En 2009 en Honduras, el Ejército expulsó al presidente Zelaya de Honduras, tras un escándalo político que giraba alrededor de una boyante corrupción del régimen, ya fuera del país, el señor hizo gastos personales, de cientos de miles de dólares con las tarjetas de crédito que aun traía encima, años después, volvió a la presidencia.
Cuando los políticos se ceban de tener gastos pagados sin límite por el erario, es imposible que dejen de hacerlo, ahora que el elegante arrabalero: Noroña, anuncia que pedirá licencia de su cargo de Senador plurinominal de la República, tengo claro que seguirá gastando en artículos y viajes de ensueño, pagados por el erario.
Si alguien reclama sobre los hechos, ya tienen respuestas adecuadas; “como son cargos irrenunciables, el senado debe cubrir sus gastos mientras deleita a otros con su aroma, en otras localidades” por ejemplo.
Ese mágico momento en el que el señor enfrente la realidad de que debe trabajar para producir lo que gasta o come, no lo veremos en esta era.
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