Desde este 3 de diciembre, y hasta mañana 5, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos será el epicentro de las audiencias públicas previas a la revisión del T-MEC, programada para julio de 2026.
Este ejercicio, que forma parte del mecanismo de “cláusula de revisión” a seis años de la entrada en vigor del tratado, no es un mero trámite. Es el termómetro político y económico que anticipa si el acuerdo seguirá siendo la columna vertebral de la integración regional o si se convertirá en un campo de batalla arancelario.
México llega con voz, pero casi afónico. En estas audiencias participarán cerca de 10 representantes mexicanos provenientes de sectores como el farmacéutico, acerero, alimentario, empresarial y el académico.
Personajes como Alejandro Sanders, del Consejo Farmacéutico Mexicano; Juan Antonio Reboulen, de Deacero; y Sofía Pérez Gasque, de la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de la Información, estarán presentes.
Sin embargo, llama la atención la ausencia de voces de sectores estratégicos que hoy enfrentan los embates más duros de la política comercial estadunidense: automotor, agroindustrial y energías limpias.
Estados Unidos no oculta sus intenciones. La American Chamber México advierte que, aunque podría haber reducción de aranceles, la eliminación total es improbable.
Los gravámenes derivados de la Sección 232 sobre acero y aluminio (25%) seguirán vigentes, y el sector automotor enfrenta tarifas que han costado 3 mil millones de dólares en pérdidas. La revisión no será tersa, será ruda, porque el proteccionismo es parte del ADN económico de la Administración Trump.
El T-MEC es el puente que sostiene 77% de nuestras exportaciones. Sin él, México enfrentaría aranceles promedio de 11%, frente al 5% actual. Pero más allá de la retórica, hay que echar un vistazo a las cifras que muestran la vulnerabilidad sectorial. La industria farmacéutica mueve más de 3 mil 300 millones de dólares al año y crece a tasas de 10% anual.
Su mercado interno vale 280 mil millones de pesos, y las exportaciones superan los 2 mil 300 millones de dólares. El acero mexicano produjo 28.5 millones de toneladas en 2024, pero en 2025 enfrenta una caída de 10.5% en consumo, la peor en América Latina, por desplome en construcción y manufactura, y por aranceles estadunidenses.
En alimentos, México producirá 41.88 millones de toneladas de alimento balanceado en 2025, siendo el quinto productor mundial. El sector agroalimentario aporta 3.6% del PIB y emplea a 6.4 millones de personas.
Estos números representan empleos, inversión y competitividad. Si la revisión del T-MEC deriva en reglas más estrictas o en un endurecimiento arancelario, el impacto será sistémico.
Por eso preocupa la ausencia de sectores clave en las audiencias, porque el debate no sólo será técnico, será político. Estados Unidos escuchará a sus gremios agrícolas, manufactureros y sindicales que ya acusan a México de violar compromisos en energía y justicia.
Mientras tanto, México llega con una delegación limitada, sin representación robusta de la industria automotriz, que aporta 3% del PIB nacional y genera más de 900 mil empleos directos, ni del agro, que sostiene el superávit comercial alimentario.
La revisión del T-MEC es en realidad una renegociación disfrazada. Y México no puede llegar con una estrategia fragmentada. Se requiere una posición de Estado, no sólo de gobierno, que articule a la industria, la academia y la sociedad civil.
GRUPO AEROPORTUARIO del Centro Norte (OMA) anunció un ambicioso Plan Maestro de Desarrollo para el periodo 2026-2030, con inversiones que podrían alcanzar los 16 mil millones de pesos. El Aeropuerto de Monterrey será el principal beneficiado, dado que concentra casi la mitad del tráfico del grupo. La estrategia del grupo que encabeza Ricardo Dueñas busca modernizar pistas, plataformas y procesos digitales, con miras a atender la demanda del Mundial 2026 y mejorar la experiencia del pasajero. La infraestructura aeroportuaria se prepara para eventos globales y para sostener el crecimiento del transporte aéreo en México.
REVOLUT, la fintech británica que acaba de obtener licencia bancaria en México, busca alcanzar 5.5 millones de usuarios en cinco años. Tras iniciar su programa beta con más de 200 mil registros en lista de espera, la empresa planea un lanzamiento masivo en enero. Con una valuación de 75 mil millones de dólares, Revolut se posiciona como la firma privada más valiosa de Europa, superando a bancos tradicionales. Su estrategia en México incluye productos como portabilidad de nómina y servicios digitales que compiten con jugadores como Nu y Ualá.
VINTE REALIZÓ cambios en su dirección general, misma que asumirá René Martínez Martínez a partir del 1 de enero de 2026, en sustitución de René Jaime Mungarro. La empresa busca fortalecer su crecimiento institucional, incluyendo a sus subsidiarias Javer y Derex. Martínez cuenta con amplia experiencia en el sector, tras liderar Servicios Corporativos Javer desde 2017. Ambos directivos permanecerán en el consejo de administración.
VIANEY DE LA MORA concluyó su ciclo como directora general de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles (AMF) tras 10 meses en el cargo. Durante su gestión, la asociación logró un crecimiento del 106% en socios, récords de asistencia en ExpoRail y seminarios, y la publicación del primer directorio de proveedores. De la Mora destacó el impacto del liderazgo femenino en un sector tradicionalmente masculino y agradeció al consejo y colaboradores. La AMF agrupa concesionarios de carga, sistemas de transporte urbano y proveedores, consolidándose como referente técnico y estratégico en la industria ferroviaria.
Más sobre esta sección Más en Nacional