Saltillo, Coah.- La vida de Santiago Enrique Rivera Robles terminó este jueves, tenía 21 años, sueños, planes, una vida apenas en construcción, pero la violencia ajena y una decisión tan cruel como inhumana lo convirtieron en víctima de una tragedia que hoy enluta a su familia.

El pasado 21 de junio, Santiago fue atacado en su propio hogar, en la calle Temporal de la colonia Hacienda Narro, una discusión con un conocido, identificado como Delmar “N”, de 24 años, terminó en horror.

El agresor roció gasolina dentro de la vivienda y le prendió fuego con Santiago aún adentro, vecinos se organizaron y rescataron al joven entre llamas y gritos, con el cuerpo destrozado por las quemaduras.

Fue llevado en estado grave al Hospital General, donde comenzó una lucha titánica por sobrevivir, y tres días después, con el apoyo del Gobierno del Estado, se logró su traslado al Instituto Nacional de Rehabilitación en la Ciudad de México, uno de los pocos lugares especializados en lesiones tan severas.

Pero ni la medicina ni la esperanza fueron suficientes, Santiago murió lejos de casa, consumido por las graves lesiones que le fueron causadas.

El agresor fue detenido horas después y permanece bajo resguardo; la Fiscalía ya prepara la reclasificación del delito: de tentativa de homicidio a homicidio calificado, pero ni la detención ni las promesas de justicia calman el dolor que dejó esta historia.

Ahora, los padres de Santiago enfrentan otro calvario: reunir 70 mil pesos para traer de regreso a su hijo, no pueden costear el traslado del cuerpo desde la capital del país a Saltillo, y han recurrido a redes sociales para pedir apoyo.

Ayudar a Santiago ya no es salvarle la vida. Es regresarlo a casa.