Coahuila
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Grupo Zócalo
Publicado el miércoles, 10 de diciembre del 2025 a las 20:45
Saltillo, Coah.- La industria electrónica y la automotriz mexicana, una de las mayores del mundo, podrían perder acceso a componentes clave como pantallas digitales, módulos electrónicos o autopartes especiales que hoy vienen de Asia y que nuestro país no es autosuficiente o simplemente, no los produce.
Con estrategia, se precisa fijar una política comercial clara que proteja al país, pero a la par, que garantice las tecnologías y no ponga en peligro las inversiones.
Integrantes del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado de la República votaron en abstención el dictamen de propuesta para imponer aranceles del 50 por ciento a insumos importados de países con los que si bien México no tiene tratados comerciales, mantiene una fuerte actividad económica y esencial para el desarrollo, como la industria automotriz y electrónica, según el Senador Miguel Ángel Riquelme Solís.
Al hablar este miércoles a nombre del GPPRI, expresó que hay coincidencia respecto a la necesidad de fortalecer la industria nacional y reducir la dependencia exterior. “ Pero debemos hacerlo con inteligencia, con pasos firmes y responsables. Si queremos ser autosuficientes, primero tenemos que ser estratégicos, ya que imponer aranceles sin transición, sin acompañamiento productivo ni incentivos reales a la sustitución de importaciones, sólo encarecería la manufactura mexicana”.
El senador coahuilense, a nombre de las y los senadores priistas, hizo un llamado desde la tribuna a la mesura, a la inteligencia económica y a la visión de largo plazo, ya que la citada propuesta del partido oficial, requiere un mayor análisis al interior del órgano legislativo, pues prácticamente se está legislando “ al vapor y pasando por alto el proceso parlamentario, lo que ya se está haciendo costumbre”.
“ También vemos con preocupación que esta minuta tiene un claro sesgo recaudatorio, aunque se nos ha dicho que no se crearán nuevos impuestos, en la práctica estos aranceles generalizados se traducen en un impuesto indirecto al consumo y a la producción. El Gobierno estima ingresos adicionales sin haber presentado con claridad un estudio integral sobre los costos que esto tendrá para las familias, la industria y el país. Es paradójico que una administración que prometió no incrementar impuestos hoy recurra a los aranceles como válvula fiscal para cerrar su déficit, trasladando la carga al ciudadano común, a la pequeña empresa, al fabricante que depende de insumos importados, y al consumidor que ya enfrenta un entorno económico complejo”.
Hizo referencia a que durante décadas, México ha sido un puente entre continentes, culturas y economías. “Hemos mirado hacia fuera sin perder nuestra identidad; durante los gobiernos del PRI, abrimos mercados, no por capricho, sino por vocación, porque entendimos que nuestra competitividad no depende de cerrar fronteras, sino de construir cadenas de valor, atraer inversión, exportar talento y posicionar productos mexicanos en todos los rincones del planeta”.
Ciertamente, añadió, hay sectores nacionales que deben cuidarse, y apoyarse como a las MIPYMES frente a abusos y desequilibrios; no obstante, proteger no es lo mismo que encerrarse.
“ Si subimos muros sin una estrategia industrial sólida, no solo frenamos lo que importamos, también apagamos lo que podríamos producir, vender y generar en empleos. No podemos darnos el lujo de volver a un proteccionismo que ya vivimos en el siglo pasado, y que nos dejó inflación, escasez y rezago tecnológico. Por eso, al debatir una reforma que eleva aranceles hasta en un 50% en más de mil fracciones, debemos preguntarnos con seriedad: ¿estamos defendiendo a la industria nacional o estamos simplemente levantando barreras que nos aíslan? ¿Estamos fortaleciendo nuestras cadenas productivas o debilitándolas al encarecer los insumos que necesitan? El reto no es cerrarnos: el reto es competir, con inteligencia, con visión y con justicia”.
ESCALADA DE PRECIOS EN BIENES DE CONSUMO
Al mismo tiempo, Miguel Riquelme Solís, en su intervención explicó que al gravar insumos importados, industrias nacionales podrían ver incrementado su costo de producción, que se trasladará al consumidor en forma de precios más altos; impactando en las cadenas de suministro y una eventual escalada de precios en bienes de consumo, por ejemplo, en particular, la industria automotriz mexicana, una de las mayores del mundo.
Esta importante actividad, podría perder acceso a componentes clave como pantallas digitales, módulos electrónicos o autopartes especiales que hoy vienen de Asia y que el país no es autosuficiente o simplemente, no los produce.
Más aún y para entender la dimensión del problema, de acuerdo con el Banco de México, mantiene un déficit comercial importante con Asia; tan solo con China, por ejemplo, en los primeros seis meses de 2025, la balanza marcó un déficit récord de 57,535 millones de dólares, lo que deja en evidencia la dependencia que se tiene de insumos asiáticos; que agravarlos de golpe y sin una política comercial clara, impactará directamente en los bolsillos de los mexicanos y en la competitividad de nuestro país.
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