Guadalajara, Jal.- Correr por su vida no le sirvió de nada al joven de 25 años que acababa de recibir cinco balazos en calles de la Colonia Lomas de Polanco.

Su sudadera blanca ya estaba teñida de rojo a causa de tanta sangre que había perdido cuando se desvaneció, cayendo sentado, recargado en la pared de un negocio de reparación de computadoras ubicado en el cruce de Othon Blanco Cáceres y Ramón Alcorta.

Según testigos, eran las 22:00 horas del lunes cuando los agresores lo acribillaron una cuadra antes y él trató de ponerse a salvo, pero finalmente se desplomó.

Al llegar a la escena del crimen, los policías de Guadalajara se dieron cuenta con sólo verlo que ya había perdido la vida, por lo que la ambulancia sólo acudió al sitio a que los paramédicos certificaran el deceso.

Las calles aledañas estaban solas, esta vez ningún vecino salió a ver qué había pasado o a curiosear.

Un joven que iba a pie se topó de pronto con el cerco policiaco, que se atravesaba en su camino para llegar a casa. Pidió permiso a los policías para pasar y no se lo permitieron.

“Me molesta mucho cuando ocurren estas cosas en la colonia. El ambiente se pone muy tenso; yo tengo hijos pequeños y no los dejo ni salir. Siempre se pone muy raro todo, se llena de gente que no es de aquí, que sólo anda rondando”, lamentó el sujeto antes de irse.

Un policía comentó que a una cuadra de distancia, donde ocurrió la agresión, quedaron regados cinco casquillos de arma corta.

Sobre los causantes no se obtuvieron características, pues al parecer nadie había visto el momento de la agresión, sólo vieron al joven caerse en la esquina de la pequeña placita llena de negocios.

Cuando los agentes de la Policía de Investigación reunieron las pruebas y fotografías suficientes para concluir con el análisis de la escena, pidieron a los camilleros del Servicio Médico Forense que recogieran el cuerpo del joven y lo llevaran a la morgue metropolitana, en espera de que su familia lo reconozca y reclame su cadáver.