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Leyenda de la niña del panteón

Por Grupo Zócalo

Publicado el miércoles, 6 de junio del 2018 a las 10:21


Los cementerios no solo albergan tumbas y flores; esto queda demostrado al haber tantos relatos de apariciones espectrales en el folclore.

México.- La leyenda de la niña del panteón es una historia muy popular en México que habla de una niña que aparece generalmente en un cementerio y que, en ocasiones, interactúa con quienes la ven. Otras veces simplemente se deja ver y asusta con sus risas espectrales a aquellos que se la consiguen durante la noche.

Existen variaciones en cuanto al lugar y a los nombres de algunos personajes, así como a la fecha en la que ocurrieron los hechos que originaron la leyenda. Así mismo, a veces la niña se muestra cerca de una tumba en particular, y en otras versiones puede que aparezca incluso en áreas cercanas al panteón o cementerio, pero fuera de este.

Es muy común encontrar relatos y leyendas de terror en los cuales la protagonista es una niña. Su inocencia y delicadeza pareciera ser un factor que causa gran interés entre los oyentes de este tipo de historias.

Hay leyendas que se vuelven muy conocidas en ciertas regiones y que terminan siendo adaptadas a las características de cada sitio por quienes las cuentan. La leyenda de la niña del panteón es una de estas, habiendo adquirido gran importancia en América Latina, especialmente México.

Existen muchas versiones de la leyenda de la niña del panteón, pero las más conocidas son las siguientes:

Versión 1: una niña desobediente

Se dice que Miranda era una niña que vivía con sus padres, quienes a veces salían y la dejaban sola por momentos. Uno de esos días de soledad el aburrimiento llevó a Miranda a escaparse de la casa, desobedeciendo las instrucciones de portarse bien en ausencia de sus padres.

Entre la emoción de salir a la calle y la adrenalina por desobedecer, Miranda decidió entrar al cementerio que quedaba cerca de su casa. Al principio sintió un poco de miedo, pero eso no le impidió continuar.

Miranda jugaba saltando entre las tumbas y de pronto se encontró con una que estaba medio abierta. Cuando se le iba acercando, tropezó y perdió el equilibrio, cayendo dentro de la fosa. La niña recibió un fuerte golpe en la cabeza y murió al instante.

Ahora el fantasma de Miranda ronda por el cementerio, a veces jugando, otras veces espantando a los niños que pasan cerca del lugar y, que como ella desobedecen a sus padres.

Versión 2: entre flores y fantasmas

En Monterrey se encuentra el Panteón del Carmen, cerca del cual vivía una familia cuyo negocio era vender flores. Los niños de la familia eran María, Gregorio y Viviana, quienes ayudaban a sus padres en los días que había más trabajo; es decir, el Día de Muertos y el Día de los Santos.

Cierto día Viviana, la niña más pequeña, jugaba con otros niños en el panteón hasta que de pronto se alejó del grupo. Su hermana María vio esto y decidió seguirla. Viviana se detuvo en un viejo mausoleo y comenzó a hablar con alguien. María no veía con quién estaba su hermana pequeña, pero al escuchar risas y llantos se asustó y perdió de vista a Viviana.

Ante esta situación, todos los adultos comenzaron a buscar con linternas a la niña durante la noche. Llegaron a la tumba y vieron que Vivianita estaba adentro. La gran sorpresa era que la tumba llevaba cerrada muchos años.

Para poder entrar rompieron una ventana del mausoleo y rescataron a la niña. Cuando se fueron, Viviana dijo que tenía una amiga llamada Carmina, quien la había invitado a vivir con ella porque se sentía muy sola al no ser visitada por nadie. Corría el mes de octubre.

Un mal día para jugar

Llegado el Día de Muertos, había mucho trabajo y la familia en pleno fue a ayudar con los arreglos florales. Viviana había llevado una muñeca para jugar, pero al regresar a casa ya no la tenía. Cuando le preguntaron por su muñeca, la niña dijo que Carmina se la pedido cuando estuvo en el panteón.

La madre al escuchar esto le dijo al esposo que la acompañara a la tumba de Carmina. Al llegar vieron que allí estaba la muñeca; en ese momento la señora sintió el roce de una mano pequeña sobre la suya.

Al regresar a casa la pareja se encontró a su hija María. Ella lloraba muy asustada diciendo que Vivianita no despertaba. Trataron de revivirla, llamaron a los médicos, pero estos solo confirmaron que la niña había muerto por “causas naturales”.

Luego de este suceso, la señora y sus hijos estuvieron un tiempo fuera de México hasta que decidieron volver a Monterrey. Se reencontraron con el padre junto con el velador del panteón, quienes con un semblante más sereno contaban que a veces en las noches se escuchaban las risas de dos niñas jugando, provenientes de la tumba de Carmina.

Versión 3: error de cálculo

Durante los años 30, en Jalisco se cuenta que una familia iba a enterrar a un familiar y decidieron llevarse con ellos a una de las niñas, quien apenas tenía siete años. Los adultos pensaban que era importante que la pequeña aprendiera desde temprano cómo era el asunto de la muerte.

Luego de terminado el ritual, volvieron a casa y se dieron cuenta de que la niña no estaba con ellos. Volvieron al cementerio para buscarla, pero no la encontraron. Así hicieron por mucho tiempo, hasta que se rindieron y la dieron por perdida.

Lo que en realidad había ocurrido era que durante el entierro la niña estaba muy cerca de la fosa. De repente, recibió un golpe que la hizo caer inconsciente dentro de la tumba, sin que nadie se diera cuenta.

Años después la familia iba a enterrar a otro familiar, encontrándose con la terrible sorpresa del cadáver de la niña en la fosa cuando levantaron la lápida. Se dice que la niña se aparece en el cementerio y si le dejan juguetes estos terminan cerca de la tumba donde yace la pequeña.

Panteones famosos por la leyenda

Algunos de los panteones más nombrados cuando se relata esta historia de la niña fantasma del cementerio son el Panteón San Miguel de Apodaca, el Panteón San Isidro en la Ciudad de México, el Panteón Hidalgo en Tepic Nayari y el Panteón del Carmen en Monterrey.

Los cementerios no solo albergan tumbas y flores; esto queda demostrado al haber tantos relatos de apariciones espectrales en el folclore. Los panteones antes mencionados tienen muchos años de historia, lo cual les otorga un toque de misterio aún mayor.

Al recorrer los distintos pueblos e investigar sobre sus mitos y leyendas, se percibe que los ingredientes de estas historias son comunes entre sí.

La enfermedad, el temor a lo desconocido y la propia muerte siempre han causado inquietud en el hombre. Estos elementos son los que le dan forma y fondo a los relatos de terror, tan antiguos como la humanidad.

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