera una persona muy fácil de deprimir, en temporadas depresivas y con muchos pensamientos negativos cae hasta el fondo del pozo, sin embargo con un trabajo estable, buenos amigos y su pasión por la fotografía ha logrado superar las ansias y las ganas de volverse a cortar.

A pesar de que se apoya en su trabajo y la gente que lo rodea, sabe que el riesgo está ahí, latente y que en muchas ocasiones pensará que no puede hacer más que cortarse, pero hoy en día ya tiene varios meses que ha logrado vencer a la navaja.

Él sabe que todo el entorno puede cambiar, sólo es cuestión de que le pongan ganas los chavos, por tal motivo exhorta a los jóvenes a que encuentren pasatiempos o practiquen deporte.

“Si son buenos para algún tipo de actividad artística o académica, que sigan ese camino, para mantener la mente alejada de pensamientos negativos como las cortadas y el suicidio. No es una salida, pues también se daña el entorno en el que vives”.

Moda entre adolescentes

El “cutting” es considerado por especialistas como un trastorno psicológico que en las últimas fechas ha logrado ganar terreno entre los jóvenes, quienes recurren a éste para sentir placer o darle la vuelta a los problemas que hay en casa.

El neurólogo Jesús Carrillo explicó que las cortadas cuentan con una filosofía de fondo, pues hay culturas en donde es permitido hacer los cortes.

Dijo que anteriormente era permitido hacerse tatuajes y no con pintura, sino mediante heridas en la piel, “incluso dentro de algunas tribus de los Mexicas se hacían tatuajes con huesos y deberían de llevar ciertas características para determinar a qué tribu pertenecían”.

Sin embargo aseveró el especialista que después de los años 70 surgen ciertas sectas cuyo tatuaje de hermandad es a través de cortes en determinados sitios del cuerpo realizados con instrumentos filosos y que nuevamente llevan ciertas características que los identifica dentro de un grupo.

Manifestó que según las características de la laceración se puede saber qué origen tiene, “no es lo mismo tener un tatuaje en un lugar no visible como en las extremidades que tener un tatuaje en el pecho”.

Un tatuaje realizado con algo punzocortante en el pecho en forma de triángulo significa fraternidad de alguna secta, es por eso que es de vital importancia conocer del tema y el significado de algunas cortadas para poder brindarles ayuda.

En cuanto a los jóvenes, dijo, el que practiquen el “cutting” es una tendencia y desafío, además de autoflagelación que significa reproche ante algo.

“Muchos de ellos sienten reproche hacia su propia familia, porque han sido violados o lastimados por sus padres, otro punto puede ser el demostrar rechazo hacia la sociedad y hay algunos otros, desde el punto de vista psiquiátrico, tratan de buscar placer”.

Algunos adolescentes para realizar los cortes en primera instancia se anestesian para disminuir el dolor y sentir placer, otros lo hacen después de la ingesta de drogas, pero hay los que lo hacen en vivo.

“Habitualmente son personas que están entre los 14 y 18 años y lo que más utilizan son dos tipos de objetos, hay un navaja metálica de un solo filo que hace cortes muy finos y otros utilizan el cuchillo militar que tiene una punta muy filosa”.

Dijo el neurólogo que existen dos maneras de hacer el corte, cuando alguien lo hace a otra persona significa unión y fraternidad, “están confabulados en algo bueno o malo”, o cuando una persona se hace solo el mismo el corte puede ser un delincuente o reprimir sus sentimientos y conflictos.

El doctor Jesús Carrillo dijo que generalmente los antebrazos y los muslos son las partes del cuerpo que prefieren los jóvenes, pues entre más oculto sea el corte, menor es la muestra de que tienen alguna relación socio patológica en el sentido delincuencial.

Infección latente

Cuando comienzan a realizar estos cortes primero son muy pequeños, sin embargo al pasar el tiempo se hacen con más frecuencia y en diferente tamaño, así que ante cualquier situación estresante se busca un espacio solitario para realizarlo.

Comentó el especialista Jesús Carrillo que por lo regular quien lo practica siempre trae consigo alguna navajita y además insistió que los jóvenes siempre buscan ocultar las cortadas en la mayoría de los casos con ropa con manga larga, pulseras y muñequeras.

Las cortadas en muchos de los casos se deforman, no continúan con la forma que se dio en un principio debido a que se hacen cicatrices queloides ya sea por alguna infección contraída o por una mala cicatrización.

“Definitivamente sí es peligroso hacerse los cortes, primero porque durante el momento puedes lesionar un paquete vascular y nerviosos o lesionar un vaso sanguíneo o una arteria, también un tronco nervioso y esa parte se va a atrofiar y perder la funcionalidad”.

Depende del sitio donde se haga el corte serán las consecuencias que se pueden tener, hay sitios en donde hay mucho sangrado, por ejemplo el área del cuello, “sangra con mucha facilidad, de hecho hay algunas figuras incompletas por el sagrado y la gente se espanta y ya no continúa. El cuero cabelludo es bastante sanguinolento también”.

¿Cutting o risuka, qué hacer?

El que algo afilado, como una navaja, roce por las muñecas para muchos puede aliviar cualquier tipo de mal o de represión social, a esta práctica se le llama “cutting”, “risuka” o “self injury”, y se refiere al acto de cortarse alguna parte del cuerpo generando heridas superficiales, sin llegar a pensar en el suicidio.

Este acto es provocado por la misma persona en un momento de desesperación, a causa de una desestabilidad emocional o para liberar el dolor o presión que siente el individuo, como fue confirmado por Ramón.

A pesar de no ser una práctica nueva, esta nueva “adicción” se ha posado sobre los jóvenes, amenazando su integridad y su salud, por lo que es de suma importancia que padres de familia, maestros y los mismos jóvenes trabajen en coordinación para evitar que ésta los acapare.

“Lo que se necesita para salir de esta situación, primero que nada ver qué tanta relación se tiene con esa pandilla, asistencia psicosocial y psiquiátricas”, expresó el neurólogo.

En los medios de comunicación fue muy comentado el grupo de jóvenes que a finales de 2011 e inicios de 2012 se detectó en Chihuahua, de entre 10 y 16 años, que se realizaba lesiones con objetos punzocortantes.

Además recientemente, se publicó en Zócalo Monclova que esta práctica también está siendo llevada a cabo por jovencitos en las escuelas, debido a los programas que se ven tanto en televisión como por internet.

Estadísticas extraoficiales señalan que uno de cada 10 pacientes con depresión o síndrome de la personalidad se autolesiona. Según los números indican que la mayoría de los casos se presentan en los adolescentes, sin embargo organizaciones internacionales indican que la edad promedio que se tiene registrada en esta práctica es desde los 12 años y existen pocos casos de pequeños de 5 y 7 años.

Expertos en la materia coincidieron en señalar que como padre de familia se deben controlar los medios y la información que llega a los hijos, pues en internet se pueden ver videos que han sido apreciados miles de veces, también hay fotografías en donde se muestras diversas formas de realizar estos cortes.

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