Espectáculos
Por Cyntia Moncada
Publicado el martes, 27 de octubre del 2009 a las 15:00
Saltillo, Coah.- Cada año la casa de Juan Antonio Domínguez Dávila se transforma. Los sillones, mesas y cuadros son sustituidos por papel de china, fotografías antiguas, ofrendas y velas.
Montar cada año un altar de muertos es una tradición que ha pasado de generación en generación –durante más de 100 años– en la familia de Juan Antonio Domínguez, una costumbre que él ha hecho suya y que mantiene con cariño y responsabilidad.
Este año decidió dedicarlo a las ánimas del purgatorio, así que todos tienen cabida en este altar: amigos, familiares, conocidos y hasta Valentín Elizalde es recordado en la ofrenda.
Juan Antonio destaca la presencia de las mariposas “porque todos al morir nos convertimos en larvas y luego en mariposas”, explica mientras las señala dispersas en su altar.
El Día de Muertos es para la familia Domínguez Dávila todo un ritual que también incluye adornos en sus tumbas y un rosario para sus muertos que culmina con una cena en honor a los difuntos donde se preparan sus platillos favoritos y dulces típicos para los invitados.
Juan Antonio se prepara con un mes de anticipación, para que el gasto que implica poner un altar no afecte su economía y mantener así la tradición que heredó sus bisabuelos.
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