Internacional
Por Grupo Zócalo
Publicado el martes, 1 de octubre del 2024 a las 21:19
Washington.- ¿Hará caso Israel a la advertencia de Joe Biden de no lanzar una ofensiva terrestre en Líbano? Parece dudoso ante la impotencia de Estados Unidos para influir en su aliado desde el comienzo de la guerra en Gaza.
El presidente estadunidense dio a entender que es contrario a una operación terrestre israelí en Líbano y pidió un alto el fuego, en medio de una tensión extrema después de que Israel matara al líder de Hezbolá, Hasán Nasralá.
Un escenario familiar. Cada vez que Estados Unidos habla de diplomacia o llama a un alto el fuego, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, parece responder intensificando la ofensiva.
El miércoles pasado, Estados Unidos y Francia pidieron conjuntamente un alto el fuego de 21 días entre Israel y Hezbolá. Al día siguiente, Netanyahu anunció más ataques contra el movimiento islamista libanés, respaldado por Irán.
En la Asamblea General de la ONU, el contraste era sorprendente: mientras el primer ministro israelí autorizaba el viernes un devastador ataque contra Nasralá, el jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, volvía a pedir una solución diplomática.
“Israel tiene derecho a defenderse, pero la manera en que lo hace importa”, afirmó en rueda de prensa.
Lo viene diciendo desde el ataque sangriento del movimiento palestino Hamás contra Israel el 7 de octubre.
Sacar una mayor ventaja
Washington no llora la muerte del líder del Hezbolá, a quien considera un “terrorista brutal“, pero aclaró inmediatamente que no estaba implicado ni había sido informado de antemano del ataque.
Lo mismo sucedió tras la muerte del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, el 31 de julio en un ataque en Irán atribuido a Israel.
Israel intenta sacar toda la ventaja posible, debilitando considerablemente el movimiento islamista libanés y frente a un Hamás derrotado en Gaza, afirma una fuente diplomática.
Este último se reunió el domingo con su homólogo francés Jean-Noël Barrot, quien desde Beirut instó el lunes a Israel a “abstenerse de cualquier incursión terrestre en Líbano”, aparentemente sin respuesta.
También habló con el británico David Lammy el lunes por la mañana, y con ministros árabes al margen de una reunión ministerial en Washington de la coalición contra el grupo Estado Islámico (EI).
Su entorno asegura que Washington no dicta a Israel, un Estado soberano, su conducta en la guerra, pero reconoce entre líneas un margen de maniobra limitado con Netanyahu.
Joe Biden suspendió una entrega de bombas en mayo pero en general se ha negado a utilizar la presión de las armas sobre Israel.
El calendario político estadunidense tampoco ayuda. Mientras la vicepresidenta Kamala Harris hace campaña contra el ex presidente Donald Trump para las elecciones del 5 de noviembre, el gobierno se desespera por alcanzar un acuerdo en Oriente Medio antes de los comicios.
El objetivo es evitar la impresión de caos, pero pocos observadores anticipan un cambio de estrategia, tan cerca de las elecciones.
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