Caracas, Venezuela.– A pesar de que el presidente Nicolás Maduro ha descartado un conflicto militar con Estados Unidos, las crecientes tensiones entre ambos países han puesto el foco en el poder militar de Venezuela.

Con una dotación que analistas y expertos militares califican de “vetusta”, las fuerzas armadas venezolanas se enfrentan a un “muy improbable” escenario de guerra con el ejército estadounidense, una fuerza de asimetría abismal.

Un ejército politizado y con armamento obsoleto

La Fuerza Armada, de lema “¡Chávez vive!”, no oculta su politización. Aunque el gobierno de Maduro asegura tener más de 8 millones de milicianos y reservistas, expertos como el del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) estiman la cifra real en 123,000 integrantes activos, más 220,000 milicianos y 8,000 reservistas.

Durante la bonanza petrolera, Venezuela invirtió más de $11,000 millones en armamento ruso, incluyendo aviones de combate Sukhoi, misiles antiaéreos S-300VM y drones iraníes. Sin embargo, un general retirado, que pidió el anonimato, señaló que la falta de coordinación entre estos sistemas los hace ineficientes.

El país también cuenta con equipamiento antiguo, como cazas F-16 de 1980, tanques franceses y un submarino alemán de 1973. La grave crisis económica y las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea han limitado el gasto militar.

A pesar de la propaganda oficial que insta a la población a “alistarse”, el general en retiro destacó que la moral es muy baja debido a las altas tasas de deserción y el bajo reclutamiento.

Aunque un experto militar considera que una victoria sobre EE. UU. es imposible, descarta que Washington tenga la capacidad para “ocupar” todo el territorio venezolano.