Los Ángeles, Cal.- Elizabeth Taylor fue una estrella que creció y envejeció ante un público que la adoró y al cual fascinó e impresionó. Llegó a Hollywood cuando los estudios controlaban muy de cerca la vida de los actores y su imagen. Fue la gran sobreviviente de la industria, y una de las primeras en llegar a la categoría de celebridad.
La actriz nacida en Londres era una estrella a los 12 años, una divorciada a los 18, diosa del cine a los 19 y viuda a los 26.

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Sus enfermedades

Sus múltiples problemas de salud la llevaron a someterse a más de una veintena de operaciones. Una vez casi muere al atragantarse con un hueso de pollo. En 1990 estuvo al borde de la muerte por una neumonía. En 1994 y 1995 le reemplazaron las dos caderas y en febrero de 1997 le extirparon un tumor cerebral benigno.

En 1983 reconoció una adicción de 35 años a las pastillas para dormir y los analgésicos. Taylor recibió tratamiento por problemas de abuso de drogas y alcohol en la Clínica Betty Ford en Rancho Mirage, California.

Volvió a la clínica a finales de 1988, tras recibir tratamiento por una lesión en la columna. Se negó a decir si era por una adicción a medicinas con receta.

Asumió sus problemas de salud con una actitud estoica.

“Mi cuerpo es un verdadero desastre”, dijo Taylor a la revista “W” en el 2004. “Si lo ves en el espejo, está completamente convexo y cóncavo”.

Sus males la conectaron con el público y sus colegas. En los últimos años fue vocera de varias causas, principalmente de la investigación del sida. Su labor le mereció un Oscar especial, el Premio Jean Hersholt Humanitario, en 1993.

Al aceptar el reconocimiento dijo: “Apelo a ustedes para que busquen en la profundidad de su ser, para demostrar que somos una raza humana, para demostrar que nuestro amor supera nuestra necesidad de odiar, que nuestra compasión es más convincente que nuestra necesidad de culpar”.

En sus últimos años fue rara vez vista en pantalla, pero en 1994 tuvo una pequeña participación en la adaptación cinematográfica de “Los Picapiedra”. En el 2001 apareció en la película para televisión “These Old Broads” junto a su otrora rival romántica Debbie Reynolds, cuyo esposo, Eddie Fisher, la dejó por Taylor en los años 50. La película la escribieron Carrie Fisher, Fisher y la hija de Reynolds.

Taylor causó sensación en Hollywood con “Fuego de Juventud”, el filme de 1945 en que la hermosa niña de 12 años lleva a un caballo a la victoria en la prestigiosa carrera Grand National.

Esta cinta, la quinta en su carrera, también marcó el comienzo de la larga lista de problemas de salud de Taylor. Durante la producción cayó de un caballo y el resultado fue una lesión en la columna que no dejó de acecharla.

Durante un ataque casi fatal de neumonía en 1961, Taylor se sometió a una traqueotomía. Asistió a la ceremonia de los Oscar con una venda en la cicatriz para aceptar su estatuilla por “Una Venus en Visón”.

En medio de la ovación, subió con dificultad al escenario.

“Realmente no sé cómo expresarles mi gratitud”, dijo en un emotivo discurso. “Supongo que simplemente tendré que agradecerles con todo el corazón”. Fue uno de los momentos más dramáticos en la historia de los Oscar.

Pero Taylor dijo después que “Una Venus en Visón” no representó nada importante para ella.

UN ROMANCE ÉPICO

Taylor conoció a Burton mientras interpretaba el papel principal en la épica de 1963 “Cleopatra”, en la que el distinguido actor galés hizo de Marco Antonio. Su romance causó tal sensación que hasta el Vaticano se involucró, denunciándolo como un “capricho de niños adultos”.

Aunque su matrimonio efectuado en 1964 no floreció, juntó a una de las parejas más famosas del cine moderno.

El par protagonizó “Hotel Internacional” (1963), “Castillos en la Arena” (1965), “¿Quién le Teme a Virginia Woolf?” (1966), “La Mujer Indomable” (1967), “Los Comediantes” (1967), “Dr. Faustus” (1967), “La Mujer Maldita” (1968), “Bajo el Bosque Lácteo” (1971) y “Hammersmith is Out” (1972).

El arte habría imitado la vida en “¿Quién le teme a Virginia Woolf?”, en la que Taylor y Burton hicieron de marido y mujer que peleaban ferozmente y bebían mucho. Taylor se llevó el Oscar por su actuación como la maliciosa Martha.

La pareja se divorció en 1974, se volvió a casar en 1975 y se divorció nuevamente en 1976, generando en el trayecto una avalancha publicitaria.

“Peleamos muchísimo”, dijo Burton una vez, “y vemos a la gente a nuestro alrededor que no sabe qué hacer durante estas tempestades. No peleamos cuando estamos solos”.

En 1982, Taylor y Burton trabajaron en una producción rodante de la obra de Noel Coward “Vidas Privadas”. Burton murió dos años después.

