Carbonífera
Por
Fabiola Ferrer
Publicado el domingo, 26 de octubre del 2025 a las 04:00
Sabinas, Coah.- “Nunca sabes qué tan valiente eres, hasta que ser valiente es tu única opción”.
En entrevista exclusiva para Periódico Zócalo, Yanira Elizabeth Chacón Quijano, sobreviviente de cáncer de mama.
En octubre el rosa es mucho más que un color.
“Siempre dije que, si un día me detectaban cáncer, yo me quitaría la vida para no tener que pasar por todo lo que esas personas pasaban.
Un día, mientras me bañaba, me sentí una bolita muy pequeña, un escalofrío recorrió mi cuerpo, preferí ignorarlo, traté de no pensar en eso, y seguí cada día como si no estuviera ahí.
Pero ese pequeño bultito siguió creciendo, después apareció el dolor, el ardor, le pedí a mi esposo que durmiera en otra habitación, con el pretexto de descansar mejor, hasta que ya no se lo pude ocultar más.
Hablé con él, porque el dolor era insoportable, una señora para la que trabajaba me llevó al médico, y en octubre del 2019, me confirman un diagnóstico que era más que evidente.
Cáncer de mama en tercera fase, me sometí a 45 quimioterapias.
Era plena pandemia, enfermé dos veces de Covid, una en especial bastante delicada.
Y aquí sigo, porque esa mujer que un día pensó que se quitaría la vida si le detectaban cáncer, se dio cuenta que no era una sobreviviente más, sino una mujer muy valiente que nunca se rindió, porque ser valiente fue su única opción.
Hubo momentos en los que pensé tirar la toalla, pero al ver la desesperación y el sufrimiento de mi esposo, con el que llevo 40 años de casada, y que se pensionó para estar conmigo desde la primera quimio, me hizo recapacitar, mi actitud cambió y eso hizo toda la diferencia en mi historia.
Me abandoné en Dios, y con toda la fe que reuní le dije, me sostengo en ti, pero que se haga tu voluntad y no la mía.
Perdí el cabello, pero no la sonrisa, al tiempo el cabello volvió, pero mi alegría nunca se fue, porque en un corazón agradecido no cabe la tristeza, en un corazón lleno de fe, no cabe el miedo.
Yo tenía muchos motivos para estar feliz, estoy viva, tengo a mi familia, un gran compañero, Dios se manifiesta en tantas personas, el oncólogo, las personas de la asociación “Esperanza de vida”, los caminos se abren, los ángeles no siempre tienen alas.
Hace exactamente cinco años, en un diciembre, me practicaron una cirugía para quitar mi seno, me sentí aliviada, porque a veces la única forma de ganar es perdiendo.
Cumplió su función, amamanté a mis hijas y con ello los recuerdo más bonitos de mi vida.
Nunca me sentí mal con mi aspecto, porque mi belleza viene de algo más grande que mi apariencia, mi esposo siempre bromea diciendo que me luce muy bien estar viva.
Y aunque se vale, jamás me deprimí, jamás renegué, abracé mi proceso, me di permiso de sentirlo y dejé que pasara como tuviera que pasar.
Segura estoy que, si el miedo no se hubiera apoderado de mí al inicio, y me hubiera atendido desde el primer síntoma, quizá no hubieran sido tantas quimios, pero él hubiera no existe.
Hoy soy una esposa, madre, abuela y bisabuela, de sesenta años, que, aunque de vez en cuando usa un sostén con prótesis de gel, ya hizo las paces con sus cicatrices, vivo cada día como si fuera el último, porque el presente es lo único que tengo, del mañana que Dios se encargue”.
Yanira Elizabeth Chacón Quijano, sobreviviente del cáncer de mama.
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