México, DF.– Los estados del norte y occidente del país, como Coahuila, Nuevo León, Colima y Michoacán, serán los que atraerán más inversiones en los próximos años para desarrollar su industria acerera, asegura el presidente de la Association for Iron Steel Technology, (AIST), capítulo México, Porfirio González.

Afirma que con las nuevas inversiones en manufactura para el país, que se han asentado en lo que va de 2012 y 2011, la demanda de producción de acero incrementará entre 6 y 7% para 2013, lo que beneficiará directamente a los principales estados productores del material al norte del país.

Refiere que Coahuila y Nuevo León representan 60% de la producción de acero nacional, la cual asciende a 18 millones de toneladas anuales; 1.2 millones se exportan a Centroamérica y El Caribe.

ESTABILIDAD, EL PRINCIPAL ATRACTIVO

Gracias a la estabilidad macroeconómica que ofrece México al inversionista internacional, dice, es en estos estados donde las nuevas plantas que aterrizarán para el próximo año buscarán hacerse de insumos para su producción.

“Las necesidades de México, por supuesto, van a crecer. No nos queda otra que lograr tener los bienes de consumo y la infraestructura. En la medida en que la parte económica crece, vemos este aumento en la producción acerera. Por eso decimos que somos un reflejo del desarrollo”, declara.

Detalla que en los últimos tres años al país han llegado capitales por 3 mil millones de dólares para ampliar la producción de acero, el 70% a los estados antes mencionados.

Comenta que actualmente la producción de acero nacional contra la demanda de sus industrias es deficitaria, por lo que se necesita incrementar 25% la capacidad de producción, vacío que es llenado con importaciones de China, el principal productor mundial con 700 millones de toneladas anuales).

Según cálculos de esta industria, si se lograran eliminar las importaciones de acero, se crearían 15 mil empleos en todo el territorio nacional.

Sin embargo, Porfirio González advierte que hay factores que pueden afectar estas previsiones positivas, como el alto costo de la energía eléctrica para la industria acerera, posibles aumentos en los impuestos IETU e IVA y problemas sindicales.