Ciudad de México.- En el panteón San Nicolás Tolentino todavía están los arreglos florales y el rehilete de un pato montado en bici que los familiares de Tadeo colocaron el 6 de enero durante su sepelio.

En medio se alcanza a observar la fosa de la que días después exhumaron el cuerpo del bebé, de forma ilegal, para transportarlo hasta el penal de San Miguel, en el Estado de Puebla.

Alrededor se encuentra amontonada la tierra que cubría su féretro y que fue removida para vulnerarlo.

Un cordón naranja delimita el espacio dentro del lote exclusivo para menores de edad e indica que está prohibido el paso. A unos 20 metros de distancia, dos elementos de la Policía Auxiliar, recargados en una patrulla, vigilan que nadie se acerque.

Los uniformados tienen la responsabilidad de resguardar la tumba hasta que la Fiscalía General de Justicia (FGJ) concluya las indagatorias e identifique a quienes desenterraron los restos del pequeño de tres meses.

El sábado, el sitio fue intervenido por peritos y elementos de Investigación. También entrevistaron a empleados del cementerio, pero la dependencia no ha reportado algún avance importante en el caso.

Es domingo al mediodía y un matrimonio joven acude para visitar la tumba de su familiar, ubicada apenas a unos metros de distancia.

La pareja lamenta el caso de Tadeo y se sorprende al saber que su cuerpo estaba al interior de la fosa abierta.

“Es muy triste lo que le pasó a esa familia, pero ahora la preocupación también es para nosotros porque no sabíamos que sacaron al bebé de aquí.

“Eso quiere decir que le pudo haber pasado a cualquiera de nosotros”, comentó la mujer.

Entre la mayoría de trabajadores impera el silencio y algunos se limitan a confesar que la noticia también los ha sacudido.

“Nosotros sólo nos encargamos del mantenimiento, pero no sabíamos nada hasta que lo vimos en la tele.

“Eso de que vengan a sacar restos (humanos) en los panteones no es nuevo, seguido que nos toca podar encontramos huesos tirados, pero lo que hicieron con el niño no se vale”, señaló un empleado.

Horas antes, durante la madrugada, los papás de Tadeo volvieron a la Ciudad de México para sepultar a su hijo por segunda ocasión, casi 13 días después de que fuera localizado en el basurero del reclusorio poblano.

“La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México brinda acompañamiento jurídico, económico, psicológico y social a los padres del menor de edad, cuyo cuerpo fue hallado en el Estado de Puebla, al tiempo en que amplía la investigación en curso, tras la denuncia presentada por la exhumación del cadáver”, informó la dependencia.