Internacional
Por AP
Publicado el jueves, 18 de noviembre del 2010 a las 15:59
Chicago, Ill.- Un incidente en el que un individuo se negó a ser sometido a una revisión corporal, incluida la zona genital, diciendo “si me tocas el bulto, te hago arrestar”, ha pasado a ser una sensación en la Internet y un símbolo del creciente malestar que hay con las revisiones cada vez más exhaustivas en los aeropuertos.
La cuenta online de John Tyner –que incluye un video del encuentro filmado con un teléfono celular– es parte de una campaña que cobra fuerza en Estados Unidos en la que se exhorta a los viajeros a que se resistan a ser sometidos a revisiones corporales.
El interrogante que surge es si los estadounidenses están haciendo valer sus derechos y resistiéndose a permitir excesos del Gobierno o si son unos llorones que exigen mayor seguridad por un lado, pero se niegan a colaborar por el otro.
“Creo que la gente piensa que todo esto es un circo”, expresó Joseph Schwieterman, experto en transportes de Chicago. “Se impacientan con estrategias que sospechan sólo buscan satisfacer a los políticos más que hacer frente a amenazas genuinas”.
Agregó que muchas de las personas que expresan intolerancia hacia las revisiones son las mismas que exigen al Gobierno más medidas para prevenir ataques terroristas.
El malestar aumentó al comenzar a usarse escáneres que permiten ver en una computadora la forma de un cuerpo. Esa revisión se hace en privado, en una sala aparte. No se observa el rostro de la persona y el personal que realiza la revisión no se entera tampoco de su nombre.
En la actualidad se están usando unos 300 escáneres en 60 aeropuertos estadounidenses y se planea aumentar esa cifra.
Si una persona se niega a esa revisión, debe someterse entonces a un cateo.
Tyner, ingeniero de programación de 31 años, de Oceanside, California, asegura que no buscaba notoriedad cuando se le plantó al personal de seguridad a mediados de noviembre en el aeropuerto de San Diego. “No creo haber hecho nada heroico. Hice lo que me pareció indicado”, manifestó.
Tras negarse a ser sometido a un escáner y a ser palpado en la ingle como parte de un cateo, fue echado del aeropuerto y amenazado con una multa y una demanda.
El episodio dio lugar a la aparición de camisetas, carteles autoadhesivos, sombreros e incluso ropa interior con la inscripción “¡no me toques el bulto!”
Tyner no recomienda a la gente que lo imite, especialmente si no puede postergar su viaje.
“Pero deben obrar según su conciencia”, expresó. “Si creen que la desobediencia civil es el camino, deben practicarla”.
Un individuo, Brian Sodergren, de 33 años, de Ashburn, Virginia, lanzó una campaña online en la que se exhorta a la gente a que se niegue a ser sometida a revisiones el día previo al día de Acción de Gracias, uno de los de mayor tráfico aéreo del año. Indicó que el interés en su portal aumentó tras el incidente de Tyner.
Sodergren dice que la gente no debe negarse a las revisiones y pagar multa. “Lo correcto es escribirle a su legislador y pedir que cambien las leyes”, expresó.
PASAJEROS NO SON LOS ÚNICOS MOLESTOS Chesley Sullenberg, el piloto que acuatizó con un avión comercial en el río Hudson de Nueva York y evitó una tragedia el año pasado, dijo que “los pilotos son la última línea de defensa” contra un ataque terrorista. “Somos participantes directos en la misión de garantizar la seguridad”.
Al menos un sindicato, el U.S. Airline Pilots Association, instruyó a sus afiliados que se reporten enfermos para el siguiente vuelo si se sienten demasiado alterados tras ser sometidos a cateos.
El vocero del sindicato James Ray, no obstante, dijo que recomienda a los pilotos no pasar por escáneres por temor al impacto de una exposición a la radiación.
Ray admitió que si los pilotos se niegan a pasar por escáneres y deben ser cateados, el vuelo puede demorarse.
DEBATEN MEDIDAS La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, y el jefe de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), John Pistole, se reunieron con representantes de la industria turística del país para discutir el aumento de las medidas de seguridad en los aeropuertos estadounidenses.
Asociaciones de trabajadores aéreos y de viajeros se quejaron a la TSA y al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) a raíz de la implantación en los aeropuertos del país de nuevos escáneres corporales y de controles de facturación más rigurosos. Los responsables de la industria turística del país consideran que el incremento de los controles está afectando a sus negocios.
Por su parte, el DHS siempre ha defendido estas medidas como necesarias, mucho más después de los ataques frustrados reivindicados por Al Qaeda en la Península Arábiga. Sin embargo, después de las quejas de los pilotos, la TSA ha comenzado a probar con ellos otros métodos, informó la DHS.
La TSA está buscando, además, “protocolos de seguridad alternativos para los pilotos de aerolíneas que podrían agilizar los escáneres mientras mantenemos un alto nivel de seguridad”, señaló un miembro del DHS.
Tras la reunión, el DHS señaló que ésta había servido para “subrayar el continuado compromiso del Departamento de estar del lado del sector turístico para facilitar el flujo comercial y de desplazamientos, pero manteniendo siempre altos niveles de seguridad para proteger a los estadounidenses”.
Sin embargo, el vicepresidente ejecutivo de la Asociación Turística de Estados Unidos, Geoff Freeman, consideró que la reunión con Napolitano “no había sido nada tranquilizadora”. “Entendemos el desafío al que se enfrenta el Departamento de Seguridad Nacional, pero la cuestión es saber dónde colocar la línea”, añadió.
PIDE GOBIERNO COLABORACIÓN Los pasajeros de líneas aéreas que objeten cualquier tipo de revisión o escaneo físico no podrán volar a ningún lado. El titular de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) testificó esta disposición ante un comité del Congreso.
Interrogado por los legisladores sobre un controvertido nuevo procedimiento en aeropuertos, que ha generado muchas quejas de los usuarios porque utiliza máquinas de escaneo de cuerpo entero y registros íntimos de quienes se oponen a ser palpados o disparan alarmas, el administrador de la TSA, John Pistole, pidió al público convertirse en “socios” del esfuerzo por combatir el terrorismo.
Ante el Comité del Senado para Seguridad Interna y Asuntos Gubernamentales, Pistole dejó claro que sus 453 inspectores en todos los aeropuertos del país no van a dejar de aplicar el procedimiento por quejas de que las técnicas invaden la intimidad de las personas.
La TSA, dijo, trata de lograr un equilibrio entre la privacidad de las personas y las necesidades de seguridad. Al ser cuestionado por el senador John Ensign de Nevada, acerca de grupos que se rehúsan a aceptar cualquier tipo de registro corporal por motivos religiosos, Pistole fue muy claro: “Aunque respetamos las creencias de esas personas, sencillamente no van a poder abordar el avión”.
Una encuesta reciente de CBS News encontró que 81% de los encuestados no tiene ningún inconveniente en ser registrado.
Algunas de las organizaciones que se oponen a las nuevas reglas, afirman que está bien tener normas para la seguridad, pero no cuando violan flagrantemente la privacidad de las personas y constituyen búsquedas corporales irrazonables, como lo es el nuevo protocolo.
“Los pilotos están más que hartos”, afirmó Tom Walsh, piloto y consultor de temas de seguridad aérea. “Gastan mucho tiempo y dinero revisando a la tripulación, que no representa una amenaza”.
Reuters
El Economista
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