Chihuahua.- Actualmente se vive un fenómeno caracterizado por elevados niveles de inflación y un alza en el nivel de empleo, una curvatura (curva de Phillips, es el térmico técnico) de ambos indicadores económicos que suele hacerse patente durante un corto plazo y generar la ilusión de cierta prosperidad.

Pero en el mediano y largo plazos no son compatibles la inflación alta como la actual y la generación de puestos de trabajo. Por el contrario, la tendencia al alza del índice inflacionario, muy lejos del objetivo del tres por ciento, resulta perjudicial para el empleo, no se diga para el poder adquisitivo de los asalariados.

Aunado a eso, otro fenómeno que también registra es la disparidad de sueldos en el mercado laboral, lo que rompe con la arraigada idea de que, a mayor preparación educativa, mayores son los ingresos de los trabajadores.

Tenemos en versión digital imágenes de las vacantes que promueve en Chihuahua el Servicio Nacional de Empleo (SNE), convertido en una burla por los aspirantes a conseguir un puesto, precisamente porque trabajos que apenas piden como requisito la secundaria, están igual pagados y a veces mejor que los que exigen nivel de licenciatura.

Una vacante de “ayudante general” que demanda apenas la educación básica ofrece cuatro mil pesos por quincena, lo mismo que otra de “asistente-recepcionista”, para la cual el empleador requiere que tenga estudios profesionales.

Hay otros malos ejemplos: una vacante para un área de marketing que pide escolaridad mínima de carrera técnica, con experiencia de seis meses en programas computacionales, ofrece sueldo de tres mil 500 por quincena, mientras que una de intendencia para la que se pide apenas secundaria, está valorada en ocho mil pesos mensuales.

En otros casos es incluso más evidente que en el sector productivo pagan más a gente sin estudios por trabajos manuales, que a los profesionistas por labores administrativas y/o intelectuales, lo cual no puede calificarse como correcto o incorrecto, bueno o malo, es simplemente diferente.

Las autoridades laborales estatales y federales no regulan estos aspectos del mercado, que para algunos son distorsiones y para otros únicamente representan el equilibrio perfecto de oferta y demanda; como sea, se esconden detrás de esto abusos patronales y fallas en la inspectoría laboral.

A través del SNE, los gobiernos se limitan a publicar en redes una especie de bolsa de trabajo, sin prestar atención al detalle técnico de las vacantes que son ofrecidas, menos a los fenómenos que ocurren actualmente en el mercado laboral, que son de tal magnitud como para marcar a una generación entera.