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La normalización del incesto

Por Elia Martínez Rodarte

Hace 4 años

Es recurrente en mi consultoría y en los correos, recibir quejas de padres sobre la conducta de sus hijas, en particular a las adolescentes para arriba en edad, porque ellos desean controlar la sexualidad y la actividad sexual de las chicas.

Lo más atroz es que en esa preocupación por sus princesas, la mayoría de los padres ven más allá de un derecho de sus hijas, sino que les significa la transgresión de una de sus propiedades. De alguna manera bizarra algunos hombres jóvenes paternando poseen esa misma perspectiva, así como los señores ya mayores que requirieron una dote moral para dejar a sus hijas tener relaciones sexuales bajo la bendición de lo que se necesitase bendecir, pero nuncamente sin la supervisión del progenitor.

El padre es quien entrega a la novia en el altar, y además es el que da permiso de que su hija se case, cuando el futuro esposo va a la casa de la casadera, y ahí se formaliza la cuestión. Es decir, en la pedida de mano se deja ir a una mujer oficialmente, quien después de haber cumplido el rol de hija y hermana, con sus respectivas obligaciones de honrar al padre, ahora pasarán a cumplir las del marido, previo contrato civil y religioso, además bendecido por el señor padre.

En esta posesión bíblica que asumen muchos padres hay realmente un sesgo incestuoso, que aunque sea incómodo para muchos, es evidente y sobre todo escandaloso.

Leía hace poco sobre la canción Lemon Incest, que es un tema que el artista francés Serge Gainsbourg cantó a dúo con su hija Charlotte (sí, la misma de Nymphomaniac I y II). Quizás si hablamos de normalización del incesto, este ejemplo es de los más controversiales por toda la provocación que el mismo Serge provocó al grabar un video en donde canta con su criatura, en un entorno muy controvertido.

Él está sin camisa y con un pantalón vaquero y ella está vestida como una niña normal de 12 años, con camisetita y calzones un día normal de asueto, pero el asunto es que cantan el controversial tema tendidos en una cama. Lemon Incest es un tema que se grabó en 1984, causó gran controversia y fue uno de los hits musicales de la temporada pese a que trata un asunto que en todos lados en este planeta es delicado.

La canción es demasiado incestuosa. La cantan a dúo Serge y Charlotte, padre e hija, y aunque se disfraza como una loa al amor padre e hija, habla de un “amor puro y perturbador”: “Te amo, te amo. Te amo más que nada. El amor que nunca haremos juntos es el más raro, el más preocupante, el más puro, el más estimulante”, y de ahí era cantar más te amos y normalizar una relación que es inapropiada.

En esa loca década en Francia, ochentas y noventas, pasaron muchas cosas, pero algunas de ellas se relacionan con historias en donde las menores, como en este caso de Charlotte Gainsbourg sabroseada por su padre en una canción, sufren de una violación total de sus derechos, por parte de adultos mucho mayores que ellas como en el caso de Camille Kouchner, propulsora del #MeTooInceste en Francia, al publicar La Familia Grande, el caso de abuso sexual del hermano de la autora, por parte de su padrastro Oliver Duhamel, así como el caso del suicidio del director de cine Iván Noel, acusado de abuso de menores, además del libro de Vanessa Springira, El Consentimiento, que narra su relación con el intelectual Gabriel Matzneff. Ella tenía 14 y él 50.

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