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Coahuila

La vida pende de un hilo

Por Carlos Gaytán Dávila

Hace 1 mes

Apenas hace unos ocho días lo había visto como siempre era él: alegre, optimista, propositivo, y lo vi saludable. Nunca me imaginé que se nos adelantara en el camino sin retorno.

Luis Edelmiro Galindo Carrillo se sentía orgulloso de su estirpe, de sus raíces y, por qué no decirlo, de su linaje, pues descendía de una de una tradicional familia saltillense, sin título de nobleza, pero sí noble en el estricto sentido de la palabra, como la marca el adjetivo: ilustre, generosa.

En una sucesión hereditaria, Luis supo representarla con dignidad y ejemplo. ¿Defectos? Tal vez tuvo varios, yo nunca se los conocí, por eso hablo de lo que fue para mí: el amigo que extendía la mano a cualquiera. Era muy osado en sus decisiones y siempre las tomaba con muy buen humor. Era un deleite platicar con él del tema que tú quisieras.

Era hijo de don Edelmiro Galindo Valdés y de doña María de Jesús Carrillo Sánchez, quienes procrearon a cinco hijos, incluyendo los gemelos Sergio y Luis, investigadores y escritores por naturaleza. Sergio partió primero al más allá y Luis nos acaba de dejar.

Amigo, te quedas en mi corazón y en mi pensamiento, te voy a extrañar y agradezco a Dios haberte conocido. Tu recuerdo vivirá siempre. Mis sinceras condolencias a su familia, deseándoles paz y fortaleza.

Aquí te vamos a extrañar mucho, va a ser difícil imaginarme las próximas etapas de mi vida sin tu presencia. Descansa en paz.

Digo al principio de esta nota que la vida pende de un hilo y eso me lleva a reflexionar que la desperdiciamos en tonterías, sin pensar que es efímera, que no sabemos cuando nos vamos a ir para siempre de este mundo y aquí cabe el recuerdo y el ejemplo de Luis, que él sí supo aprovecharla plenamente; vivió feliz, sin hacerle daño a nadie, y hay constancia en decenas de sus amigos.

Nostalgia eterna por mi querido amigo Luis Edelmiro Galindo Carrillo. Dicen que el tiempo suaviza el dolor, pero sigue siendo fuerte. ¡El vacío que dejaste nunca será llenado!

 

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