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Grupo Zócalo
Publicado el sábado, 27 de marzo del 2021 a las 13:59
Ciudad de México.- Memín Pinguín es un clásico de la cultura popular mexicana, si bien las nuevas generaciones no lo recuerdan, o sólo recuerdan su polémica, esta historieta marcó varias generaciones que disfrutaban de las aventuras en viñeta de este entrañable personaje.
Es bien sabido que actualmente se vive una nueva era de corrección política que ha levantado muchos debates en redes sociales; enfrentamientos entre las nuevas y viejas generaciones que buscan encontrar un equilibrio entre el sentido del humor y las tradiciones, y las formas apropiadas de entretener sin herir a nadie y considerando a los sectores más vulnerables.
Todas las semanas aparece un nuevo personaje que debe ser censurado o alguno que busca encontrar este equilibrio al ser “inclusivo”. A partir de esta nueva forma de “censura” viene el término “cancelar”, pero aunque esto pueda parecer nuevo, en realidad eso ha sucedido desde hace muchos años. El caso de Memín Pinguín fue uno de los primeros en la cultura mexicana.

Memín Pinguín
Se trata de una historieta infantil sobre la vida de Memín Pinguín, un alegre niño afromexicano de entre 9 y 11 años que constantemente se está metiendo en problemas.
El argumento de esta historieta fue creada en 1943 por Yolanda Vargas Dulché, quien utilizó el apodo de su esposo para bautizar a su protagonista, además de aderezar el nombre con el pote de Pinguín, palabra atribuida a “pingo”, sinónimo de vago.
Las ilustraciones fueron hechas por Alberto Cabrera hasta el año 1953 y a partir de 1962 Sixto Valencia Burgos fue el responsable de esto.
Memín Pinguín se publicó dentro de la serie “Alma de Niño”, dentro de las páginas del mencionado diario de historietas “Pepín”.
En cada entrega que había de esta historieta se podían ver (y leer) las aventuras de Memín con sus amigos Carlangas, Ernestillo y Riquis. En la trama también se desarrollan problemáticas más fuertes como el abandono parental, el clasicismo, el divorcio, la delincuencia infantil, la violencia y el racismo, siempre superadas con optimismo, nobleza y lealtad. Es por eso que se ganó los corazones de muchas generaciones de mexicanos que se identificaban con la historia y los personajes.

El éxito de Memín trascendió fronteras y océanos, fue traducida a varios idiomas y llegó a ser muy popular en la hermana nación de Filipinas, en donde incluso fue una lectura obligada por el Monasterio de Educación, ya que “enaltecía los valores humanos hacia la familia y el Estado”.
Memín Pinguín ¿racista?
La historieta y sus personajes estuvieron en el corazón de los mexicanos durante muchos años, pero en 2005, el nombre de Memín Pinguín surgió de nuevo en un contexto bastante desfavorable: la historieta fue señalada como racista.
Esto se dio cuando Correos de México decidió incluir a Memín Pinguín en una colección de estampillas conmemorativas, pero autoridades de la oficina postal estadounidense dijeron que este personaje promovía los estereotipos raciales. Ante este conflicto muchos líderes de opinión externaron sus posturas, pero al final de cuentas se llegó a la conclusión de que efectivamente era una historieta racista y su contenido debía ser censurado.

Fuente: Cultura Colectiva
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