Nacional

Publicado el domingo, 23 de noviembre del 2025 a las 19:33
Ciudad de México.– El incremento en el uso de redes sociales ha convertido al mundo virtual en un nuevo y vasto campo para ejercer la violencia contra las mujeres, un fenómeno conocido como violencia digital. Aunque no produce daños físicos inmediatos, este tipo de agresión tiene un profundo impacto psicológico y social en las víctimas.
Las cifras en México son alarmantes. De acuerdo con ONU Mujeres, más de 10 millones de mexicanas han sido víctimas de agresiones en entornos digitales. Además, datos del INEGI indican que una de cada tres mujeres ha recibido contenido sexual no solicitado, un acto que constituye el delito de ciberacoso.
Una de las formas de violencia digital más transgresoras es la difusión de contenido íntimo sin el consentimiento de la víctima, un delito ya tipificado en la Ley Olimpia.
La activista y promotora de esta legislación, Olimpia Coral, ha descrito este acto como “violar el cuerpo de una mujer sin tocarlo”.
Según el Código Penal Federal, comete el delito de violación a la intimidad sexual quien:
– Divulgue, comparta o publique imágenes, videos o audios de contenido íntimo sexual de una persona mayor de edad sin su consentimiento.
– Videograbe, fotografíe o elabore material de contenido íntimo sexual sin el consentimiento de la persona.
Este delito se sanciona con una pena de tres a seis años de prisión y una multa económica considerable. Las mismas sanciones se aplicarán incluso si el contenido íntimo que se divulga no corresponde con la persona señalada, abordando así la manipulación y suplantación.
La evolución tecnológica ha introducido una nueva y peligrosa herramienta para ejercer esta violencia: la Inteligencia Artificial (IA), utilizada para manipular imágenes, principalmente de mujeres, con fines sexuales no consentidos, conocidos como deepfakes.
La ONU reporta que el 95% de las imágenes o videos manipulados con IA para simular contenido sexual no consentido afecta a mujeres, lo que demuestra cómo la tecnología puede profundizar formas específicas de violencia de género.
Aunque el camino legal ha sido difícil, se están logrando avances. Recientemente, se registraron las dos primeras sentencias condenatorias en el país por violencia digital con uso de IA:
– Quintana Roo (25 de febrero): Eduardo ‘N’ fue sentenciado a siete años y seis meses de prisión por compartir un video íntimo con su expareja.
– Hidalgo: José Luis Alvarado fue condenado a ocho años de prisión por vender y compartir contenido íntimo de cientos de mujeres y niñas. En este caso, 43 víctimas decidieron denunciar.
Sin embargo, también ha habido absoluciones polémicas, como la de Diego ‘N’ en la Ciudad de México el año pasado. Aunque el Tribunal reconoció que se cometió el delito de violencia digital por IA, absolvió al acusado al señalar que no se pudo acreditar que él fue quien alteró las imágenes.
Frente al aumento de estas agresiones, activistas como Olimpia Coral han hecho un llamado directo a las plataformas digitales para que asuman su responsabilidad en la prevención y erradicación de esta violencia, argumentando que si el contenido se difunde, es porque existe un sistema que lo permite.
Herramientas como STOP NCII (Detener el abuso de imágenes íntimas no consentidas), que ha logrado la eliminación de 200 mil fotografías no consensuadas, son un ejemplo de los esfuerzos. No obstante, las defensoras señalan que aún queda un largo camino por recorrer para sancionar a quienes, desde el anonimato, están encontrando nuevas formas de ejercer violencia hacia las mujeres.
Más sobre esta sección Más en Nacional
Hace 4 horas
Hace 6 horas
Hace 7 horas
Hace 7 horas
Hace 9 horas
Hace 9 horas
Hace 10 horas
Hace 11 horas
Hace 11 horas
Hace 12 horas
Hace 13 horas
Hace 13 horas