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Por Miguel Cervantes
Publicado el lunes, 15 de abril del 2024 a las 14:23
Ciudad de México.- La industria completa de las Grandes Ligas del béisbol (MLB) celebra este lunes el aniversario N° 77 del debut más importante de todos los tiempos para el circuito y uno de los episodios más trascendentales de la historia contemporánea de los Estados Unidos de América.
“El Día de Jackie Robinson“, establecido por el comisionado Bud Selig en el 2004, recuerda la llegada a las Ligas Mayores modernas del primer jugador negro, el 15 de abril de 1947, que terminó con la repugnante barrera racial en la pelota y abrió las puertas para, además de los afroamericanos, todas las otras minorías que hoy forman parte del hermoso crisol que es la MLB.
Jack Roosevelt Robinson, nacido en Cairo, Georgia, el 31 de enero de 1919, fue el quinto hijo de Mallie McGriff y Jerry Robinson, quienes eran hijos de esclavos. La señora McGriff se mudó con sus hijos a Pasadena, California, poco tiempo después del nacimiento de Jackie.
Estos son algunos de los momentos claves en la historia del héroe deportivo y símbolo social llamado Jackie Robinson.
El receptor Moses Fleetwood “Fleet” Walker fue el primer afroamericano que jugó en uno de los circuitos con categoría de “Grandes Ligas“, que, por una especie de acuerdo de sus ejecutivos, eran exclusivos para hombres blancos.
Moses, y posteriormente su hermano Weldy, jugaron con los Toledo Blue Stockings de la liga American Association (AA) en la temporada de 1884. Bill White, quien apareció en un partido para los Providence Grays en 1879, era afroamericano, pero por tener la piel clara actuó como blanco por la mayor parte de su vida y por eso pudo integrar la nómina de los Grays.
Por mucho tiempo, más de un equipo concibió la idea de reclutar a alguno de los mejores peloteros de las ligas negras, pero ninguno tuvo el valor de enfrentar todo lo que eso acarrearía. Hasta que Branch Rickey, el visionario co-propietario, presidente y gerente general de los Dodgers de Brooklyn, decidió que era hora de acabar con el ominoso “apartheid” en el béisbol.
Rickey sabía que el primer “ligamayorista” negro debía ser un gran jugador de pelota, pero también un ser humano superior que tuviera el temple para no quebrarse ante el maltrato que sufriría por la osadía de invadir las ligas blancas.
El 28 de agosto de 1945, Rickey se reunió con Robinson y lo sometió a una prueba de resistencia, actuando como los abusivos que el pelotero y ex segundo teniente de la armada enfrentaría, dentro y fuera del terreno.
“Señor Rickey, ¿quieres un jugador de béisbol que tenga miedo de contraatacar?, preguntó Robinson en un momento. Rickey respondió: “Quiero un jugador con las agallas suficientes para no contraatacar”.
Los Dodgers firmaron oficialmente a Robinson el 23 de octubre de 1945, cuando anunciaron que el pelotero sería asignado a la sucursal Royals de Montreal de la Liga Internacional (AAA) para la temporada de 1946. Tenía 26 años de edad.
Los Dodgers, sin embargo, no informaron inmediatamente que además estaban reclutando al lanzador negro Johny Wright, quien también fue asignado a Montreal. Más que un lanzador, los Dodgers vieron en Wright a alguien que le haría la carga menos pesada a Robinson.
Después de entrenar en Daytona Beach, Florida, Robinson llegó a Montreal, Canadá, para su primera temporada en la pelota profesional blanca. Aunque Rickey y los Dodgers estaban confiados en que Robinson tenía el talento para jugar adecuadamente en las Grandes Ligas, su desempeño en AAA sería crucial para el proyecto.
En su libro “TRUE: The Four Seasons Of Jackie Robinson”, Kostya Kennedy describe el impacto inmediato que produjo Jackie para los Royals y la Liga Internacional:
“Para el final de su primera estadía en Montreal, los Royals habían ganado nueve de 10 partidos. Ellos comandaban la liga con marca de 16-8. Robinson, jugando todos los días, bateaba .326. Él tenía 13 bases robadas y 26 carreras anotadas, más de una por juego”.
Al final de la temporada, Robinson bateaba .349 con 40 robos, 92 boletos y 113 anotadas. Los Royals (100-54) ganaron la liga por 18.5 juegos y conquistaron el campeonato, venciendo en cinco juegos en la final a los Chiefs de Syracuse.
El 15 de abril de 1947, a los 28 años de edad, Robinson alineó como segundo bate y primera base para los Dodgers en el Opening Day contra los Braves de Boston frente a 26,623 aficionados en el Ebbets Field de Brooklyn, Nueva York. Jackie bateó de 3-0 con una carrera anotada contra Johnny Sain en el triunfo de los Dodgers 5-3.
