Espectáculos
Por Agencia Reforma
Publicado el jueves, 20 de enero del 2022 a las 04:10
Ciudad de México.- Mork Rifkin (Wallace Shawn) está seguro de que su esposa Sue (Gina Gershon) le es infiel con un novel director seudo intelectual, Philippe (Louis Garrel), por eso acepta acompañarla a la promoción de un filme en el Festival de San Sebastián. Pero ahí no solo buscará confirmar sus sospechas, sino que descubrirá otros secretos de sí mismo al tiempo que se enamora de una doctora también en apuros emocionales (Elena Anaya).
Este es el nuevo enredo cómico y reflexivo de Woody Allen, Rifkin’s Festival. Un Romance Equivocado, en el Lugar Adecuado, que se estrena hoy en salas de México.
Rifkin, un enamorado del cine clásico y enemigo de las películas vacías contemporáneas (como la de Philippe), atraviesa como escritor una crisis narrativa que no lo deja avanzar. Está obsesionado con crear una obra maestra.
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El personaje es un intelectual. No está feliz, porque ve todas esas películas maravillosas, pero no puede hacer una. Está paralizado porque insiste en hacer una obra maestra, escribe unas páginas y las tira a la basura porque no puede hacer una obra maestra”, explica Allen en videoentrevista desde su casa en Nueva York.
¡Por llega a salas de nuestro país el filme más reciente de #WoodyAllen: #RifkinsFestival! #EntérateEnGente de los detalles que el cineasta nos dio en exclusiva sobre la cinta. #TrendingREFORMA https://t.co/fPPj8OcDTY
— REFORMA (@Reforma) January 19, 2022
Por supuesto, como otros de sus personajes en filmes anteriores, de Rifkin brotan características que bien podría tener el propio realizador.
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Compartimos esa obsesión por las películas clásicas, las que aparecen en el filme y otras tantas. Y su obsesión por cosas profundas, las grandes preguntas, como cuál es el sentido de la vida. Pero él, como yo, pierde mucho el tiempo, porque no hay nada que hacer. Me he hecho esas mismas preguntas desde que tengo 16 años y sigo haciéndolas, pero no hay respuestas. Al igual que Rifkin, tengo todos esos malos pensamientos”, detalla el ganador de cuatro premios Oscar.
El realizador, quien ha rendido tributo a ciudades como Nueva York, París o Roma, ahora fue invitado para repetir su experiencia española, que echó a andar antes con Vicky Cristina Barcelona.
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Me invitaron a hacer otra película allá, pero no quería repetir. Pensé en Madrid, pero ahí el verano es ardiente, es difícil trabajar así. Así que había ido a San Sebastián y creía que era buena idea; es un pueblo pequeño, fantástico, con buena comida. Así surgió la historia”.
Para Woody Allen, el #cine vive un momento triste en su historia debido a la poca oferta de películas de autor y la alta demanda de blockbusters. Aquí lo que compartió en #entrevista con @reformagente. https://t.co/bZxOtuRv9q
— REFORMA (@Reforma) January 19, 2022
De paso, quiso rendirle tributo a los festivales de cine, donde siempre acuden verdaderos amantes del séptimo arte.
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La audiencia en un festival ama ver las películas de este estilo; siempre es entusiasta. Vas a tener mucho apoyo si llevas una película que les gusta. Siempre me la paso bien en los festivales. San Sebastián es un cuento de hadas, Venecia es irreal, hermoso.
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Tampoco he ido a muchos, como Berlín; nunca he estado allá porque llega en tiempos que no acabo la película, en febrero, y yo siempre filmo en verano, así que nunca llego”, expresa el director de Annie Hall.
En el viaje de Rifkin todo cambiará al final, pero será una aventura que terminará por dejarle más enseñanzas que tristezas, como al propio Allen, quien destaca que lo importante de un artista es lidiar con la imperfección.
Desconfía de blockbusters
Woody Allen jamás ha visto una película de superhéroes. Lo más que ha resistido es un tráiler. Porque no le interesan ese tipo de historias ni la forma en que son concebidas.
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Si tuviera 10 u 11 años, me hubieran encantando, pero cuando creces, no te interesa, simplemente. Buscas cosas diferentes”, dice.
El icónico realizador considera que las grandes producciones y el avance de las plataformas digitales están terminando con la esencia de lo que, para él, representa el cine.
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No me gusta la dirección que está tomando el cine. Por dos cosas, primero, las películas ahora son grandes producciones, blockbusters. Los estudios gastan 100, 150 millones de dólares para hacer esas películas de cómics, porque saben que van a lograr 200, 500, mil millones de dólares en todo el mundo. Y la otra es que el monstruo de la televisión ha tomado todo”, expresa.
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