Internacional
Publicado el domingo, 15 de junio del 2025 a las 18:28
Teherán, Irán. – Calles semi-desiertas, comercios cerrados y largas filas en las gasolineras: así se veía la bulliciosa capital iraní la tarde del domingo, sumida en los bombardeos más intensos desde la guerra con Irak en los años 80. Los repetidos ataques israelíes de los últimos días han transformado el habitualmente abarrotado bazar de Tajrish en un lugar fantasmal, con la mayoría de sus populares comercios clausurados.
“La gente no viene, tiene miedo”, comentó a EFE un camarero de un puesto de zumos, uno de los pocos negocios abiertos, que atendía principalmente a policías.
La céntrica calle Valiars, que atraviesa la ciudad, no presentaba el acostumbrado tráfico; las tiendas permanecían cerradas y la afluencia de personas era mínima. La única excepción eran las gasolineras, con extensas colas formadas por una población temerosa de quedarse sin combustible.
La situación es crítica. En la madrugada del viernes, Israel inició una ofensiva contra la República Islámica que se ha mantenido con ataques en numerosos puntos del país, concentrándose especialmente en la capital. En esta urbe de aproximadamente nueve millones de habitantes, las fuerzas israelíes han atacado objetivos clave como el cuartel general de la policía, un depósito de combustible, uno de sus aeropuertos y diversas zonas residenciales donde se presume vivían altos cargos militares y nucleares.
El viernes, 78 personas murieron en varios ataques, y el sábado, otras 60 fueron asesinadas en un solo edificio de 14 plantas, habitado por dos comandantes militares. Este domingo, la agencia estatal IRNA reportó la explosión de cinco coches bomba en las calles de la ciudad.
“No vivíamos algo así desde la guerra con Irak”, expresó a EFE un vecino de 70 años de la capital, quien prefirió no ser identificado. A pesar de no apoyar a la República Islámica y desear vivir en una democracia con respeto a los derechos humanos, este residente no aprueba los ataques ordenados por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. “No estoy a favor de Jameneí (el líder supremo de Irán), pero amo a mi país”, aseguró.
El hombre confesó que le resulta difícil conciliar el sueño por las noches debido al ruido de las explosiones y los disparos de las defensas aéreas que intentan interceptar los proyectiles israelíes, recuerdos que le traen a la memoria los ocho años de la guerra con Irak.
Ante esta escalada sin precedentes en décadas, el gobierno ha anunciado que las estaciones de metro permanecerán abiertas las 24 horas como refugios antiaéreos, al igual que mezquitas y colegios, anticipando la continuidad de los ataques.
Además, se han cancelado exámenes universitarios e incluso el funeral previsto para el martes en honor a varios altos cargos militares asesinados, incluyendo al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Mohamad Hosein Baqerí, y al comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, Hossein Salamí. Aunque las autoridades iraníes no han explicado el motivo del retraso de lo que iba a ser un funeral masivo, se especula que no es el momento adecuado para grandes aglomeraciones en Teherán.
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