Arte
Por El Universal
Publicado el viernes, 31 de julio del 2020 a las 08:06
Ciudad de México.- Antipoeta y antiartista visual, el chileno Nicanor Parra, fallecido en enero de 2018 a los 103 años, está hoy en la mirada de muchos a través de la muestra Antiexposición: No Siga la Flecha, que reúne cerca de 40 piezas -de entre más de 100- de la obra visual del poeta, matemático e intelectual, que se exhiben en los jardines de su casa-museo La Reina, en Santiago de Chile, en el contexto de la pandemia de Covid-19, una muestra que echa mano de la tecnología de realidad virtual.
En un recorrido virtual de 360°, la muestra que se puede ver en https://fundacionparra.cl/antiexposicion/, propone al espectador un recorrido libre y abierto para admirar, una a una y en medio del bosque y los patios de la casa familiar de los Parra, las piezas creadas por Nicanor entre 1976 y 1995, y entre las que hay obras emblemáticas como Mamadera Mortífera, Mensaje en una Zapatilla, Mensaje en una Botella, Voy & Vuelvo y Narciso, entre otros artefactos del premio Cervantes 2011 y premio Juan Rulfo 1991.
“Es un salir a dar un paseo al aire libre también de estas obras”, asegura a Adolfo Montejo, curador de esta “antiexposición” que lleva por subtítulo “Un Paseo por el Nicho Ecológico de Nicanor Parra”. Montejo Navas afirma que “a Nicanor Parra le resultaría extraño el confinamiento, porque él andaba más interesado en los desconfines, otra suerte de márgenes”, y esa idea que late a lo largo del recorrido de esta antimuestra que “desmiente la idea sacrosanta de Museo, de ahí que se haya realizado algo en sintonía, casi una muestra situacionista, valorando los desvíos perceptivos, imaginarios que ella genera y despierta, en lugar de mitificarla en un cubo blanco”.
Sobre los vínculos entre poesía y arte, el curador de la 14 Bienal de Curitiba reconoce que la obra artística, visual de Parra está imbricada con su poesía, “es otra forma de ella, lo que ya suele suceder en casos de ruptura de límites del lenguaje”.
Dice que el “antiguion” que él ideó responde al aviso-invitación a pasear y no seguir la flecha del código, del sistema, del lugar común, de la inercia, de la tautología espiritual.
“La actualidad de sus proposiciones críticas, irónicas, humorísticas muestran las capas o estratos tantas veces perversos de que se compone la realidad consensuada, y que en tiempos del virus, está boca abajo, o como un rey desnudo”.
Antiexposición: No Siga la Flecha es “un paseo imagético”, como lo define Montejo, un juego con la distancia propuesto al espectador para que recorra desde muy cerca o muy lejos, las obras del antipoeta.
“Las que proceden del primer arte conceptual que desmaterializa el objeto artístico: concretamente el espíritu dadá, el ready made de Duchamp y Man Ray y el objeto encontrado por el azar surrealista; luego la porosa contaminación pop, con su imaginario de consumo, mercado y posterior sociedad del espectáculo; la apropiación visual y sígnica del propio apropiacionismo, que relee intersemióticamente el universo anterior pop y, por último, o entonces la primera relación, la afinidad con las experiencias de la poesía visual más ampliada, incluyendo piezas gráficas, el libro de artista, intervenido, por ejemplo, ahora de moda”, apunta Montejo.
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