Coahuila
Por Rosalío González
Publicado el miércoles, 27 de enero del 2021 a las 02:50
Saltillo, Coah-. A 48 horas de que se formalice la transición de poder en la Diócesis de Saltillo, el proceso se revela lleno de anomalías: robo de documentación financiera, intrigas, amagos de desobediencia, la cooperación de listas de invitados, falta de transparencia y desacuerdos entre los equipos de Raúl Vera y el Obispo electo, Hilario González García.
Con la excusa de las restricciones por la pandemia del nuevo coronavirus, al exobispo de Linares no le fue permitido hacer de su toma de posesión un evento propio, pues su lista de invitados fue recortada.
Habrá más invitados de los medios de comunicación que del propio obispo Hilario.
En la lista de Hilario González había miembros de su equipo más cercano de colaboradores, los cuales fueron omitidos del evento de transición en la Diócesis. “No nos quieren recibir en el evento, se comportan muy groseros, están bárbaros”, declaró pidiendo el anonimato uno de los más cercanos al nuevo Obispo.
En el preámbulo de la transición, la sede del Obispado fue vulnerada en dos ocasiones por delincuentes que se robaron documentos financieros sensibles, y los cuales la Fiscalía General de Coahuila no ha encontrado.
Además de estas anomalías, la toma de posesión del nuevo Obispo es también un evento sin transparencia para los miles de feligreses que lo esperan desde sus casas.
Los organizadores se han negado a informar sobre los invitados, el evento y hasta de los detalles que son parte importante de la liturgia,como la vestimenta que usará el nuevo jerarca local de la Iglesia católica; los obsequios que se le harán, si es que hay planes de darle algo y los obispos que le acompañarán.
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