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Por Infonor
Publicado el lunes, 6 de marzo del 2017 a las 10:00
Saltillo, Coahuila.- El cuidado de la salud de los hombres ha sido culturalmente dependiente de las mujeres y esto porque en ello entra en juego la masculinidad, que en sus diferentes jerarquías coloca al hombre en una competencia basada en la violencia y la subordinación.
Sin embargo, para lograr que el cuidado de la salud de los hombres por los hombres mismos se dé, es necesario iniciar un proceso de alfabetización en materia de salud que implique cambiar los significados que sobre la misma se tienen.
“La propuesta es la alfabetización principalmente, empoderar más a los hombres, no vamos a poder cambiar la masculinidad de un día para otro pero sí podemos ir educando a los hombres a encontrar información confiable de salud y luego, la alfabetización implica cambiar los significados de salud que tenemos, la salud no nada más te sirve para trabajar, te sirve para vivir, para que a largo plazo tengas mejor calidad de vida”, comentó Miguel Sánchez.
El doctor en Estudios Humanísticos planteó lo anterior con base en la investigación realizada en la ciudad de Saltillo para conocer la razón por la cual los hombres dependen de las mujeres para el cuidado de su salud.
Como base se encontraron cuatro masculinidades: hegemónica, caracterizada por su poder y riqueza, a la que aspiran todos; subordinada, la que ejercen todos los hombres de clase trabajadora; alternativa donde cabe cualquier identidad que sea más o menos aceptada por la norma social, y la marginada en la que se ubican las personas transgénero u hombres que se dedican a cuidar la casa mientras que la mujer está trabajando. Todas ellas condicionan la forma en que los hombres se relacionan con las mujeres.
“Si lo relacionas con la salud y empiezas a preguntar a los hombres quién cuida de su salud cuando se enferman dicen mi mamá, cuando son solteros, mi esposa, cuando son casados, o mis hijas cuando son divorciados, siempre es una mujer y no importa la edad a la que preguntes”.
SIN PREVENCIÓN
“Cuando los hombres se sienten realmente muy mal, hasta entonces dicen sí es grave y voy a ir al médico y esto no es porque sean más resistentes al dolor, es porque la misma sociedad, la estructura económica lo está obligando”.
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