Vida

Publicado el miércoles, 3 de diciembre del 2025 a las 11:48
Monterrey, NL.- Primero fue el burnout o síndrome del desgaste, agotamiento físico y mental causado por el estrés crónico en el trabajo.
Después, hizo su aparición el término de grind culture, la creencia de que el trabajo sin descanso es el único camino hacia el éxito, sacrificando tiempo personal. Entre las diferentes referencias que “grind” tiene en inglés está la de “trabajo pesado”.
Ahora, con las redes sociales y servicios de mensajería presentes 24/7 en las vidas de los adolescentes, de lo que se habla es del grind culture estudiantil.
Este semestre, el American Institute of Monterrey organizó para sus estudiantes adolescentes un encuentro llamado Mind Matters (La mente importa).
En él se abordó cómo las redes sociales disparan este problema al impulsarlos a ser productivos todo el tiempo, buscando la perfección académica, deportiva y social. A costa, muchas veces, de su bienestar emocional.
El Center for Digital Thriving de la Universidad de Harvard (2024) señala que más de una cuarta parte, el 27 por ciento de los adolescentes, reporta sentirse agotado, y 56 por ciento siente una fuerte presión por tener definido su futuro, desde elegir carrera universitaria hasta planear su vida profesional.
A esto se suma que 53 por ciento de los jóvenes siente que debe ser excepcional e impresionar con sus logros, mientras que 51 por ciento afirma sentir presión por su apariencia física o por seguir tendencias.
Esta exigencia constante no sólo afecta la autoestima y el rendimiento académico, sino que está relacionada con niveles crecientes de ansiedad, agotamiento y frustración.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que 1 de cada 7 adolescentes entre 10 y 19 años padece algún trastorno mental, siendo la depresión, la ansiedad y los trastornos de conducta los más frecuentes.
En Mind Matters, Emilia Ortiz, psicoterapeuta de la asociación Comenzar de Nuevo, recalcó la importancia de enseñar a los jóvenes herramientas prácticas para autorregularse, encontrar calma y fortalecer su confianza emocional.
“Es importante que los adolescentes comprendan qué pasa con su cuerpo cuando sienten ansiedad o tristeza. Sentir es completamente normal, y pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino de fortaleza”, señaló la especialista.
En el mismo encuentro, el boxeador Juan Pablo Soto platicó a los jóvenes sobre cómo el deporte se convirtió para él en un espacio de conexión cuerpo-mente y en una herramienta para mantener el equilibrio frente a las exigencias del entorno.
“Entrenar la mente es igual de importante que entrenar el cuerpo físico. La salud mental es tan importante como la salud física.
“Tener un círculo de apoyo, saber pedir ayuda y disfrutar el camino, son habilidades esenciales para la vida”, dijo Soto, quien promueve en sus redes sociales el bienestar emocional a través del deporte.
De acuerdo con investigaciones recientes, 8 de cada 10 adolescentes reconocen que las redes aumentan la presión por lucir lo mejor posible o proyectar una vida perfecta, especialmente en plataformas como TikTok, Instagram y Snapchat.
“Estas plataformas se han vuelto vitrinas donde todos mostramos sólo lo mejor, y los chicos sienten que tienen que estar al mismo nivel todo el tiempo. Aunque sepan que muchas de esas imágenes son irreales, terminan comparándose igual”, dijo María José Fernández, psicóloga en AIM.
“La necesidad de verse ‘bien’ o parecer ‘exitosos’ todo el tiempo, puede ser muy cansado para ellos, intentar pretender constantemente. Muchos jóvenes cargan con una ansiedad silenciosa por no poder cumplir con esas expectativas, y eso les afecta mucho en su autoestima y bienestar emocional”.
Algunos se frustran cuando las cosas no salen perfectas, continúa Fernández, o sienten que, si no destacan, no valen lo suficiente.
“Eso es durísimo, porque pierden de vista que el valor personal no depende de los ‘likes’ ni de los logros”, señaló. “También notamos que hay más adolescentes que se sienten emocionalmente agotados. No es falta de capacidad, es exceso de ruido.
“Todo el tiempo hay algo que los estimula -pantallas, información, presión social- y pocas pausas para respirar, para escucharse o simplemente para estar tranquilos”.
Al mismo tiempo no saben lo que es “aburrirse” o simplemente hacer nada.
Recomendaciones para evitar que los adolescentes se sientan abrumados por las redes sociales.
– Ayúdalos a establecer límites digitales. No se trata de prohibir, sino de usar las redes de forma más consciente: seguir cuentas que sumen, no compararse, y recordar que lo que se ve no es toda la historia.
– Enséñales a valorar la autenticidad. Que entiendan que está bien no ser perfectos, que pueden mostrarse tal cual son. Que el error o la vulnerabilidad también forman parte del crecimiento.
– Crear espacios reales, sin pantallas. Conversar, hacer deporte, salir al aire libre, dibujar, cocinar, reír. Todo eso les ayuda a reconectarse con lo que realmente los hace sentir bien.
Cuando los jóvenes se dan permiso de ser ellos mismos -sin filtros ni expectativas-, indica Fernández, su bienestar mejora muchísimo.
MENTES AGOBIADAS
Una investigación realizada por el Center for Digital Thriving de la Universidad de Harvard, en EU, el año pasado entre adolescentes revela que:
– 27% reporta sentirse agotado
– 56% siente una fuerte presión por definir su futuro, incluso inmediato
– 53% considera que debe ser excepcional o impresionar con sus logros
– 51% afirma sentirse presionado por su apariencia física o por seguir tendencias
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