Saltillo.- Un galón de gasolina bastó para que Raúl Reyes Meza terminara con su vida durante la noche del lunes en una de las calles de la colonia Guerrero, pues sus actos suicidas por fin tuvieron efecto al rociarse el combustible y prenderse fuego.

Así lo confirmaron las autoridades ministeriales de la Delegación Sureste de la Procuraduría General de Justicia del Estado, al dejar en claro que se trató de un suicidio y no de un homicidio, como se manejó en un primero momento.

Personal encargado de la investigación informó que Raúl ya contaba con antecedentes suicidas, como es el caso de tratar de terminar con su vida al colgarse de uno de los espacios de su vivienda, ubicada en la colonia María de León.

Trascendió que minutos antes de quitarse la vida entabló comunicación con sus familiares, principalmente con su esposa y mamá, en donde uno de ellos decía, “voy a apagar mi vida; mi vehículo será la tumba”.

Asimismo, determinaron que seguirán las investigaciones, pues aunque todo da con el hecho de que se roció gasolina, en el Volkswagen Caribe 1997 se localizaron dos botes de plástico, uno con thinner y el segundo con gasolina.

Además, se puntualizó que el carro de Raúl Reyes jamás presentó una falla mecánica, inclusive la máquina se encontraba en perfectas condiciones, sólo el interior de éste estaba hecho cenizas.

Se informó que fue su mamá, Santiaga Meza Aldama, la persona que realizó el reclamo del cuerpo en las instalaciones del Servicio Médico Forense.