Por muchos años, la XESJ de Saltillo, con su frecuencia de 1250 kilociclos, servía como guía a las aeronaves procedentes de distintos puntos hacia el aeropuerto Plan de Guadalupe, de Ramos Arizpe, Coahuila o algunas pistas, hasta casi los años 80 del siglo pasado.
Testimonios tal vez haya varios, pero yo conozco uno de viva voz. Enrique “El Güero” Garza Cepeda fue un personaje de nuestro tiempo que se desempeñó como aviador, primero en la más famosa línea área del país, Mexicana de Aviación, pionera en estos menesteres y luego como seguro piloto particular, utilizando su propia nave o piloteando otros aviones.
“No voló por los cielos, los dominó”.
Era un hombre de acciones y decisiones expeditas, como lo exige la aviación. Reservado y silencioso, pero con la mente siempre activa. Desde su infancia tuvo clara la vocación. Lo mandaron a la ciudad de México a estudiar una carrera profesional y ya traía el gusanillo de la aeronáutica.
“El Güero” Garza Cepeda, como otros muchos pilotos, utilizaba la señal radiofónica de la XESJ para ubicar a Saltillo y muchas veces aterrizó naves pequeñas en los terrenos, donde luego se ubicaría el edificio de Almacenes Nacionales de Depósito, ahora es Canacintra, por la antigua ruta a Monclova y, cuando se le hacía de noche, sus hijos y su esposa estaban muy al pendiente; sobrevolaba su domicilio y ya sabían que tenían que llevar la camioneta y el auto para iluminar la pista.
Los aviones como el del Güero Garza Cepeda utilizaban el instrumento llamado ADF, aparato que permitía localizar la dirección de la estación de radio, y de ahí al aeropuerto o al a pista de aterrizaje.
Sí, las estaciones de radio son cruciales para la navegación y aterrizaje de aviones, especialmente en condiciones de baja visibilidad. Los pilotos utilizan sistemas de radionavegación, como VOR (VHF Omnidireccional Range) y NDB (Non-Direccional Beacon), para determinar su posición y rumbo, guiándose por señales de radio emitidas desde estaciones terrestres.
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