Nuevo León.- Ángel Manuel Moreno vivió 14 años. Nació el 20 de agosto 2007 y los primeros cuatro años los pasó con su madre en “abandono total, riesgo y negligencia”, lo dejó a su suerte con una vecina en una colonia de Monterrey; lo único que se sabe de la madre es que podría llamarse Claudia, Ana Laura o Perla Marisol Moreno.

Los siguientes diez años, Ángel estuvo en una institución gubernamental para ponerlo a salvo, quizá ser adoptado por una familia, mejorar su calidad de vida; murió ahí el 9 de febrero de 2022, fue asesinado, acusó la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León.

Uno de los tres responsables de la muerte de Ángel fue postulado como candidato a diputado federal plurinominal por Movimiento Ciudadano (MC) en la segunda posición de la segunda circunscripción, para la contienda electoral del próximo 2 de junio.

Miguel Ángel Sánchez Rivera, candidato de MC, registrado ante el Instituto Nacional Electoral (INE), el día del asesinato de Ángel era director general del DIF del estado de Nuevo León; está acusado ante la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León de encubrimiento y tiene un amparo.

Los otros dos implicados son Mauricio Miguel Massa García, entonces director de Atención Integral al Menor y la Familia, y Raymundo Francisco Rodríguez Vázquez, entonces encargado de la Enfermería de Fabriles, quien es señalado de provocar la muerte del menor.

Ángel Manuel Moreno era un niño con discapacidad. Cuando ingresó a las instalaciones del DIFNL unidad Capullos, el 28 de octubre de 2011, su diagnóstico fue de trastorno depresivo persistente, discapacidad intelectual, diagnóstico de TDAH; antes de morir le realizaban estudios de episodios de auto y heteroagresión y crisis epilépticas.

Ángel Manuel Moreno pasó de la unidad Capullos del DIF de Monterrey a la de Fabriles, un albergue para para menores migrantes no acompañados, desde el 28 de noviembre de 2021, cuando Ángel fue parte de un grupo de cuatro niños que armaron un plan para escapar de Capullos, por el maltrato del que eran víctimas ahí.

La policía contuvo a los niños. Fueron sometidos por policías municipales. Los esposaron primero y luego les sujetaron las muñecas con cinta canela y fueron inyectados con un tranquilizante.

Ángel pasó los últimos 72 días de su vida en el albergue de Fabriles, varios de esos días aislado de los otros niños, como peligroso delincuente.

El cuerpo de Ángel fue cremado sin autopsia de ley. Murió a las 1:54 horas, del 9 de febrero de 2022 y el servicio de cremación se solicitó a las 3:17 horas del 9 de febrero de 2022, una hora y 23 minutos después de su muerte que, según el certificado del médico Alan Ríos Carmona, médico que no pertenece al DIF, ocurrió por choque séptico, peritonitis.

De acuerdo con la funeraria Erfin, las cenizas de Ángel estuvieron en sus instalaciones al menos hasta el 17 de febrero de 2022, en una bolsa de papel.

Nelly Arlene Ramos Quintanilla, voluntaria del DIF madrina de Ángel desde enero de 2012, en su declaración ministerial del 28 de marzo de 2022, acusó distintas irregularidades, no solamente en torno a la muerte de Ángel, sino de los otros niños, que incluso fueron víctimas de abuso sexual por parte de un enfermero.

Ramos Quintanilla declaró que dos trabajadoras del DIF le dijeron que nadie se debía enterar de nada y que no podía decir nada de la muerte de Ángel, “a lo que yo les cuestionaba el por qué.

Ramos Quintanilla declaró que un funcionario del DIF identificado como Abraham García le lanzó una velada amenaza ante la publicación de información sobre el homicidio de Ángel. “Me comentó este tal Abraham que si me buscaban, sin decirme quién o quiénes, me dijo que yo dijera que no sabía nada de lo que pasaba con Ángel ni de Elsa… en ningún momento me dijeron que a Ángel no le habían realizado autopsia”.

La historia de vida de Ángel es de absoluta tristeza y abandono, dijo a Excélsior una de las personas que ha seguido el caso que presuntamente fue cometido por el enfermero entonces de 22 años, Raymundo Francisco Rodríguez Vázquez, encargado de la enfermería de la unidad Fabriles del DIF, en Monterrey.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León documentó, a partir de la declaración ministerial de la cocinera Dalila Cifuentes Arce, que Rodríguez Vázquez golpeó a Ángel con el puño cerrado en la cara para detener una pelea entre Ángel y otro chico identificado como Delfino, en el transcurso del 8 de febrero de 2022.

Enseguida, Rodríguez Vázquez va a una cancha de futbol donde otros enfermeros pusieron a salvo a Ángel y el enfermero se le dejó ir con furia y fuerza con la rodilla sobre el abdomen de Ángel que pesaba 50 kilos.

Brayan Yair Castillo Rodríguez y Lucia Marena Escalame Villela dieron su declaración ministerial en ese sentido.

Cifuentes Arce dijo que a Ángel le dolía mucho el estómago y en ese momento comenzó a vomitar, “deduzco que el golpe que escuche fue el que le dio Raymundo y que por eso comenzó a vomitar… en el trascurso del día le reporte a Raymundo que Ángel seguía muy mal… sus ojos se veían sumidos y negros, su piel se veía amarilla, y en ese momento Raymundo me da un ibuprofeno y me comenta ‘dile a Ángel que ya es el último medicamento que le damos, que se aguante hasta la noche’… en ese momento Ángel me comento que le dolía intensamente el estómago, ya que Raymundo le había pegado en el estómago”.

En su declaración ministerial, Cifuentes Arce señaló que “lo reconozco plenamente y sin lugar a dudas como el mismo con quien me dirigí horas más tarde y le comenté ‘Ángel está diciendo que le habías pegado en el estómago’ a lo que Raymundo me comenta ‘es que sólo le pegué, shh (haciéndome la seña de silencio, es decir, el dedo índice en la boca) no le digas a nadie’; por lo que Ángel ya en todo momento se quedó acostado en su dormitorio y siguió vomitando…”. Horas después Ángel murió.

En su declaración ministerial, el enfermero, con seis meses de experiencia en ese trabajo, dijo: el 8 de febrero de 2022 que, en el transcurso de la mañana, Ángel se encontraba muy intransigente, golpeando la puerta que da a los patios con un garrafón de agua; que Ángel intentó golpear a Lucí a, una pasante.

Dijo que intervino y se llevó a Ángel a la enfermería y al estar tratándolo junto con la doctora Priscila San Gabriel Flores Guerrero, ella le inyectó cinco mililitros de olanzapina, por lo que minutos después se calmó.