Mientras Estados Unidos amenaza con aranceles a productos agrícolas y México mantiene su ideología antimaíz transgénico, la realidad es que nuestra economía depende más que nunca del grano norteamericano.
Este año, más de 90% del maíz que importamos provendrá de nuestro vecino del norte, con una cifra récord de 24.5 millones de toneladas, según se expuso en el Primer Foro del Maíz Industrializado, organizado por la Cámara Nacional del Maíz Industrializado (Canami), que dirige Esteban Jaramillo Reyes.
Paradójicamente, México es la cuna del maíz y es algo que los gobiernos de la 4T han presumido, que es un patrimonio cultural y lo ondea en la bandera nacional.
Sin embargo, sólo producimos 41% de lo que consumimos, cuando la FAO recomienda un mínimo de entre 70 a 75% para garantizar seguridad alimentaria.
El resto lo compramos, principalmente, a Estados Unidos por un valor cercano a 18 mil millones de dólares. Y el problema no es que siempre haya sido así.
De acuerdo con cifras del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, que encabeza Juan Caros Anaya, en 1994, con el TLCAN, México producía 29 millones de toneladas de granos y alcanzaba 87% de autosuficiencia en maíz.
Tres décadas después, la producción apenas creció 18%, mientras el consumo se disparó a 48 millones de toneladas. Hoy, la dependencia es estructural y creciente.
Y un tema que sin duda ha sumado a esta debacle son las sequías, que han golpeado fuerte en diversos territorios del país, como en Sinaloa, que pasó de 6.5 millones de toneladas en 2023, a 3.1 millones, y el trigo vive la peor cosecha en 60 años.
Pero no todo es clima: a esto hay que agregarle la falta de políticas públicas para mejorar la productividad, acceso a semillas, financiamiento y seguros, que agravan la crisis.
Los precios de garantía son otro tema que dificulta aún más la situación, ya que el Gobierno recientemente lo fijó en 7 mil 200 pesos por tonelada, cuando el mercado paga lo 5 mil 500.
¿Cuál es el resultado? Bodegas llenas, costos financieros y un gasto público que supera 8 mil millones de pesos en pérdidas. Mientras tanto, los programas de comercialización que daban certidumbre al productor fueron desmantelados.
No hay que inventar nada nuevo. El modelo de ingreso objetivo y agricultura por contrato funcionó, ya que daba certidumbre, ordenaba la comercialización y evitaba distorsiones.
Hoy urge recuperar esquemas que integren a pequeños, medianos y grandes productores, con reglas claras y topes como en Estados Unidos, porque si no corregimos el rumbo, seguiremos ondeando la bandera del maíz mientras importamos más de 50% de lo que consumimos, y eso sin duda seguirá siendo contradictorio.
SIN NADA EXTRAORDINARIO, ayer se firmó la renovación del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), y por el cual el Gobierno de Claudia Sheinbaum busca mantener la canasta básica en 910 pesos. El acuerdo se renueva cada seis meses e involucra a productores y cadenas de autoservicio para evitar incrementos en productos esenciales. Esta medida pretende dar estabilidad a la economía popular y contener presiones inflacionarias en alimentos básicos. Aunque el compromiso empresarial es relevante, hay que ver si puede ser sostenido ante variaciones en costos de producción y logística.
HONDA ANUNCIÓ QUE reanudará gradualmente la producción en sus plantas de Norteamérica tras asegurar un nivel mínimo de suministro de chips, luego de semanas de ajustes por la escasez de componentes de Nexperia. La interrupción afectó fábricas en México, Estados Unidos y Canadá desde finales de octubre. Aunque la empresa logró alternativas para mitigar el impacto, el fabricante japonés reconoció que la normalización prevista sigue sujeta a cambios por la volatilidad del mercado de semiconductores.
AMÉRICA MÓVIL, de Carlos Slim, evalúa una nueva emisión de bonos senior con vencimiento en 2029 y 2034, destinada a fines corporativos y refinanciamiento de deuda de corto plazo. La guía inicial ubica los rendimientos ligeramente por encima de los bonos del Tesoro mexicano. Moody’s y S&P anticipan que la operación, estimada en hasta 15 mil millones de pesos, no alterará sustancialmente el apalancamiento de la compañía, respaldada por su diversificación de ingresos y estrategia financiera conservadora.
LA INDUSTRIA manufacturera mexicana enfrenta una prolongada contracción en el empleo, acumulando 31 meses de caídas, según datos del Inegi. En septiembre, la nómina sectorial retrocedió 0.1% mensual y 2.6% interanual, afectando principalmente ramas como equipo de transporte, madera y textiles. Esta tendencia refleja una menor producción, con un descenso de 0.5% en el índice de volumen físico, en contraste con el crecimiento observado en 2024.
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