Saltillo, Coah.- ¿Y si quieres tanto a Saltillo para qué te vas?, interpelaron anoche al gobernador Humberto Moreira Valdés durante el evento en el que Jericó Abramo Masso presentó su Primer Informe de Gobierno.

“Me tengo que ir, voy a dejar lo que más quiero, mi tierra, para hacer un esfuerzo por mi país porque se nos está yendo de las manos”, reviró el Mandatario entre una ovación de los miles de asistentes al teatro de la ciudad.

Quizá sin pensarlo el profesor aprovechó el momento para despedirse de su tierra y de los suyos. “(Óscar) Flores Tapia decía que Saltillo era como la novia a la que había que cuidar, pero yo no pienso lo mismo, yo veo a Saltillo con veneración, como venera un hijo a su madre, es mi gran amor esta tierra”.

Desde el público vino la interrogante, en cuya respuesta el Mandatario dejó implícito su inminente arribo a la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional.

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DESTACA VALORES

Antes Moreira destacó de Jericó valores como el trabajo y la responsabilidad y lo ponderó como “amigo” y servidor público de “probada lealtad”.

Recordó que hace poco más de un año en el panteón Santo Cristo el entonces alcalde electo de esta capital le reiteró el compromiso por los saltillenses.

Dijo que el acuerdo entre ambos fue ante la tumba de Jorge Masso Masso, abuelo del ahora Presidente Municipal en funciones a quien anoche la emoción le cerró la garganta por momentos.

El Gobernador recordó que como diputado federal el Alcalde fue precursor de las gestiones a fin de lograr que se habilitaran los recursos para construir el hospital general de Saltillo que recién empezó a funcionar.

Recriminó a “los expertos de la mentira” integrados en el Gobierno federal que pretendan engañar a los ciudadanos al hacerles creer que la obra se hizo con el interés y el recurso del gobierno de Felipe Calderón, cuando en realidad “fueron nuestros diputados priístas los que obligaron al Presidente a incluir la obra en el presupuesto, porque el presupuesto que él planteó venía en ceros”.

Añadió que “en una ocasión en mi casa Jericó se comprometió a ser el mejor diputado federal y lo consiguió, pues estuvo obligando al Gobierno federal para que los recursos para el hospital llegaran y lo hizo por su gran compromiso por Saltillo y porque es un hombre de trabajo, de principios, esforzado”.

UN FINAL MUSICAL

Como colofón Moreira interpretó en trompeta “Jardín de los Cerezos” junto a la Banda Infantil Municipal cuya fundación y equipamiento se logró en la presente administración.

LUPITA RAMIREZ, UNA HEROINA INCANSABLE
Por Isabel Ampudia

Esta señora es una persona que ha hecho el ayudar a los demás, el motor de su vida

Como si fuera una película de ficción, doña Lupita Ramírez, de 53 años de edad, cruzó esta frontera, y prácticamente se transforma en una guerrera urbana, luego de enfrentarse con un delincuente, quien con un arma blanca, pretendía despojar a un taxista de su automóvil.

Y como bien dijo, sólo se trata de ayudar a un ser humano, y lo haría por él o por quien sea, pues se trata de una vida, “¿a poco si ven que me están matando, van a dejar que maten?, ¿no verdad?”, pregunta que para muchas personas seguramente es difícil de responder.

JUSTICIA, AUNQUE IMPLIQUE PERDER LA VIDA

Recordó que apenas el pasado miércoles, se cumplió una semana del suceso. Ella, se encontraba al exterior de su vivienda, en la colonia La Peñita, cuando notó que un asaltante intentaba despojar de su vehículo, mas no del dinero, a un taxista.

“El señor iba manejando, y el asaltante le maniobró el volante, los dos andaban sobre el volante y el auto iba en zig zag. El ladrón saca la navaja y estaba picando al taxista; él gritaba porque estaba amarrado con el cinto y no podía defenderse, era un señor grande”.

“Yo ya iba para mi trabajo, soy gestora, y cuando vi que estaban haciendo eso, me metí, lo agarre de la garganta, lo baje. La navaja le estaba picando al señor, y luego entre el señor y yo, estábamos agarrando la navaja, cuando ya llega una persona y le digo que me ayude, el señor abre la puerta y se sale, el ladrón saca un punta grande, yo le estiro la manga de la playera que el traía…”.

“Me cortó en tres ocasiones; entonces yo lo agarro del cuello, lo acuesto sobre el asiento, y lo bajo, le pegué con el tacón, en eso le hablé al 066, llegó primero un grupo de patrullas estatales, lo agarraron y de ahí se lo llevaron”.

Entre la muñeca y el codo fueron las tres heridas que le hicieron, mismas que ameritaban algunas puntadas; sin embargo ella se negó, y prefirió que “engraparan” sus lesiones.

“Llegaron los bomberos de la estación que está por a unos pasos del Curvelo, me lavaron y desinfectaron la mano, me inyectaron y me dijeron que si me cosían, pero yo les dije que no, y sólo me las engraparon”.

“Esto debería hacerlo la ciudadanía, no sólo que se dediquen a ver”, comenta doña lupita, quien serenamente declaró que: “Dios está por delante, y si todos fuéramos así, este sería otro mundo, no habría tanta delincuencia, porque vemos que ahí están los pandilleros picando, golpeando, balaceando, y en vez de ayudar o agarrarlos, corremos y nos escondemos, y eso no está bien, o por lo menos no va conmigo”.

Doña Lupita no tiene familia, vive sola, por lo que firme a sus convicciones, sostiene que: “si me llega Dios a recoger, si él dice que hasta aquí, que ya es el momento, ni modo, yo ya viví lo que tengo que vivir, y apoyé a quien tenía que apoyar, si dios dice que hasta aquí, pues hasta aquí”.

Expuso que prefiere que la ciudadanía tome su ejemplo, en lugar de que reconozcan su valor, pues hay muchos pandilleros que andan golpeando las puertas y se encierran en sus casas, y eso no es leal.

PONE EN ORDEN A DELINCUENTES

“Hay que hablarle a las patrullas, también hablar con ellos, ¿por qué lo hacen?, si veo a un pandillero yo le digo que si es muy fregón, pues que se agarre a trancazos con manos limpias, ¿los carros qué culpa tienen? para que llegue y rompa el vidrio, y sí me han hecho caso”.

Lo increíble de asunto, es que esta no es la primera vez que se enfrenta a un delincuente, lo ha hecho en varias ocasiones, por lo que esto, no es nuevo para ella, pues no le gustan las injusticias, y lo volverá hacer “cuantas veces sea necesario, y si es a costa de mi vida, no me importa, yo ya viví lo que tengo que vivir”.