Espectáculos

Publicado el viernes, 17 de octubre del 2025 a las 04:15
Saltillo, Coah.- El universo del rock perdió a una de sus estrellas más brillantes. Ace Frehley, legendario guitarrista, fundador de KISS, falleció ayer a los 74 años, tras semanas hospitalizado por una hemorragia cerebral. La caída en su estudio, que en un inicio fue minimizada como un accidente menor, terminó apagando la chispa de uno de los músicos más influyentes del glam rock. Su partida deja un vacío que ni el ruido ensordecedor de una guitarra eléctrica podrá llenar.
Durante días, su familia se mantuvo en silencio, aferrada a la esperanza. Pero el deterioro fue irreversible. Finalmente, tomaron la difícil decisión de desconectarlo del soporte vital. “Estamos completamente devastados y desconsolados”, declararon en un comunicado. “Ace se fue rodeado de amor, oraciones y pensamientos pacíficos. Su risa, su fortaleza y su bondad seguirán con nosotros. El recuerdo de Ace vivirá para siempre”.
Muere a los 74 años Ace Frehley guitarrista y cofundador de KISS
Ícono del rock teatral
Nacido como Paul Daniel Frehley el 27 de abril de 1951 en Nueva York, fue el último en sumarse a un proyecto que en 1973 cambiaría la historia del rock: KISS. Junto a Gene Simmons, Paul Stanley y Peter Criss, dio forma a una de las bandas más reconocibles del planeta, gracias a su estética imponente, maquillaje teatral y un sonido poderoso que capturó a millones.
Frehley se transformó en el “Spaceman” o “Space Ace”, personaje que representaba la energía galáctica y el misterio en el escenario. Su guitarra, que lanzaba humo y chispas, se volvió símbolo de los shows espectaculares de la banda. Más allá de los efectos visuales, su talento era innegable: riffs certeros, solos enérgicos y una presencia magnética que inspiró a generaciones de músicos.
Entre 1974 y 1982 participó en nueve álbumes de estudio y dos discos en vivo con KISS, incluyendo himnos como Detroit Rock City, Rock and Roll All Nite y I Was Made for Lovin’ You. Su interpretación en el álbum Alive! es considerada por muchos como una de las más influyentes del género, convirtiéndose en una referencia para miles de guitarristas emergentes.

Más allá de KISS
En 1982, Frehley dejó la banda por primera vez. Las tensiones internas y el desgaste personal lo llevaron a buscar otros caminos. Fue entonces cuando creó Frehley’s Comet, un proyecto con el que lanzó discos como Second Sighting (1988), demostrando que su creatividad no dependía del maquillaje ni de los reflectores
masivos.
En 1996 regresó a KISS para la gira de reunión original, una serie de conciertos que fue celebrada como un evento histórico del rock. La química volvió, al menos temporalmente. Participó en el álbum Psycho Circus (1998) y su despedida definitiva ocurrió en 2002, en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno en Salt Lake City.
A lo largo de los años, Frehley mantuvo una carrera solista sólida, editando discos con su estilo inconfundible. Su álbum en solitario de 1978 fue el más exitoso de los cuatro miembros de KISS, y su discografía posterior mantuvo el respeto de la crítica y el cariño de los fans.
En 2014, Frehley fue inducido al Salón de la Fama del Rock and Roll junto a sus compañeros fundadores de KISS, consolidando un legado que ya estaba inscrito en la historia.
Un adiós que duele
El pasado septiembre, Ace canceló varias fechas de su gira de 2025 debido a “problemas médicos en curso”. Aunque se difundió que estaba “bien”, la gravedad de su caída pronto quedó al descubierto. TMZ confirmó que su estado empeoró y que fue conectado a soporte vital. La familia, en un acto de amor y compasión, decidió dejarlo partir.
Ace Frehley fue mucho más que un guitarrista de una banda legendaria. Fue un pionero del rock espectacular, un artista que entendía el poder del personaje, del escenario y del sonido. Sus solos eran catarsis eléctricas, y su imagen, una mezcla perfecta entre ficción, rebeldía y autenticidad.
Su muerte marca el primer fallecimiento entre los cuatro miembros fundadores de KISS. Su ausencia es simbólica: el “Spaceman” se ha ido, dejando atrás un vacío cósmico en los corazones de quienes crecieron con su música.
No se trata sólo de una pérdida para los fans del rock, sino para la cultura pop en general. Frehley representó una era en la que el exceso era arte, el espectáculo era parte del mensaje, y la guitarra era una extensión del alma. Hoy, esa alma viaja más allá del escenario, hacia el espacio del que decía venir.
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