Nuestro acervo cultural incluye una gran variedad de dichos y refranes que reflejan la sabiduría popular, para referirse a casi todas las circunstancias que pudiera enfrentar cualquier persona, en especial, muchos de ellos se refieren a lo que sucede cuando alguien aprovechándose de la debilidad, el error o la desgracia de otro, lo ataca más, para sacar mejor provecho o evidenciar su desdicha; a lo anterior, se refieren las expresiones: “hacer leña del árbol caído” y “Al perro flaco, todas las pulgas”.
Pues bien, la anterior referencia viene al caso ahora que, el pasado 30 de julio, el presidente del PRI, Alejandro Moreno, presentó ante la Fiscalía General de la República (FGR) senda denuncia contra un conocido grupo de morenistas, entre los que se cuentan Adán Augusto López, Mario Delgado, Manuel Bartlett, Hernán Bermúdez, cinco gobernadores de Morena, y hasta el mismo Andrés Manuel López Obrador y su hijo Andrés Manuel López Beltrán, A todos ellos los acusa de tener vínculos con el crimen organizado.
La anterior denuncia de los priistas contra los líderes morenistas, llega precisamente en el momento en que, a Morena, un día sí, y el otro también, todo le sale mal, llevándole a un evidente extremo de vulnerabilidad ante la opinión pública, que por más que intenta no querer ver, termina atestiguando los excesos y errores del sistema que nos gobierna.
Por si usted no lo había notado, o no quería hacerlo, desde hace algunos meses se empezó a vislumbrar el fracaso del partido en el poder; de dicho fracaso, debo admitir, en nada ha tenido que ver la oposición, sino que, enteramente ha sido por causa del cúmulo de evidencias de falta de honestidad en los miembros de la cúpula de este partido; evidencias tales, que harían temblar hasta al líder más cínico y atrevido, y eso es lo que precisamente empieza a ocurrirle a la presidenta Sheinbaum.
A las conductas impropias de los integrantes de la cúpula morenista, tanto las actuales como las de sus pasados, se suman las constantes presiones internas y externas que están empujando a la Presidenta a tomar una fatal decisión en la que deberá sopesar si entrega o descobija a estos personajes para que paguen por su actuar, o se hunde con ellos.
Y es que, quizás para la Presidenta y para su antecesor, los mexicanos somos domesticables, pero nunca imaginaron que su principal contrapeso terminara siendo Donald Trump, mismo que ha intensificado sus advertencias contra los morenistas, dándole al clavo con su amenaza de revelar información clasificada sobre los presuntos vínculos que tienen con el crimen organizado; esta última, al ver que sus amagos con elevar los aranceles nunca tuvieron efecto.
O no me diga que, Usted llegó a pensar que los conflictos internos de Morena se están dando por causa de que la deuda se dispara sin control, la inversión extranjera se enfría y se reportan cientos de miles de empleos perdidos en meses recientes, o que usted pensó que era por las elevadas cifras de la corrupción rampante, la violencia desbordada y el secuestro del sistema judicial para garantizarse una total impunidad tanto al Gobierno como a sus integrantes.
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