Originario del ejido Hipólito, en Ramos Arizpe, René Enrique Yeverino Martínez, es saltillense por adopción propia. Hijo del matrimonio formado por el señor Eliseo Yeverino Fonseca y la señora Martina Martínez Ruiz, quienes inculcaron a su hijo los más grandes valores y una sólida formación que le permitió ser un miembro distinguido de nuestra sociedad.
Se gradúa de ingeniero Industrial en el Instituto Tecnológico de Saltillo. Ha desarrollado una importante carrera docente en el nivel medio superior y superior durante 30 años, lo que le ha permitido conocer a fondo el sistema educativo y sobre todo las posibilidades de correlación con el trabajo extra curricular en beneficio de la comunidad.
Sus conocimientos de seguridad los ha llevado más allá de las aulas: el cuidado de los bosques aledaños a Saltillo, especialmente la sierra de Zapalinamé, nuestra mejor productora de agua, han sido por muchos años una preocupación constante.
“Sin agua no hay industria, hay empleo, no hay vida, no hay nada”. Bajo este razonamiento, Yeverino Martínez logró que las autoridades del Instituto Tecnológico apoyaran su iniciativa para formar y mantener, por muchos años, un grupo cívico forestal, que es ejemplo de orgullo no sólo del Tecnológico, sino de la ciudad.
El trabajo estaba enfocado a la prevención mediante la educación.
Cada fin de semana o cada período vacacional, encontrábamos a René y sus muchachos cumpliendo una misión que se encomendaron ellos mismos.
En los difíciles momentos del incendio de 1998, en medio de la desesperación, se significó la brigada del Tecnológico de Saltillo; se encargó del abasto de comida y agua para los combatientes. Sus jóvenes figuras se confundían en la sierra subiendo y bajando rápidamente. Esto sólo se puede lograr con entrenamiento y disciplina, con el orden y la responsabilidad que les inculcó este excelente maestro, que ponía la muestra en esta audaz y peligrosa tarea
Es muy difícil describir en unas cuantas palabras la labor de René Enrique Yeverino Martínez, que decide cumplir con sus enmiendas en el más íntimo de los escenarios, sin la luz cegadora de los reflectores y sin la necesidad de los reconocimientos, como luchador social o como ambientalista.
Yeverino, insiste, Saltillo sobrevivirá sólo con agua, sólo con la sierra, sólo con quien la cuide desinteresadamente; el hombre tomó muy en serio esta su voluntaria tarea, la que practicó por más de 30 años.
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