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Coahuila

La realidad supera la ficción

Por Susana Cepeda Islas

Hace 5 meses

Frecuentemente, en varios círculos sociales escuchamos que “la realidad supera la ficción”. Esta frase cobra cada día mayor fuerza. Recordemos las novelas de Julio Verne y sus viajes submarinos, o los relatos en la novela de Frankenstein de Mary Shelley. Los seres humanos somos seres pensantes; hemos creado un sinnúmero de cosas que nos benefician, pero también que nos dañan. Una de ellas es la Inteligencia Artificial (IA). Se dice que no es una herramienta para realizar cualquier tipo de actividad, sino que ejecuta la tarea sin la presencia de los seres humanos.

Está sustituyendo a los empleados: en algunos comercios ya no hay cajeros; pones la bolsa de tus compras y, sin necesidad de sacar la mercancía, un aparato te da el total. Las personas pueden consultar su estado de ánimo o qué hacer cuando enfrentan algún problema. Incluso, quien desee escribir un libro, puede lograrlo fácilmente con IA.

La IA está dentro del campo de la informática; desarrolla sistemas que pueden realizar un sinnúmero de tareas. Son máquinas creadas para razonar, aprender y actuar como lo haría la inteligencia humana. Abarca todas las disciplinas: ingeniería de hardware y software, lingüística, educación, psicología, neurociencia, medicina, entre otras. En 1956, John McCarthy creó el término de Inteligencia Artificial y desarrolló el primer lenguaje de programación de IA, lo que dio pie a numerosas investigaciones.

Aquí viene lo interesante del tema. Los beneficios de utilizar IA son varios, por mencionar algunos: automatiza flujos de trabajo y procesos sin la presencia de los humanos; elimina errores manuales en procesamiento de datos, estadísticas, ensamble de fabricación y otras tareas en diferentes áreas; tiene la capacidad de suprimir actividades repetitivas; las realiza con gran precisión y rapidez; no tiene limitación para realizar el trabajo: no descansa, no falta, no se enferma. Analiza una gran cantidad de datos y puede realizar investigaciones en todas las disciplinas en corto tiempo. Reconoce voz, imágenes, traduce, entre otros. Mark Zuckerberg opina que: “La inteligencia artificial puede hacer este tipo de tareas mejor que cualquier humano promedio”.

Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. Ya se están sufriendo las consecuencias de su uso en la sociedad: desempleo al sustituir personas en las empresas; vulneración de derechos humanos; la complicada tarea de actualizar los datos en el sistema; falta de personal capacitado para implementar la IA; precios prohibitivos que la hacen inaccesible para muchos. Si falla algo en el sistema, podría ser catastrófico. Además, hay ausencia de empatía y ética. Su uso también puede tener fines negativos. Hay una falta de atención personalizada y una creciente dependencia tecnológica. Lo más grave: no existe una legislación jurídica que norme sus actividades. Al respecto, Bill Gates comentó: “En una década, la Inteligencia Artificial hará innecesarios a los humanos para la mayoría de las cosas”, y yo creo que en todas.

Están latentes todas las consecuencias que la IA traerá a la humanidad en un futuro no lejano. Me pregunto: ¿qué pasaría si fallan los algoritmos o los modelos matemáticos? ¿Es superior la IA a la inteligencia de los humanos? ¿Dependeremos tanto de la IA que dejaremos de pensar? ¿Sustituiremos a Dios con la tecnología? No tengo aún la respuesta. Sin embargo, se perciben opiniones encontradas en el ambiente público. Por un lado, algunos afirman que solo son máquinas; otros señalan que la IA tiene conciencia, que sufre y ama.

Lo que ya es una realidad es que su aplicación puede ser de gran beneficio para la humanidad. Por ejemplo, en el campo de la medicina: trasplantes de órganos fabricados por IA que los cuerpos no rechazan. O, en contraparte, puede ser utilizada por la delincuencia y dañar gravemente a las personas.

Se observan muchos avances de la IA. Los cambios en el mundo serán drásticos y traerán consigo conflictos éticos; amenazarán los derechos humanos, se ampliarán las desigualdades existentes y se dañará a los grupos marginados. Los humanos tendremos que adaptarnos a estos cambios y buscar la manera de sobrevivir ante este avance tecnológico.

¿Verdad que la realidad supera la ficción?

 

 

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