Internacional
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Excélsior
Publicado el viernes, 23 de septiembre del 2011 a las 22:50
Ciudad de México.- Cuando abrió los ojos, el pequeñito de menos de dos años de edad vio a un grupo de personas completamente extrañas para él y se sintió en un sitio desconocido. Estaba en un orfanato. La policía de Hong Kong lo había dejado allí después de detener a sus padres, acusados de introducir el mayor cargamento de droga en la historia del lugar: 517 kilos de cocaína.
El pequeñito originario de Guadalajara sólo recuerda que hace unos días un hombre desconocido lo separó de los brazos de su madre mientras ella lloraba desesperada. Había llegado a Hong Kong con sus padres a principios del mes de septiembre, pero ahora a ellos se les vincula con la introducción de un cargamento de droga.
Alicia Buenrostro, cónsul general de México en Hong Kong, fue a visitar al bebé al orfanato ubicado en el barrio británico de la ciudad y después de estar unos momentos con él dijo a los medios “está siendo tratado con buenos cuidados”.
La diplomática explicó que “el pequeño, al estar sus padres detenidos, tiene que ser repatriado a México”.
Más tarde se dio a conocer que el consulado de México ya inició los trámites para permitir que el bebé pueda ser repatriado a México, y aseguró que el papeleo va bastante avanzado.
Incluso podría ser regresado este mismo fin de semana y después de los trámites legales que amerita el caso, será entregado a sus familiares.
Pero Buenrostro, no especificó si personal del consulado llevará al pequeñito en su traslado hacia México o quién se encargará de esa tarea.
Los padres del pequeño fueron detenidos el viernes pasado junto con otros tres mexicanos, así como un chino, una colombiana y un estadounidense, a todos se les acusa de haber participado en la introducción de un cargamento de 517 kilogramos de cocaína con valor de 76 millones de dólares.
Las ocho personas estaban en la localidad de Fuk Hang Tsuen, en una zona de almacenes, donde se reciclan desechos de plástico, cuando llegaron al lugar más de 100 policías. Habían recibido una denuncia anónima de que en el lugar se encontraba un cargamento de estupefacientes.
Tras una primera fase de búsqueda los policías hallaron 50 kilos de cocaína, con la ayuda de perros entrenados en ese tipo de tareas, continuaron buscando en los almacenes y se encontraron con otros 467 kilos de cocaína.
La policía de Hong Kong dio a conocer que los cinco mexicanos y el estadunidense fueron acusados de tráfico de drogas y comparecieron el lunes pasado ante la corte.
De acuerdo con la emisora de radio local RTHK, no se declararon inocentes ni solicitaron una fianza. El caso fue aplazado hasta el próximo 14 de noviembre.
La policía dio a conocer en los últimos días que el almacén donde se encontró el cargamento era usado para empacar y almacenar la droga que después se escondía en contenedores de plástico.
En entrevista con el diario South China Morning Post el jefe de la oficina antinarcóticos del país asiático, John Paul Ribeiro, expresó que “los traficantes han usado diferentes maneras de disfrazar sus negocios, pero ésta es la primera vez que la policía ha visto que se usen materiales reciclados para el tráfico”.
También explicó que no se descarta la hipótesis de que la droga tuviera como destino final China u otras naciones de Asia.
En la isla de Hong Kong el tráfico de drogas puede ser castigado incluso con la cadena perpetua y una multa que puede alcanzar alrededor de los 644 mil dólares.
Hasta ahora, el máximo decomiso de estupefacientes que se había registrado en Hong Kong, había sido de 372 kilogramos en 2010.
Niño sicario también llegó del extranjero
Un acta de nacimiento de Edgar N. alías El Ponchis, describe el perfil familiar del llamado niño sicario, que nació en la ciudad de San Diego California el 5 mayo de 1996 y tres años después fue traído a Jiutepec, Morelos, por la propia abuela.
Su registro de nacimiento se dio a los dos años, el 5 de noviembre de 1998 , con el número de registro local 1963705441110, donde establece ser hijo de una madre soltera y cuyo cuidado recayó en manos de su abuela, Carmen Solís Gil, quien murió a los 82 años, cuando El Ponchis tenía apenas 10 años.
Las constantes recaídas de una madre adicta y reincidente por la venta de drogas, describen que fue su abuela quien certifica su nacimiento en el Hospital Mercy and Medical Center, cuando su madre lo trajo al mundo apenas hace 15 años, meses después la mujer caería a la cárcel en uno de sus tantos ingresos por venta y consumo de cocaína.
En su acta de nacimiento refleja a un padre ausente, que no es citado en el acta de su alumbramiento, ni en los documentos subsecuentes en su corta vida.
Meses después su convivencia con pandilleros de Tejalpa y el acercamiento de sus hermanas con sicarios, lo llevaría a ingresar a las filas del crimen organizado donde comenzó a asesinar a personas a los 11 años de edad.
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