Espectáculos
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Agencia Reforma
Publicado el sábado, 13 de septiembre del 2025 a las 00:23
Ciudad de México.- Durante 16 años, los hermanos Gallagher fueron insultos, discordia y rumores. Anoche, en México, volvieron a ser Oasis. Rock desafiante.
“Esto no es un simulacro”, se advertía en las pantallas gigantes. Tal y como lo hicieron en Cardiff, donde inició su gira, Liam y Noel aparecieron tomados de la mano. Un estruendo en el Estadio GNP. Un gesto breve de fraternidad. Sonrisas tímidas en ambos, pero bastó: fue la promesa de una noche épica.
Dispararon primero con “Hello”. Las gargantas de 65 mil asistentes se sincronizaron. Los Gallagher cantaron en clave: “It’s good to be back” (es bueno estar de vuelta).
“¡Viva México!”, gritó Liam, el menor, de 52 años, en español. Pandero y pura actitud, como en sus mejores tiempos.
En “Acquiesce”, Noel, de 58, más cerebral, mandó otro mensaje. “Because we need each other, we believe in one another” (porque nos necesitamos el uno al otro, creemos el uno en el otro), coreó.
Fue el mantra velada de nostalgia y euforia.
Quiso el destino que su parada en la CDMX fuera el show 25 de su Oasis Live ’25 Tour. No fue uno cualquiera. Desde temprano, en los alrededores se veían camisetas del Definitely Maybe, de la Union Jack. En el estadio, entre olor a cerveza, generaciones mezcladas (la mayoría, supervivientes de los 90) esperaban ansiosas. Oasismanía.
Para la banda también era especial. A la figura de cartón de Pep Guardiola, entrenador de su adorado Manchester City, que los acompaña en escena, le pusieron un sombrero de charro.
Sin duda lo vivido hoy con #Oasis en la CDMX, ha sido una experiencia colectiva muy muy especial. 🤌
Buenas noches. 🌙 pic.twitter.com/O9Lh2KrKYN
— Djman (@djman07) September 13, 2025
Liam hizo rugir su áspera voz en “Morning Glory” y “Cigarettes & Alcohol”. El público estalló. Noel rasgueaba las cuerdas de su Gibson en esas rabiosas canciones viejas que moldearon juventudes. Aquí y allá, ojos se ponían vidriosos.
No era para menos. Una guitarra rota en París, en 2009, durante una pelea de los Gallagher, marcó la disolución más dolorosa de la historia del britpop. Habían jurado que “nunca más”, pero, con la intervención de su madre, Peggy -y millones mediante-, firmaron una tregua.
Hay reencuentros que quiebran mitos. El de Oasis -récords en recaudaciones, llenos por doquier, boleteras colapsando- lo reafirmó. Miles de voces en una comunión rockera dieron fe.
No inventaron nada, se trataba de recordar, así que estuvo prácticamente todo lo que los fans querían escuchar. Basado en Definitely Maybe (1994) y (What’s the Story) Morning Glory? (1995), el set list fue una explosión.
“Half the World Away” hizo que todos viajaran 30 años atrás. Los versos de “Supersonic” provocaron que el lugar temblara con pura nostalgia.
Héroes de la clase trabajadora, emblemas del movimiento “Madchester”, Liam y Noel conectaron por su espíritu rebelde, crudo. Con sus canciones narraron las vidas, amores, luchas y borracheras de muchos.
Dieciséis años más viejos que en la última gira en que habían salido juntos a un escenario, ya no son los mismos. Más maduros, más controlados, fueron dueños de su noche mexicana.
No se gritaron falso amor ni inventaron que todo es, o va a ser, perfecto. Arrogantes, siempre serán hermanos con una relación tensa. Perfectos representantes del rock británico.
Para el público fue suficiente. Así son Noel y Liam: tensión y chispas. No se hablaron con palabras, pero sí con el idioma en el que mejor se comunican, el rock.
Las muestras de afecto y emoción corrieron por cuenta de los fans. Abrazos entre desconocidos, gritos de emoción atravesando la noche, lágrimas cayendo por los rostros al sonar “Slide Away”. Cerveza en alto, fans sanaron una herida musical abierta en 2009. Catarsis hecha sonido.
En “Live Forever”, los Gallagher volvieron a invitar a vivir al máximo, sin importar lo que se oponga. Con “Rock ‘n’ Roll Star” mandaron un grito de rebeldía.
Para el clímax guardaron “Don’t Look Back in Anger”, “Wonderwall” y “Champagne Supernova”. La multitud estiraba cada verso como para hacerlo eterno.
¿Cuánto durará esta bandera blanca? Quizás mañana vuelvan a pelearse, quizás no graben otro disco. Qué importa. En momentos en que el rock pierde terreno, estos hermanos volvieron a ponerlo en el centro del universo musical.
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