México.- Junto a las clases de matemáticas, historia y español, los alumnos de la secundaria técnica 120 captan agua de lluvia, generan su propia electricidad y cultivan setas, lechugas y jitomates, que después comercializan.

Localizada a la altura del kilómetro 39 de la carretera federal México-Cuernavaca, en la Ciudad de México, la escuela no cuenta con ninguna instalación de gas, pues tiene un biodigestor, que produce gas metano con excremento de animales, borrego o conejo, y está conectado al laboratorio de Ciencias, se usa en la mesa de mecheros para llevar a cabo prácticas de esta asignatura.

Así, la Escuela Secundaria Técnica 120, ubicada en la comunidad de Parres, delegación Tlalpan, con la instalación de diversos sistemas para generar gas natural, energía eléctrica y captar agua de lluvia, se ha colocado a la vanguardia de las escuelas sustentables no sólo de México, sino de América Latina.

La semilla la sembraron nueve estudiantes de tercero de secundaria que ganaron con estos proyectos sustentables, a principios de 2013, el concurso internacional “Sayed Future Energy Prize”.

Con estas acciones, los 473 estudiantes aprenden día a día la importancia del cuidado del medio ambiente, conocimiento que hacen extensivo en casa y en su comunidad, pero también la institución educativa ha tenido ahorros relevantes en los gastos de luz, gas y agua.

Por ejemplo, la instalación de cuatro celdas solares en la azotea de uno de los cinco pequeños inmuebles de la escuela genera el 67 por ciento de la energía que se consume en el plantel, el otro porcentaje -23 por ciento- lo proporciona la Compañía Federal de Electricidad, informó el director de la secundaria, Félix Cabello Jiménez.

“Tenemos un ahorro de tres mil 620 watts y se han dejado de emitir al medio ambiente, desde que se instalaron las celdas solares, cinco toneladas de CO2, es decir, cada mes hemos dejado de emitir una tonelada de CO2”, derivado de la captación de la energía solar, informó.

Dijo que la producción diaria de energía eléctrica es de 30 kilowatts, que equivale a 182 pesos, y en cuanto al gas natural, “nosotros hemos tenido un ahorro de 14 mil pesos en cinco meses”, gracias a la instalación de un biogestor, que se encuentra a espaldas de unos de los inmuebles, sobre una zona con pasto.

Ahí, grupos de estudiantes, al término de sus actividades académicas, pues no hay talleres de sustentabilidad, se reúnen con el consentimiento de sus padres para apoyar en las diversas actividades que se desarrollan en esta escuela.

Fabrizio, Carlos, Jimena y Maya, todos estudiantes de segundo grado, dijeron sentirse orgullosos por pertenecer a la Escuela Secundaria Técnica 120, la última que se construyó de este sistema, hace 17 años.

Cada uno de ellos, por separado, comentó, la actividad de la que son parte y sin dejar de esbozar una sonrisa las explicaron.

“En biogestor echamos abono de animales, conejos, y después la echamos en una bolsa grande, -contendor-, ponemos agua y hacemos como un tipo masaje para que salgan dos líquidos…”, comenta Jimena.

Carlos y Fabrizio señalaron que participan de manera activa en los invernaderos, quitando pasto, hierva y “cuando está todo para desembrar, lo sacamos y lo echamos en unas charolas y cajas”.

Los alumnos coincidieron en que este tipo de actividades “sabemos ayuda a la naturaleza y a la escuela… para que sepamos plantar árboles, lechugas”, que muchos no saben hacer.

Incluso, revelaron que en sus domicilios han replicado algunas medidas no sólo para recabar agua de lluvia, sino también para construir pequeños invernaderos, en los que cultivan diversas plantas.

“Es una experiencia sin igual, aprendemos mucho, nos hemos enseñado a amar a la naturaleza y a cuidarla, es vital para todos, ojalá lo hicieran más escuelas”, expusieron.

En la secundaria, que se encuentra asentada en una superficie de más de una hectárea y a escasos 15 minutos de Tres Marías, Morelos, se instalaron sistemas para captar aguas pluviales mediante tuberías de color azul, en las que corre el vital líquido, que es depositado en tres contenedores: uno de 100 mil litros y dos de 50 mil litros, los cuales abastecen todo el año a la institución educativa.

Esa agua sirve para dar mantenimiento a los sanitarios y a los dos invernaderos; uno oscuro, rodeado de cal para evitar la contaminación, en el que se cultivan setas comestibles, que son puestas a la venta al público en general o entre la misma comunidad estudiantil y académica, y el otro, más grande, para producir lechuga italiana y lechuga sangría, así como jitomate, o alguna otra fruta o verdura de temporada.

El directivo de este plantel pionero en sustentabilidad, quien apenas tiene un mes de haber sido asignado, tiene la encomienda del director general de Educación Secundaria Técnica, Manuel Salgado Cuevas, de retomar todos los proyectos pendientes relativos a sustentabilidad para darles continuidad.

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