Saltillo.- El regreso a clases presenciales no será nada sencillo para los maestros, dado que los alumnos podrían presentar indisciplina, aislamiento, rechazo a recibir órdenes y seguir reglas de conducta en los planteles.

Más de un año sin acudir a las aulas habrán relajado la disciplina entre los alumnos de grados anteriores, mientras que los niños de nuevo ingreso no sabrán cómo comportarse, pues, además, en casa las reglas se relajaron, advierte Luis Antonio Fraustro Mauricio, especialista en Psicología Infantil.

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El fenómeno que se va a presentar es que los niños no han tenido las experiencias de convivir cerca de un maestro y en parte se ha relajado la disciplina, los padres no ponen atención a los hijos y los hijos hacen lo que quieren”.

Durante los meses críticos de la pandemia los alumnos se ausentaron de los salones de clase para permanecer en casa y reducir riesgo de contagio.

Sin embargo, indicó, habrá casos en que los menores estuvieron bajo el cuidado de los abuelos mientras los padres trabajaban, y en México, desafortunadamente, los abuelos son más permisivos y tolerantes ante la conducta de los niños, de manera que no imponen límites al comportamiento.

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El niño puede hacer cualquier cosa, pues no está la figura de autoridad”.

En otros casos, los cuidaron hermanos mayores o tíos, con la posibilidad de que no hayan puesto reglas de conducta.

El sicólogo clínico añadió que las nuevas generaciones no toleran o no saben lidiar con una negativa de los adultos, lo que les genera frustración, enojo, ansiedad, desesperación y pueden volverse agresivos.

Desde casa deben establecerse reglas de convivencia y conducta, como el respeto hacia los demás, tener horarios fijos para levantarse y acostarse, hacer tareas, jugar, ver televisión, usar la computadora o tableta y colaborar en las labores domésticas, como asear su cuarto, limpiar el patio, lo que ayuda a modelar conductas y acatar reglas, que aumenta su confianza y autoestima.