Saltillo, Coah.- Para don Rafael Eduardo Cabral Puente, empresario del ramo metalúrgico y expresidente de la Sociedad Mexicana de Fundidores, Capitulo Coahuila, uno de los principales atractivos para que la industria automotriz volteara hacía Saltillo y la Región Sureste, fue precisamente la excelente calidad de fundición que aquí se producía, pero también fue determinante el alto nivel educativo de nuestros trabajadores, técnicos e ingenieros.

Entrevistado en el segmento ‘Saltillenses que Inspiran’ del noticiario ‘Despega con Chuchuy’ de TELE SALTILLO, el reconocido empresario, nacido en San Luis Potosí, pero saltillense por adopción y de toda la vida, comenta: “la industria automotriz empezó aquí cuando se fabricaron los primeros monoblocks en el sector de la fundición que ya operaba en esta zona”.

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Sin embargo otro factor que influyó de manera determinante para que voltearan para acá las grandes armadoras y productores de autopartes, fue el nivel educativo de sus trabajadores y sus escuelas, fue clave para que se asentara aquí la industria automotriz, y hoy vemos el resultado, con el crecimiento y desarrollo tan grande que presenta nuestra Región Sureste”, expone el Ingeniero Cabral.

Y lo dice un egresado del Colegio México y del Instituto Tecnológico de Saltillo, “lo cual fue una fortuna para mí, porque esas instituciones eran y siguen siendo un pilar en la región, y aunque hoy hay muchas otras, esas dos en lo particular han aportado muchísimo, y son de gran importancia no solo para l

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Y en ese aspecto, el Tec Saltillo es muy significativo para el sector automotriz, porque está muy enfocado a la metalurgia, que es la base de la fundición, área donde inicia toda la cadena de producción”, explica el director general de la Fundición Cabral de Saltillo, negociación con 64 años de trayectoria en la vida industrial de nuestra capital.

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La fundición ha tenido un crecimiento muy bueno, cuando empezó mi señor Padre, había unas 15 fundiciones chicas en Saltillo, ya estaba CIFUNSA que fabricaba conexiones de hierro maleable; La primera fundición nació en 1934 y fue la de don Antonio Galicia, que se ubicaba en la General Cepeda bajando Muzquiz, y después de ahí fueron surgiendo muchas otras pequeñas fundiciones, que generaban refacciones de hierro vaciado y madera para la industria textil y para la minería”.

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Mi Padre empezó el taller, su pequeña empresa, haciendo refacciones textiles, para la Textil San Francisco que tejía sacos de palma, para la Textil Santa María de don Segundo Rodríguez Alvarez; Les hacíamos refacciones, requerían todas las piezas a fricción, chumaceras que antes eran de bronce, y que hoy en día son de plástico, así como piezas de aluminio y hierro vaciado”, explica.

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Mi Padre fue siempre muy hábil, lo mismo era mecánico que soldador, fundidor, tornero, fresero, hacia de todo, dominaba muy bien el medio; y mi hermano y yo, aún y cuando éramos muy pequeños, ayudábamos de las cinco a las siete y media de la tarde, hacíamos como 100 peines de latón, con agujas de acero que venían de Inglaterra, y que eran muy utilizados en la industria textil” comparte el entrevistado.

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Nos pagaban un peso por cada pieza, por lo que a la semana generábamos 700 pesos que eran aportados por nosotros para seguir invirtiendo en equipos y gracias a eso, se pudieron comprar tornos, cepillos, fresadoras, y eso permitió que el negocio creciera. Mi padre tenia un ingreso como de 600 pesos a la quincena, pero de ahí tenía que salir para colegiaturas, y el gasto de todos en la casa”.

Don Rafael asegura que “hoy en día nuestra región es privilegiada por todo el crecimiento que se registra, y que tiene convertida a Saltillo y Ramos Arizpe en una de las principales zonas automotrices de Norteamérica, y para ello han influido muy diversos factores como el ambiente laboral, la experiencia de nuestros trabajadores, la logística y ubicación estratégica con que contamos”, pero insiste que “la educación de nuestra gente ha sido clave para alcanzar ese desarrollo que hoy tenemos aquí”.

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Hoy tenemos una región de grandes oportunidades, mismas que deben ser aprovechadas por nuestros jóvenes, que necesitan capitalizar sus estudios para hacer mucho por ellos mismos, por sus familias, por las instituciones de las que están egresando, pero también por su comunidad, con mucho compromiso, y aprovechando toda la tecnología con la que hoy se cuenta”.

¿Quien es Rafael Eduardo Cabral Puente?

Nació en San Luis Potosí el 29 de diciembre de 1944.

En 1953, por necesidad de trabajo de su señor Padre, la familia tiene que mudarse a Saltillo, llegando a esta ciudad en tren.

Realizó primaria y secundaria en el Colegio México.

Bachiller en la Escuela Preparatoria Nocturna para Trabajadores.

Curso la Ingeniería Industrial, en la especialidad de Mecánica, en el Instituto Tecnológico de Saltillo en 1968, donde realizó un postgrado en Fundición en Fundición, el cual concluyó en 1974.

Durante todos sus estudios siempre colaboró en el taller de su papá, donde fabricaban refacciones para la industria textil, y de ahí la idea de fundir algunos metales como bronce y aluminio, y posteriormente en hierro en cubilote.

En 1961 ya fabricaban hierro maleable, y en 1965 empezaron con hierro nodular, el cual siguen produciendo hasta la fecha.

El negocio ‘Cabral de Saltillo Sa de Cv‘ inició en 1958, por lo que está cumpliendo 64 años, superándose y avanzando de cubilote a horno de arco, y ahora a horno de inducción.

En 1977 don Rafael fue socio fundador de la Sociedad Mexicana de Fundidores, Región Saltillo, de la cual fue presidente en varios periodos, y aun es socio activo. Así mismo formó parte del Consejo Directivo de la CANACINTRA, por mas de 40 años, y aún es miembro de dicha cámara empresarial. También desde 2005 es miembro del Patronato del Cuerpo de Bomberos, Coahuila-Sureste.

En 2004 recibió el premio como ‘Fundidor del Año’, galardón anual que entrega la Sociediad Mexicana de Fundidores, y en 2005 se hizo merecedor al ‘Águila CANACINTRA’ a la Perseverancia.

Es un entusiasta del apoyo a la comunidad, a la que ha servido desde el Club Sertoma de Saltillo, del cual fue presidente, y socio por más de 25 años.

En octubre de 1970 contra matrimonio con Rosa María Mireles, con quien formó una gran familia de cinco hijas, yernos y siete nietos.

Siempre ha sido aficionado al futbol y en Saltillo también tomó gusto por el beisbol y las motocicletas. Otras de sus aficiones son la pesca y la cacería, actividades en las cuales ha obtenido importantes trofeos.

También es aficionado a la literatura, la música romántica y la poesía.

Gracias a su carácter amigable, donde de gente y carisma ( eso sin contar con que con facilidad literaria en cada reunión en la que participa hace un verso del tema tratado), a lo largo de su vida ha forjado grandes y numerosas amistades que aún conserva y fortalece con sus desayunos, tardes de café y caminatas dominicales.