En México es alarmante el número de casos confirmados y muertes causadas por el coronavirus (COVID-19). Esta enfermedad causada por el virus SAR CoV-2 fue registrada por primera vez en territorio mexicano el 14 de enero de 2020. Mientras que las primeras muertes fueron reportadas el 21 de marzo de 2020. Más de siete meses después el número de personas fallecidas ha causa de esta enfermedad supera a las 95,000. En números absolutos, por tasa de muertos por millón de habitantes, esta cifra coloca a México en el cuarto lugar a nivel mundial, solo por debajo de Estados Unidos, India y Brasil.
Por lo tanto, es ineludible el compromiso que tiene el Gobierno de la 4T para garantizar a los mexicanos una vacuna contra el SARS COV-2 e incrementar la oferta de estrategias sanitarias con miras a universalizar en todo el país el derecho a la salud pública que está reconocido a nivel global por la Organización Mundial de la Salud. No obstante, el Presupuesto de Egresos de la Federación implica las prioridades del gobierno morenista para determinar si puede haber discursos, ideas y políticas públicas en términos generales de la emergencia sanitaria, pero si no están acompañados por un presupuesto correspondiente, entonces quedan siendo solo buenas intenciones. En el transcurso de esta contingencia (considerada como la crisis del tercer milenio), el Poder Legislativo -lejos de ser un contrapeso del Poder Ejecutivo-, se está convirtiendo en una oficialía de partes de la voluntad presidencial. En ese sentido perdemos todos los mexicanos por la falta de discusión real en cuanto lo que respecta al deficiente manejo de la pandemia, así como el estancamiento de la recuperación económica. Los recursos etiquetados parecen tener mayor relevancia en los programas sociales orientados a los votos clientelares del partido en el poder y en la inversión para la infraestructura de las caprichosas obras del Aeropuerto de Santa Lucía, la Refinería Dos Bocas y el Tren Maya.
En definitiva, no se contempla un presupuesto responsable que atienda a las necesidades de la pandemia que estamos viviendo. Por ejemplo, en China tienen la estrategia de otorgar el equivalente a $13, 000 pesos a las personas que se hagan la prueba de forma gratuita y resulten positivos al COVID-19; mientras que en México las escasas pruebas que aplica el gobierno para detectar el coronavirus tienen un porcentaje de positividad de 43 %, el cual resulta ser uno de los más altos a nivel mundial. En el contexto pandémico se necesita una orientación más clara respecto a temas que tienen que ser prioridad como lo es la carrera para tener una vacuna para combatir el COVID 19.
Las “buenas noticias” es que mucho se habla de una vacuna que llegará a México y que es fácil de producir. Se trata de la vacuna desarrollada por la farmacéutica Astrazeneca y la Universidad de Oxford, que mostró de acuerdo con resultados preliminares que previene contagios del COVID 19 con una eficacia del 70.4 % de los casos. Más de veinte mil personas en el Reino Unido y Brasil participaron en la tercera fase de las pruebas clínicas y los ensayos realizados. Sin embargo, se trata de una cifra promedio a partir de dos regímenes de dosificación diferentes. Uno con dos dosis completas con un mes de diferencia tuvo una eficacia de 62%. En el otro, con media dosis seguida de una dosis completa, también con un mes de diferencia la vacuna fue 90 % efectiva. Entre quienes la recibieron no hubo
hospitalizaciones ni casos graves de enfermedad. Solo hubo 30 casos de COVID 19 en personas que habían recibido dos dosis y 101 en el grupo de control que recibió un placebo.
Los investigadores dijeron estar emocionados por tener una vacuna que funciona y salvará muchas vidas. Una de sus ventajas es que se puede almacenar. transportar y manipular en condiciones convencionales de refrigeración (entre dos y ocho grados centígrados). Además, se pueden producir millones de dosis con gran rapidez. También es la más barata de fabricar y durante la emergencia sanitaria no se le sacará ningún provecho económico. La Agencia Reguladora del Reino Unido afirmó que revisará la combinación que resultó en la combinación más alta. Destacó que con una dosis y media será posible vacunar a más personas con el abasto que ya estaba planeado. México firmó un convenio en el que tendrá acceso a 77 millones de dosis que estarán disponibles entre marzo y agosto del 2021. El canciller Marcelo Ebrard celebró el anuncio y recordó que el país tiene contrato de suministro para este medicamento.
Entre las múltiples candidatas de vacunas está la de Pfizer que es la que va más adelante en la carrera con una efectividad al 95%. Ya pidió luz verde para ser aplicada como uso de emergencia a la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA). Existe un acuerdo de pre compra entre el gobierno de México y la farmacéutica para adquirir 34 millones de dosis. Por otro lado, la vacuna estadounidense Moderna tiene una efectividad de 94.5% y planea pedir permiso a la FDA a finales de este mes. México sí tiene convenio con la farmacéutica por medio del mecanismo COVAX. Otra es la vacuna china desarrollada por Casino Biologics que inició el protocolo para su aplicación en México hace un par de semanas y, 35 millones de dosis estarían disponibles entre septiembre y diciembre del 2021. La vacuna rusa Sputnik tiene efectividad del 92% de acuerdo con sus desarrolladores; y se tiene previsto la participación de México en los ensayos de fase tres.
En las siguientes entregas les compartiré algunos hallazgos de la investigación periodística de los avances del desarrollo de estas vacunas.
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