Revista Saltillo | Día con día se agregan noticias al archivo de prensa sobre la violencia en México. Muertes, asesinatos y ejecuciones son el pan de cada día en nuestro país. La mayor parte de éstas tiene relación directa con grupos organizados del crimen que cada vez se tornan más violentos y extremistas en sus prácticas.

De acuerdo con algunos especialistas e incluso autoridades, este fenómeno ha desatado otro de forma paralela, que incluso podría ser mucho peor: el tráfico y comercialización de armas ilegales, de las que al menos 2 mil entran diariamente al país.

Lo peor es que todo este arsenal ha propiciado, de una u otra forma, la muerte de 50 mil mexicanos en los últimos 5 años la mayoría de ellos abatidos por la guerra encarnizada que libran los cárteles mexicanos entre sí mismos por el control del territorio y contra las fuerzas federales del orden.

Y es que aunque las autoridades mexicanas aseguran tener ubicados los puntos y la logística mediante la que se da la entrada ilegal de armamento, principalmente a través de la frontera norte de México, advierten que el problema radica en la incapacidad de Estados Unidos de controlar su mercado.

Resulta tan escandaloso el ingreso de todo tipo de armas al país que en menos de un sexenio la cifra de aditamentos de fuego que hoy día, según organizaciones como Small Arms Survey, uno de cada 7 mexicanos tendría uno de ellos en su casa. Lo grave, es que a la fecha organizaciones civiles y militares siguen recogiendo estadísticas de muerte al grado que el reguero de cadáveres se sigue multiplicando por todo el país pues tan solo en lo que va de este 2011 al menos 10 mil personas han perdido la vida de manera violenta y abatidos por las balas de todos los tipos y calibres.

De del total recientemente se dio a conocer que al alrededor de unos mil 500 niños habrían perdido la vida en el fuego directo o cruzado de los enfrentamientos, la mayoría de ellos abatidos por el fuego de armas que entraron ilegalmente al país.

Invadido por las más de 15.5 millones de armas, México se encuentra dentro de los países que tienen el mayor número de estos artefactos en manos de civiles. En lo que para muchos representa el colmo de la irresponsabilidad e incapacidad de las autoridades norteamericanas,

en el 2009 a través del operativo denominado “Rápido y Furioso” las autoridades norteamericanas propiciaron la entrada de 2 mil 500 armas.

Los investigadores afirman que la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) permitió que 2,500 armas fueran compradas ilegalmente y transportadas a México, donde grupos de narcotraficantes fuertemente armados combaten entre ellos y con las autoridades por el control de las calles desde hace varios años.

Hoy día la violencia se ha recrudecido y las autoridades han sido incapaces de frenar el mercado ilegal de armas que cada año representa ganancias por más de 50 mil millones de dólares.

15 MILLONES DE MEXICANOS ARMADOS

A pesar de que durante décadas este tema fue esquivado por los gobiernos y en particular por la Sedena, instancia responsable de hacer cumplir la Ley Federal de Armas de Fuego y del Registro Nacional de Armas, es evidente que miles de estos aditamentos circulan libremente por todo el país.

Pero eso no es todo, porque al mercado negro se han comenzando a sumar aquellos que buscan armarse legalmente y que según las estadísticas de las Fuerzas Armadas cada día son más.

De hecho la organización Small Arms Survey con sede en Estocolmo, establece que en México al menos 15 millones de personas tendrían un arma en casa, la mayoría de ellas cortas. El dato, avalado por la Sedena, arrojaría, según las autoridades, que al menos uno de cada siete habitantes de nuestro país está armado.

Los principales productos del tráfico son armas “pequeñas”, como pistolas automáticas o semiautomáticas de calibres .22, .25, .38, .45 y .9 milímetros.

Además, se encuentran los clásicos fusiles de asalto AK-47, muy requeridos por narcotraficantes. Estos últimos son los principales destinatarios del mercado ilegal de armamento.

Según la Secretaría de la Defensa, el argumento de la mayoría de estas personas es la autoprotección y la defensa contra el crimen, aunque las mismas autoridades castrenses aseguran que este hecho representa un peligro y recomiendan no hacerlo.

Recientemente se han documentado casos en México donde grupos, organizaciones o incluso individuos buscan hacerse justicia en solitario, hartos del acoso de criminales y extorsionadores y ante la inoperancia de las autoridades encargadas de protegerlos.

Unos a favor, otros en contra, lo cierto es que la discusión de si la sociedad civil debe o no estar armada para hacerse justicia por propia mano y combatir el flagelo que ahora nos acecha está detonando una discusión que el Estado rehúye.

POR COAHUILA TAMBIÉN PASAN

Según un estudio de la Procuraduría General de la República, en coordinación con la International Drug Policy Consortium, en la frontera México-Estados Unidos hay 19 lugares de cruce formal y un número indeterminado de cruces informales, varios de ellos ubicados en ciudades de Coahuila, Baja California, Tamaulipas y Chihuahua.

No obstante, datos del Buró Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos

(ATF en inglés) del Departamento de Justicia de Estados Unidos afirman algo distinto: pues dicen que hay 6 mil 700 sitios de venta al menudeo, entre tiendas y casas de empeño, en la frontera con México, de un total de 55 mil en el país.

De las armas decomisadas en México y rastreadas –asegura el estudio– el 39% provenía de tiendas en Texas, el 20% de California, el 10% de Arizona, y el resto de otros estados.

Pandillas callejeras y de las prisiones en territorio estadounidense están relacionadas con ese tipo de actividades. Los lugares de compra son las tiendas de armas, las ferias y casas de empeño.

Sin embargo, también se ha detectado el tráfico de granadas y fusiles AK-47 por la frontera sur de México, pero no se tiene información definitiva acerca de las fuentes.

La PGR ha señalado las marcas de las armas que han sido introducidas ilegalmente, así como el país de fabricación, pero no ha precisado si fueron enviadas desde esos países.

En particular, es importante resaltar que en Estados Unidos hay una gran cantidad de armas tipo AK que fueron fabricadas en otros países. También hay armas que podrían haber sido importadas legalmente a Estados Unidos de diferentes países y desviadas