Arte
Por Christian García
Publicado el sábado, 27 de noviembre del 2021 a las 04:10
Saltillo.-Si algo les debió resultar aterrador a los alumnos de la Preparatoria del Tecnológico de Monterrey Campus Saltillo estos últimos dos meses no fueron los monstruos de Halloween, los espíritus que vuelven a la vida el 2 de noviembre o las leyendas de Saltillo que comenzaron a recopilar para un proyecto escolar, sino saber que ese trabajo era producir su primera obra de teatro.
Bajo el título de Leyendas: Miedos Hasta los Huesos, los alumnos de la clase de Artes y Humanidades sondearon las historias que se cuentan en las calles de la ciudad tales como Mónico y las Brujas, La Taconera, La Casa de las Canicas, La Leyenda del Taxi y La Casa de los Espantos. Estos relatos orales se transformaron, entonces, en pequeñas piezas que combinaron el drama, la comedia, lo tétrico y hasta el musical.
Bajo la guía del director César Alonso Valdés, los alumnos de la escuela se encargaron de darle vida. Entre ellos, especialmente, estuvieron Ana Lucía Niebla, con la dirección artística; Rubén Escudero, en la composición y dirección musical, y Alan Maximiliano, director de escenografía.
Para Escudero, quien además estuvo dentro del comité de escritura del librero, el proceso de conversión de la historia a la dramaturgia fue “investigar bien la leyenda para poner en escena solamente lo necesario, sin necesidad de ir más allá para inventar cosas, sino serle fiel a la historia de Saltillo, a su época, su espacio y su lenguaje”.
Así, el montaje –que duró casi dos meses, según detalló la directora–, pasa de una historia a otra en pequeñas piezas que igual cuentan la historia de un joven que lleva a una chica hasta la puerta de su casa solo para, después, darse cuenta de que es un espíritu, hasta un relato en el que dos jóvenes compran una malbaratada mansión que, de pronto, se revela como el hogar de una serie de apariciones de tiempos remotos, en los que la muerte permea las paredes.
Aprendizajes
Leyendas se revela como el producto de jóvenes que inician un trabajo con el desconocimiento, pero también con la curiosidad de crear, de plantear un proyecto que conjugue cantantes, bailarines, actores y músicos para mostrarlo al público.
Para Niebla, esta producción “no fue realmente difícil, sino interesante. Sobre todo en el hecho de darle a los actores las herramientas para que pudieran crear el personaje que les tocó representar; sobre todo porque la mayoría son personas sin experiencia en el teatro. Entonces verlos crecer, ayudarlos y darles consejos, fue lo mejor”, explicó.
Para Escudero, en cambio, esa forma de trabajar en comunidad tiene su traspolación a la metáfora de la música, pues apunta que para él lo más difícil fue “componer las melodías específicas para cada leyenda, componer el score, líneas para los instrumentos y de ahí, ensamblar toda la música. Además somos todos alumnos del Tec, y por eso no tenemos ningún músico profesional, aunque los que trabajan en la compañía del Teatral del Tec sí nos apoyaron”.
Para el trío de alumnos, esta nueva experiencia les dejó muchas enseñanzas. Entre ellas están las que comentó Niebla, pues para ella “tratar a la gente, dirigir algo de una magnitud así de grande fue, también, saber que estoy en un papel en el que logré ser una persona que puede dar las indicaciones para dirigir. Creo que aproveché esa área de oportunidad”.
Maximilano, en cambio, encontró que “nada es imposible de resolver, como me mostró la obra. Porque pueden faltar 10 días o 10 segundos y el problema que se presente se tiene que resolver, porque es factible hacer algo magnífico”, mientras que para Escudero, la enseñanza principal está en “aprender a llevar un producto artístico de la idea a algo concreto. Algo que pueda presentarse, estar ahí”.
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