Robinson bateó su primer imparable en el próximo choque, un infield hit por tercera base en la quinta entrada contra Glenn Elliott, para comenzar una cadena de cinco juegos con incogible. Terminó la temporada bateando .297 con 125 anotadas, el liderato de robos (29) y ganando el primer premio de Novato del Año de ambas Ligas Mayores.
Jugando contra los mejores y en condiciones adversas únicas, Robinson puso buenos números en sus primeras dos temporadas, mientras aún estaba en el proceso de aprender a jugar en la pelota profesional de los blancos. Pero en 1949, su tercera temporada con los Dodgers, pasó a ser el mejor jugador del béisbol.
Robinson ganó los lideratos de bateo (.342) y robos (37), anotó 122 carreras, conectó 203 hits (38 dobles, 16 jonrones y 12 triples), fue elegido a su primer Juego de Estrellas y ganó el premio de Jugador Más Valioso.
Robinson condujo a los Dodgers a la Serie Mundial en cuatro (1947, 1949, 1952 y 1953) de sus primeras siete temporadas en las Grandes Ligas, pero desafortunadamente su equipo estuvo en el lado perdedor en cada ocasión, siempre ante sus odiados vecinos New York Yankees.
En realidad, no era algo nuevo. Pese a ser uno de los clubes más populares de béisbol y más exitoso en temporadas regulares, los Dodgers resbalaron en ocho de sus nueve viajes a la Serie Mundial mientras estuvieron en Brooklyn. También perdieron en 1916, 1920, 1941 y 1956.
¿La excepción? La temporada de 1955, retratada de forma magistral por el reportero y escritor Roger Kahn en su libro “The Boys of Summer” (“Los Muchachos de Verano”) de 1972.
Después de acudir al Juego de Estrellas por seis años seguidos y disputar el Jugador Más Valioso cada vez en sus primeras ocho temporadas, la edad y los achaques comenzaron a pasar factura a Robinson en 1955, cuando bateó .256 (aunque con un buen OBP de .378) en 105 partidos.
Pero los Dodgers ganaron la Liga Nacional con marca de 98-55, 13 juegos de ventaja sobre los Bravos de Milwaukee, y volvieron a chocar con los Yankees en el clásico de otoño. Robinson apenas bateó de 22-4 en la Serie Mundial, pero su robo del plato en el octavo inning del primer juego en Yankee Stadium (que ganaron los locales 6-5) es una de las imágenes más memorables de la historia.
Los Yankees ganaron los primeros dos encuentros en casa, pero los Dodgers barrieron los siguientes tres en Brooklyn, forzando el regreso al Bronx. Los Yankees ganaron el juego 6 con gran pitcheo de Whitey Ford, mandando la serie a un séptimo y decisivo, en el que Johnny Podres lanzó blanqueada de ocho hits para darle el triunfo a los Dodgers 2-0 ante 62,465 aficionados.
Los Dodgers perdieron la Serie Mundial al año siguiente ante los Yankees en la que sería la última temporada de Robinson en Grandes Ligas y la penúltima del equipo en Nueva York. Los Dodgers y sus rivales Gigantes de Nueva York se mudaron a Los Angeles y San Francisco, respectivamente, después de 1957.
Después de la primera elección del Salón de la Fama en 1936 (la primera ceremonia no ocurrió hasta 1939), ningún candidato de primer año había sido electo a Cooperstown, pero eso cambió en 1962, cuando Robinson y el lanzador Bob Feller fueron aprobados por la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).
Feller, quien perdió tres años de su mejor momento para servir en las fuerzas armadas, fue nombrado en un 93.8 por ciento de las boletas, en ese momento el cuarto mayor porcentaje de la historia. Robinson recibió un 77.5 por ciento del voto.
En 1997, en el aniversario 50 de la ruptura de la barrera racial, el comisionado Selig anunció que el número 42 de Robinson sería retirado de por vida en el béisbol, aunque se permitiría a los jugadores que lo usaban en ese momento seguir haciéndolo hasta sus retiros.
El lanzador relevista panameño Mariano Rivera, de los Yankees, fue el último pelotero de Grandes Ligas que usó el número 42. Rivera, quien se retiró en el 2013, es el único jugador elegido al Salón de la Fama con el 100 por ciento de los votos. En el 2007, el jardinero Ken Griffey Jr. solicitó permiso para que se le permitiera usar el número 42 el 15 de abril para celebrar el cumpleaños 60 del debut de Robinson. Dos años después, todos los jugadores de todos los equipos comenzaron a usar el número 42 para celebrar la histórica hazaña.
El comisionado Selig estableció definitivamente un día de celebración en todo el béisbol en memoria de Robinson en el 2004.
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