Primero, un clásico de Platón, que viene como anillo al dedo: “El precio de desentenderse de la política, es ser gobernado por los peores…”.
Y es que hoy, a siete años de la llegada de Morena al poder –tanto federal como en gobiernos estatales y municipales–, queda claro que, desde 2018, la sociedad mexicana cometió uno de sus mayores errores y horrores al desentenderse de la política y, por tanto, al votar por los “morenistas”.
Sí, porque hoy México no sólo es gobernado por la peor versión del populismo clientelar del Continente –por el Partido Morena–, sino por un puñado de impostores, ambiciosos, ladrones y mentirosos quienes –durante décadas–, pregonaron una superioridad moral que terminó en mero “zurrón”.
Es decir, terminó en “un remiendo mal hecho”.
Sí, el “zorrón” de quienes hoy son todo lo que cuestionaron por décadas en sus mocedades opositoras, en plazas públicas y pueblos de todo el país.
Y el mejor ejemplo, es la impostura inconstitucional de imponer desde Palacio a la encargada de la Fiscalía General de la República, luego de defenestrar al “peligroso” Alejandro Gertz Manero, otro “fiscal carnal” que, por pura casualidad, resultó “más cabrón que bonito”.
Y es que al imponer a Ernestina Godoy en la Fiscalía General de la República –de manera ilegal, con la complicidad de panismo rapaz y violando la Constitución–, el Gobierno de Claudia Sheinbaum confirmó que, en efecto, los políticos de Morena “no son iguales” al viejo y cuestionado PRIAN.
No, en realidad son peor de mentirosos, ladrones, rateros y cínicos; peores que la peor “mafia del poder” que haya existido en México.
Sí, una “mafia” que, sin vergüenza alguna destruyó la democracia, acabó con la división de Poderes, con los contrapesos; aniquiló al INE y al Tribunal Electoral y anuló a la CNDH, además de capturar los poderes Legislativo y Judicial.
Sí, una mafia que, por si fuera poco, se “amontonó” para saquear el dinero público en medio de la más vergonzosa impunidad y que, en el extremo de la impudicia, se convirtió en parte del crimen organizado.
Y acaso esa alianza con los cárteles del crimen es el mayor signo distintivo de los gobiernos de Morena; una alianza que en la última década no sólo favoreció el nacimiento del partido oficial –con un financiamiento criminal–, sino que estimuló la llegada de los “narcoalcaldes”, “narcolegisladores”, “narcogobernadores” y, sobre todo, los “narcopresidentes”.
Por eso, cuando la “señora Presidenta” celebrará en las próximas horas los primeros siete años de la llegada a México de la “4-T” y de Morena, en realidad celebra la llegada del crimen organizado al poder político en México.
Y desde Palacio podrán negar la realidad, podrán llamar “bots” a los críticos del “narcogobierno” y hasta se aventarán “la puntada” de decir que “la horrible derecha” financia a los críticos del régimen.
Sin embargo, la realidad y los hechos son lapidarios.
Y si tienen dudas, que la Presidenta, su partido y su claque respondan las siguientes preguntas.
¿No fue el “narco”, Presidenta, quien financió las campañas presidenciales de Morena?
¿Por qué el jefe del grupo mafioso de “La Barredora”, Adán Augusto, impuso en el Senado, como Fiscal federal, a Ernestina Godoy?
¿Por qué defenestraron a Alejandro Gertz Manero, de manera ilegal, en abierta violación a la Constitución?
¿Por qué criminales como Adán Augusto, Ricardo Monreal y muchos otros mafiosos de Morena siguen impunes?
¿Por qué en todo el país nadie persigue a los grandes capos del crimen, de la droga, del secuestro y del cobro de piso?
¿Por qué el Gobierno federal no hace nada para investigar a los grandes saqueadores de dinero público, como Segalmex y muchos otros?
¿Qué les debe, señora Presidenta, a las grandes mafias criminales, para mantener la complicidad del Estado?
¿Hasta cuándo acabará la violencia criminal, que hoy contabiliza más de 250 mil vidas perdidas, más de un millón de muertes por el mal Gobierno; más de 150 mil desaparecidos…?
¿Hasta cuándo, señora Presidenta, su Gobierno y su partido dejarán de mentir, de engañar y saquear al país?
Sí, Presidenta, se cumplen siete años de la llegada de “la 4-T”, pero también siete años de la llegada al poder de la peor mafia que hayan conocido México y los mexicanos.
Y pueden engañar a muchos durante mucho tiempo, pero no engañarán a todos todo el tiempo.
Se los dije.
Al tiempo.
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