Sus amores

“Cada vez que me enamoré, me casé. Mis principios me prohíben tener simplemente aventuras”. Así pensaba Elizabeth Taylor, la leyenda de Hollywood que tuvo siete maridos diferentes y que se casó ocho veces.

La estrella estadounidense que prometió amor eterno ocho veces -uno de sus maridos fue Richard Burton, con quien se casó en dos ocasiones, dio mucho material a la crónica del espectáculo, ávida de escándalos, con su agitada vida sentimental.

Nicholas Hilton
Taylor tenía 18 años y creía en el amor para toda la vida, así que no dudó en aceptar la propuesta de matrimonio de Nicholas Hilton Jr., heredero del imperio hotelero, con quien se casó el 16 de mayo de 1950, pero su relación duró unos pocos meses.

Michael Wilding
Dispuesta a intentarlo de nuevo, el 21 de febrero de 1952 contrajo nupcias con el actor inglés Michael Wilding, 19 años mayor que ella. Con él concibió dos hijos: Michael Jr. y Christopher. El amor se acabó y tras cuatro años de matrimonio se divorciaron.

Michael Todd
Su descendencia creció con su tercer marido, el productor millonario Michael Todd, quien signó el romance con la tragedia, pues murió en un accidente aéreo, en marzo de 1958, siete meses después de que naciera la hija de ambos: Elizabeth Frances.

Eddie Fisher
En 1959 se convirtió al judaísmo para casarse con el cantante Eddie Fisher, quien era el mejor amigo de su difunto marido y esposo de su mejor amiga, la actriz Debbie Reynolds. La boda se realizó en Las Vegas y el divorcio se produjo cinco años más tarde.

Richard Burton
A tan sólo 10 días de su divorcio con Fisher, se casó con el actor Richard Burton, de quien se enamoró durante el rodaje de “Cleopatra”, en 1963. Llamados “los amantes terribles”, se divorciaron en 1974, pero volvieron a casarse en 1975 y se divorciaron en 1976. Siempre dijo que era el amor de su vida.

John Warner
El 4 de diciembre de 1976, meses después de su rompimiento con Burton, se casó por séptima vez, ahora con el senador republicano de Virginia, John Warner, de quien se divorció en diciembre de 1982.

Larry Fortensky
Tras casi una década y para sorpresa de muchos, en 1991 se unió en matrimonio (el último) con Larry Fortensky, un trabajador de la construcción, 40 años menor que ella, a quien había conocido en un centro de rehabilitación por su adicción a los fármacos. Se separaron tres años después.

UNIDA A MÉXICO

Taylor siempre estuvo muy conectada a México, por eso fue que en 1957 eligió Acapulco para casarse con el productor Mike Todd.

En 1963, dos años después de haber iniciado un tórrido romance con Burton, mientras ambos estaban casados con terceros, la pareja arribó a Puerto Vallarta, pues el actor aceptó protagonizar la cinta “La Noche de la Iguana”, la cinta del director John Huston que se filmó en este puerto.

No sólo ellos dos se enamoraron más, sino que terminaron perdidamente seducidos por la Bahía de Banderas, a tal grado que Richard compró la Casa Kimberley por 57 mil dólares para regalársela a Liz en su cumpleaños número 32. 

Desde ese momento, Puerto Vallarta fue el refugio incondicional de la pareja.

Durante su estancia en el puerto jalisciense, Liz disfrutó de la vida de ese lugar.

Fue durante esas fechas que Burton y Taylor se convirtieron en padrinos de primera comunión del niño Sergio Toledano, un niño de 12 años que había perdido a su madre.

De acuerdo con los reportes de la prensa, el instinto maternal de Liz se despertó y ella y Burton decidieron tomar al niño de ahijado y lo llevaron a varios viajes alrededor del mundo, incluso en su yate Kalizma. Toledano se convirtió en fotógrafo y ha realizado exposiciones.

En 1990, la actriz decidió vender su famosa casa de Vallarta a Toy Holstein y su hija, quienes la convirtieron en museo.

Se sabe también que en la década de los 80 estuvo a punto de casarse con el abogado mexicano Víctor González Luna.

La revista “People” indica que en 1984, tras acudir al funeral de Richard Burton, decidió romper el compromiso con González Luna y le devolvió el anillo Cartier que él le había dado en agosto de 1983.

Sin embargo, el publicista de Liz aseguró que la decisión había sido tomada meses antes, cuando Burton aún estaba vivo. Poco después el abogado lo confirmó y dijo que se debió a que él trabajaba en Guadalajara y la actriz en Los Ángeles.

SU GRAN AMIGO

El amor incondicional entre Liz Taylor y Michael Jackson nació desde el primer día que se conocieron. En más de una oportunidad Taylor declaró su necesidad de proteger al “Rey del Pop”.

Fue una defensora incansable de su amigo y pese a estar enferma no dudó un segundo en presentarse espontáneamente a declarar a su favor en la demanda por abuso infantil que pesaba en contra de Jackson.

Cuando Michael falleció, su dolor fue tan grande que ni siquiera pudo ir a su entierro y su homenaje.

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