Saltillo, Coahuila.- Para llegar a la comunidad rural de Estación Buñuelos es necesario recorrer casi 10 kilómetros de terracería desde la carretera Saltillo-Zacatecas; está a poco más de una hora en automóvil de la capital coahuilense.

En este pequeño ejido de apenas unos tantos habitantes se encuentra la primaria Ignacio Zaragoza, que alberga entre sus paredes lo más valioso que tiene la gente: un grupo de 40 estudiantes de diversos grados, quienes enfrentan con el estudio como base de superación las carencias con las que viven.

Son niños entre los 6 y 12 años, cuyos padres trabajan intensamente para sacarlos adelante. Algunos de ellos fabrican escobas con materiales de la región: otros son agricultores o bien trabajan en las fábricas cercanas, a donde se ven obligados a ir y venir todos los días, pues el campo ya no deja como antes.

Algunos de ellos se dedican a la crianza de ganado caprino, un producto cárnico que se vende a restaurantes y carnicerías locales, pero que en tiempo de sequía pone en aprietos a los productores, pues encarecen los precios del alimento y el agua que consumen, así como el número de hatos ganaderos.

Los niños viven en carencia, pero eso jamás les impide jugar en el patio de la escuela y esbozar su sonrisa en agradecimiento por la vida. Son estudiantes educados, con buenas calificaciones, que sólo necesitan un “empujoncito” para salir adelante.

42K CON CAUSA

Como parte de las actividades que está realizando Zócalo Saltillo, en el marco de la convocatoria 42k con Causa, se entregaron 40 mochilas y útiles escolares a niños y niñas de todos los grados, los cuales hicieron llegar distintos benefactores, así como los mismos lectores de esta casa editorial.

Hasta las puertas de la escuela Ignacio Zaragoza, reporteros de este diario entregaron los materiales escolares a nombre de Zócalo Saltillo y de sus benefactores.

“Estas mochilas serán de gran apoyo para los niños, ya que muchas veces por su precio es un útil que no siempre se tiene acceso a comprarlo nuevo, hay pequeños que llegan con un morralito o alguna mochila de dos o tres años de uso”, comentó el maestro Rodolfo Sifuentes Alvarado.

“No podríamos hacer nuestro trabajo sin el apoyo de las mamás. La verdad es de reconocerse porque a pesar de las carencias, ellas vienen a traer a sus niños. Hay mamás que vienen caminando desde otras comunidades más lejanas y los niños vienen bien, con toda la actitud, eso es algo que para nosotros como maestros también nos motiva a emprender nuestra labor”.

Uno a uno los alumnos recibieron con gusto sus útiles, agradeciendo penosos el gesto que tuvieron para con ellos.

REQUIEREN BOMBA

Además de los útiles escolares, los niños de la escuela Ignacio Zaragoza de Buñuelos requieren de una bomba de agua que eficiente los servicios sanitarios del plantel educativo, que hoy son un foco de infección ante la falta de este recurso.

A decir del maestro Rodolfo Sifuentes, el agua llega solamente dos días a la semana, lo cual es insuficiente para atender la demanda que requieren y merecen los pequeños, por lo que han tenido que implementar medidas poco higiénicas para hacer sus necesidades.

“Tenemos un bote con agua y con una cubeta limpian el sanitario, pero obviamente los más pequeñitos no tienen la fuerza para hacerlo; las niñas también requieren de fuerza y de mayor limpieza, es por eso por lo que pedimos una bomba y un aljibe para no tener este problema”, comentó.