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Publicado el sábado, 29 de noviembre del 2025 a las 19:15
Guadalajara, Jalisco.– El recién galardonado con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, Amin Maalouf, ofreció un discurso de aceptación que osciló entre la fascinación por el progreso tecnológico y la profunda alarma por el retroceso moral de la humanidad, haciendo un llamado urgente a la literatura para “reparar el presente e imaginar el futuro”.
El escritor, quien se dijo “al mismo tiempo inquieto y maravillado” ante la época actual, destacó la contradicción de vivir en la era más fascinante de la historia, donde se han cumplido sueños milenarios (como el acceso instantáneo a todo el conocimiento), mientras que los valores humanísticos retroceden.
El galardonado subrayó que la principal característica de nuestro tiempo es la disparidad entre los avances: la ciencia y la técnica progresan sin pausa, impulsadas por la inteligencia artificial, mientras que la evolución moral “tropieza, se desvía o incluso retrocede”.
” Hoy vivimos una aceleración dentro de la aceleración, con transformaciones profundas que ya no ocurren cada cinco o diez años, sino cada año… o incluso de un trimestre a otro,” advirtió.
El autor manifestó su decepción al ver que la barbarie de la guerra ha regresado con fuerza —tanto en su región natal, el Levante, como en su patria adoptiva, Europa— y que la voz de las organizaciones internacionales es casi “inaudible”, dejando al mundo regido por la “ley del más fuerte”.
El escritor lamentó haber creído en su juventud que la justicia, la libertad y la democracia se extenderían inevitablemente, y que la guerra se volvería inconcebible. Por el contrario, señaló una “regresión del universalismo, una regresión de la democracia, una regresión del Estado de derecho” en todo el planeta.
Ante este panorama, el ganador del FIL enfatizó que la única forma sensata de responder es acelerar en paralelo la evolución de las mentalidades y preparar a las nuevas generaciones para comprender el mundo que se transforma vertiginosamente.
El autor defendió que la solución no es oponerse al progreso tecnológico, sino “apropiarnos de ese progreso, ponerlo al servicio del ser humano, de su dignidad, de su libertad”.
El discurso concluyó con la definición de la triple misión de la literatura en el siglo XXI:
1. Conciencia: Hacer conscientes a los lectores de la complejidad del mundo para que puedan contribuir a su avance y protegerse de sus peligros.
2. Destino Común: Convencer a la humanidad de que, a pesar de las diferencias, “o sobrevivimos juntos, o desaparecemos juntos”.
3. Iluminación Moral: Arrojar luz sobre los valores esenciales del ser humano: dignidad, libertad, respeto mutuo y convivencia armoniosa.
” Estoy convencido de que la literatura es hoy más indispensable que nunca en la historia humana,” finalizó.
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